Los «papeles de Panamá» implican al «enemigo público» de Rousseff

Las revelaciones del escándalo internacional de los « papeles de Panamá» pueden complicarle la vida a algunos políticos claves en el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff, como la del presidente del Congreso Eduardo Cunha, su verdugo, que vuelve a ser citado en una investigación global contra la corrupción.

Los archivos panameños muestran que la empresa Mossack Fonseca, principal blanco de las investigaciones, abrió y vendió empresas en paraísos fiscales a políticos brasileños de siete partidos: desde la oposición, como el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), a otros aliados o que están negociando su asociación al Gobierno de Dilma. El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), grupo de Cunha, tiene también varios nombres citados.

El congresista Cunha ha sido citado nuevamente en una investigación internacional. El año pasado, la fiscalía suiza ya lo hizo por cuentas no declaradas en ese país. Cunha ha informado a través de una nota de prensa que no tiene ninguna empresa en paraísos fiscales. «El presidente Eduardo Cunha desmiente, con vehemencia, estas informaciones», decía la nota, que además desafiaba a cualquiera a probar esos documentos.

Brasil, que permite legalmente abrir una cuenta en un paraíso fiscal siempre que sean declaradas al fisco y paguen impuestos, ya había desmantelado parte de esta red internacional en la operación «Lavacoches», que investiga la gigantesca trama de corrupción en Petrobras, en que están envueltos constructoras y políticos de Gobierno y de oposición.

«Brasil es uno de los raros países donde autoridades ya habían tomado medidas prácticas contra Mossack Fonseca antes que los "papeles de Panamá" salieran a la luz», comentó José Roberto de Toledo, periodista de «O Estado de Sao Paulo», que participa de la red mundial de investigación.

Los documentos descubiertos ahora confirman informaciones de la investigación brasileña, y según Toledo, ayudan a comprender de forma más amplia los tentáculos de la trama de corrupción local.

Cunha versus Rousseff

El Abogado General de la Unión, José Eduardo Cardozo, presentó este lunes la defensa de Rousseff ante la comisión de parlamentarios que decidirá si acepta o no la denuncia de destitución contra la mandataria.

Cardozo acusó directamente a Cunha y pidió que el proceso contra Rousseff se archive. Según el jurista, exministro de la justicia y militante del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), la acción es una «venganza personal» de Cunha y falta fundamentación jurídica en el proceso.

Cunha se declaró enemigo público de Rousseff, el año pasado, cuando fue citado por recibir soborno de Petrobras en las investigaciones de la «operación lavacoches», y aparecieron sus cuentas en Suiza.

Cardozo argumentó que el proceso de destitución de Rousseff se inició cuando Cunha fue acorralado por el PT, que pidió la destitución del parlamentario por estar perseguido por la justicia. «La posibilidad de haber finalidad ajena al interés público contamina todo el proceso y sería, por si solo, motivo para su archivo», declaró el abogado. Si se confirma el proceso, Rousseff debe ser juzgada en el Congreso hasta el día 17 de abril.