Darío Campos, aspirante a la presidencia de la Diputación de Lugo
Darío Campos, aspirante a la presidencia de la Diputación de Lugo - efe

El PSdeG extiende la duda sobre la moción de censura contra el PP en la Diputación de Lugo

El aspirante, Darío Campos, asegura que confía en todos los diputados, pero «no descarta nada»

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La incertidumbre sobre la configuración definitiva de la Diputación de Lugo sobrevuela el Pazo de San Marcos. Nada parece afianzado entre el grupo socialista, los nacionalistas y el «díscolo del PSdeG», Manuel Martínez. En este sentido, el portavoz provincial del PSOE en la Diputación de Lugo, Darío Campos, aspirante a hacerse con la presidencia gracias a la moción de censura presentada por socialistas y nacionalistas contra el PP, dio este martes muestras de inseguridad al señalar que, pese a que tiene confianza en que ésta se materialice con los once votos de su partido y los dos del BNG —frente a los doce con los que cuentan los populares—, él no descarta «nada».

La unidad del grupo socialista, fraguada como publicó ABC el pasado 18 de agosto, parece que tiene alguna fisura y el propio candidato Campos aclaró: «Confío en la gente que tengo a mi alrededor, pero tampoco descarto nada.

Quiero ir paso a paso». Sus afirmaciones se produjeron antes de participar en el último pleno ordinario bajo la teórica presidencia de la popular Elena Candia antes de que se materialice la moción de censura el próximo 8 de octubre.

Los socialistas y tampoco los nacionalistas olvidan lo ocurrido el pasado 24 de junio. Al respecto, preguntado sobre si confía en que no se produzca ninguna «sorpresa más», afirmó: «La política es así, espero que no». Se refería de esta forma, aunque sin mencionarlo, a lo acontecido en el pleno de investidura cuando el alcalde de Becerreá, el socialista Manuel Martínez, rompió la disciplina de partido y se negó a votar a un candidato alternativo propuesto por el PSdeG para lograr el apoyo del BNG. Los nacionalistas vetaron su candidatura debido a su imputación por la concesión de una obra pública en la localidad de Portomarín. Darío Campos cuenta que esta vez salga adelante la moción de censura o de lo contrario confiesa que sería una «decepción» para él. «No se puede dar nada por presentado. Ya me pareció demasiado frustrante y decepcionante la primera actuación y no se debe de repetir. De cara a la sociedad lucense no podemos dar esa imagen», proclamó.

La incredulidad del alcalde de A Pontenova fue disimulada a posteriori al señalar que sus declaraciones «no» trasladan un mensaje solo para Manuel Martínez, «sino para todos». «Martínez no creo que cambie de idea, es una persona íntegra que a lo mejor es un poco cabezón» , apuntó sobre su compañero de filas del PSdeG-PSOE.

Por su parte, el alcalde de Becerreá eludió pronunciarse y se aferró a que todo lo que tenga que decir lo hará «después del pleno de organización». «Voy a esperar a que las cosas vuelvan a su sitio, si vuelven y una vez que estén, hablaré y explicaré todo lo que yo viví estos tres meses que estuve callado», afirmó el futuro diputado de Vías y Obras de la institución.

Maltratado por el PSdeG

Manuel Martínez, aunque parco en sus comparecencias públicas, esconde un evidente malestar que ha trasmitido a otros compañeros de partido. Se cree «injustamente tratado» y reivindica su aportación en el «crecimiento del PSdeG en la provincia de Lugo». En este sentido, son numerosos los dirigentes socialistas de otras latitudes que tampoco se fían del pacto y de las «promesas» en forma de competencias de Vías y Obras que le han ofrecido a Martínez. Fuentes consultadas por ABC hacen sabersque el secretario general del PPSdeG «difícilmente olvidará la falta de disciplina del diputado». Además recuerdan la «mala relación» entre el líder de los socialistas gallegos y el dirigente provincial Juan Carlos González Santín, en otro tiempo su mano derecha, y sacrificado por la dirección para situar en un primer momento a Martínez en el pazo de San Marcos.

La espera de los dirigentes de la izquierda lucense se torna por momentos en angustiosa. Destacados dirigentes de la organización esperan el desenlace de una operación «difícilmente explicable y con unos costes electorales muy evidentes». Incluso tratan de amortiguar en silencio los golpes de los líderes del PP que no dejan de contribuir a generar más dudas sobre la viabilidad de la moción. Precisamente, el presidente del PP de Orense, Manuel Baltar, aludió el pasado lunes, durante un desayuno informativo, a las «sorpresas» que pueden darse el próximo día 8 de octubre en Lugo.

Y el tercero en discordia, el portavoz nacionalista, Antonio Veiga, que se perfila de nuevo como vicepresidente del futuro gobierno bipartito provincial no quiso entrar en detalles como la valoración de la incorporación de Martínez al ejecutivo que salga de la moción de censura. Precisamente, una de las condiciones que imponían los nacionalistas en las negociaciones con los socialistas es que rechazaban una entrada del alcalde de Becerreá en ese gobierno. Según Veiga: «El día 8 de octubre tenemos que votar un nuevo presidente y nosotros votaremos a Darío Campos. A partir del 8 se constituye el nuevo gobierno y tendremos noticias». Al final todos esperan al día 8 de octubre para confirmar los extremos de una censura que todavía no está cerrada.

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