El presidente de la Cámara de Diputados, Cesar Maia, con el dirigente brasileño, Michel Temer, en una reunión en el Palacio de Planalto, en Brasilia, el pasado 14 de julio
El presidente de la Cámara de Diputados, Cesar Maia, con el dirigente brasileño, Michel Temer, en una reunión en el Palacio de Planalto, en Brasilia, el pasado 14 de julio - AFP
ENTREVISTA AL PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

Rodrigo Maia: «Dilma Rousseff será apartada definitivamente del poder»

El nuevo presidente de la Cámara de Diputados de Brasil habla con ABC sobre la tumultuosa situación política de su país

BRASILIA Actualizado: Guardar
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Hijo del exgobernador de Río de Janeiro, Cesar Maia, el actual presidente de la Cámara de Diputados conoce la política desde una edad temprana. Nacido en Chile en el período en que su padre se exilió en ese país durante el régimen autoritario brasileño, comenzó su carrera política a los 26 años. Es economista, reconocido por sus posiciones moderadas y su capacidad de negociar. Su partido, los Demócratas (DEM), es la derecha tradicional.

¿Cómo interpreta la decisión de la Cámara de elegirle para sustituir a Cunha al frente de la misma?

Cunha tuvo un papel importante en el proceso contra la presidenta Rousseff, obligada a dejar temporalmente el cargo. Pero ninguna fuerza cuenta con 367 votos (el número de diputados que aprobaron la destitución de Rousseff en la Cámara, de un total de 515 diputados), ni dispone de la voluntad de cada uno de los parlamentarios.

Cunha llegó a tener una influencia muy fuerte en el Congreso, y el saldo del año pasado fue muy positivo. Pero los acontecimientos han cambiado la situación. Creo que mi elección apuesta por un perfil más conciliador, de creación de consensos.

¿Rousseff será definitivamente destituida por el Senado? ¿Eduardo Cunha tiene alguna posibilidad de eludir la Justicia?

Creo que la presidenta Rousseff será definitivamente apartada de la presidencia, y creo que Eduardo Cunha tiene muy pocas posibilidades de superar la votación en la Cámara para evitar su proceso.

¿Va a favorecer la destitución de Rousseff y el mantenimiento del presidente interino Michel Temer en el Ejecutivo?

Mi presencia del Congreso no guarda una relación directa, pero es evidente que un entorno apaciguado trabaja siempre con quien está gobernando.

¿Cree que que los evangélicos son la nueva derecha brasileña?

No. Los evangélicos son parte de la nueva derecha brasileña. Algunos se manifestaron en mi contra el día de la votación, pero el resultado de las urnas mostró que no influyen tanto. Lo digo con todo el respeto por ellos. En los dos últimos años, mi actuación ha sido la de un conservador. En 2006, colaboré en la aprobación de un proyecto de ley para combatir la homofobia. Algunos dicen que aquella decisión se queda corta y otros que es demasiado radical. Puede ser. El Senado tiene ahora capacidad de modificarlo. Pero no vi a ningún evangélico importante que no expresara su preocupación por la agresividad contra los homosexuales. No creo que la cuestión de la homofobia, sea cual sea la opinión del proyecto aprobado en 2006 por la Cámara, tenga que ver con ser de derechas o izquierdas. Tiene que ver con el respeto a la vida de las personas. Muchos jóvenes, muchas personas, han muerto por este radicalismo, por la injuria.

Usted tuvo el apoyo de varios partidos, incluso el de Lula. ¿Cree que la derecha tradicional es la fuerza política capaz de promover la estabilidad política en la Cámara?

Creo que sí, porque me considero un presidente que respeta el equilibrio de fuerzas y escucha al adversario. Este es el perfil que hoy necesita la Cámara, que es la representación de toda la sociedad. La derecha tiene que transmitir sus ideas, en un debate ideológico para tratar de convencer a la sociedad. Pero no convencer con imposiciones. Por eso creo que tenemos condiciones, en este breve período de mi presidencia, para afrontar cuestiones que preocupan a la sociedad. Sean cuestiones éticas, reformas de nuestro sistema político electoral, o medidas para superar la crisis económica y política que vivimos.

¿Teme que obstaculicen el mandato de las actuales autoridades?

El presidente Temer no tiene oposición. Él dirige el trabajo, respetando el espacio de las minorías siempre que las líneas directrices coincidan básicamente con los intereses de la mayoría y del Gobierno. Respetar los derechos de las minorías también significa permitir que ideas que vienen del otro lado puedan ser debatidas y votadas. A veces se aprueba, a veces no. Pero lo importante es que los 513 diputados tengan derecho a ejercer su mandato, no sólo los que representan a la mayoría. El presidente de la Cámara tiene que saber, incluso siendo parte de la mayoría, cómo equilibrar el trabajo.

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