Porto y Basterra, durante el juicio
Porto y Basterra, durante el juicio - efe
caso asunta

El pederasta de Ciudad Lineal y el hombre del semen, ejes de la estrategia de defensa

El abogado de la madre de Asunta jugó a desviar la atención de su clienta y sacó a relucir el ADN de la camiseta. El fiscal y la acusación particular defienden que los acusados planearon el crimen y que llegaron a ensayarlo

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Sentados a pocos centímetros de distancia, los padres de la niña Asunta Basterra ocuparon ayer —por vez primera— el banquillo de los acusados. Lo hicieron para asistir a la sesión dedicada a las cuestiones previas al juicio, durante la que defensas y acusaciones adelantaron lo que serán sus estrategias de cara al proceso. Ante un jurado popular formado por nueve ciudadanos legos, el fiscal del caso defendió que «esto ha sido cosa de dos» y que «Porto cambió su versión de los hechos cuando leyó en la prensa que las cámaras de seguridad la habían captado». En la misma línea, la acusación particular insistió en que los padres de la niña actuaron de mutuo acuerdo para acabar con la vida de la menor «porque les estorbaba».

«Las defensas les dirán que eran unos padres bondadosos y generosos y que el Orfidal era para Rosario. Tratarán de sembrar dudas porque les benefician, pero ¿qué padres no observarían que su hija está drogada?» se preguntó el abogado de la asociación Clara Campoamor, Ricardo Pérez Lama. Los acusados responderán, previsiblemente, con un desfile de testigos que darán cuenta de los supuestos cuidados y atenciones que los padres daban a una niña adoptada «con altas capacidades y a la que potenciaban su educación».

Pero el letrado de la madre de Asunta se guarda otros ases en la manga que ayer dejó entrever. El primero, referido al móvil del crimen. Aranguren preguntó al jurado cómo una madre que estaba planeando el asesinato de su hija abrió ese mismo verano una cuenta corriente a su nombre y contrató un seguro de vida del que Asunta era la única beneficiaria. Un cable que la letrada de Alfonso Basterra aprovechó para pedir a los jurados que «tengan presente en todo momento que aquí no hay ningún móvil». La autoría es otra de las cuestiones claves que están sobre la mesa. Mientras fiscal y acusación defienden que los padres se compincharon para matar a la menor, las defensas esgrimen otras líneas de investigación que, lamentan, habrían quedado por el camino. La principal, la del hombre cuyo semen apareció en la camiseta de la niña. El instructor desechó la posibilidad de que esta persona guardase relación con la muerte de Asunta y zanjó la pesquisa planteando una contaminación en laboratorio y unas fotografías que sitúan al hombre en Madrid el día del crimen.

Detectaron el semen en Teo

Contra la versión del magistrado, Aranguren abrió la puerta ayer a que el semen estuviese en la ropa de la menor desde la misma noche del crimen. Para justicarlo, el abogado se refirió a las declaraciones de dos forenses que participaron en el levantamiento. «En ese momento ya se detectaron unas manchas en la camiseta que aparentaban ser semen», justificó. Y fue más allá al introducir un segundo elemento de duda, el de que el culpable del crimen fuese el violador de Ciudad Lineal. «Tiene la suficiente entidad como para valorarse. El modus operandi coincide y el que se tratase de una niña asiática también», expuso ante el jurado sobre el que recaerá la responsabilidad de decidir la culpabilidad o la inocencia de los dos acusados.

«El culpable no está aquí»

En contra de los argumentos de las defensas (que ayer dejaron vislumbrar que no se atacarán), tanto fiscal como acusación particular sacaron a relucir las grabaciones de las cámaras de seguridad y la autopsia que demuestra que la niña murió asfixiada con un objeto blando. Estas cuestiones —además de otro encadenado de detalles que van desde la cuerda con la que ataron a Asunta, al análisis de la tierra que había en la alfombrilla del coche de Porto— ocuparán casi un mes de juicio en la sección sexta de la Audiencia Provincial, por la que pasarán más de 80 testigos y 60 peritos.

Durante ese tiempo, los nueve integrantes del jurado popular deberán valorar las pruebas que se presenten y decidir «en base a lo que aquí oigan y vean», tal y como manifestó el fiscal. Los acusados se enfrentan a una petición de entre 18 y 20 años de prisión. Según las acusaciones, juntos idearon y materializaron el asesinato de su única hija. Según las defensas, el culpables de la muerte de Asunta no estaba ayer en la sala.

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