El primer ministro griego Alexis Tsipras (dcha) conversa con el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis
El primer ministro griego Alexis Tsipras (dcha) conversa con el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis - EFE/Yannis Kolesidis

«Ya no negociamos con Varufakis»

Los socios del Eurogrupo ya solo discuten con Alexis Tsipras, primer ministro, después de que el ministro de Finanzas de Grecia haya quemado sus relaciones con la troika

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El muy mediático ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, ha exasperado a sus colegas europeos. Apenas diez días y dos reuniones del Eurogrupo han bastado para quemar sus relaciones. De hecho, fuentes europeas han revelado que el acuerdo alcanzado el pasado viernes se negoció por teléfono con el primer ministro, Alexis Tsipras, excluyendo completamente a Varufakis.

Las tensiones son especialmente graves con el alemán Wolfgang Schäuble, que según se cuenta en Bruselas prefiere llamar directamente a Tsipras, y en las negociaciones bilaterales habría pedido hacerlo con personas interpuestas para no tener que hacerlo directamente.

Según los indicios que se van conociendo, las relaciones de Varufakis con Schäuble y con los demás ministros, incluyendo al presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloen, no van camino de mejorar.

Con este último se ha dicho incluso que las primeras discusiones fueron tan tensas que otros ministros han temido que llegasen a las manos.

No es de extrañar, porque al propio Varufakis se le atribuyen las filtraciones que ha publicado este lunes un medio económico anglófono –y que el ministerio de Economía ha desmentido- acusando al ministro español Luis de Guindos de haber sido «más radical que Alemania» en las discusiones e incluso haberse expresado «a gritos». El griego no ha tenido tampoco reparos en publicar en su cuenta de Twiter las informaciones de los tabloides alemanes en las que le reprochan a Schäuble haber permitido la entrada de Grecia en el euro.

El comportamiento de Varufakis ha sido todo menos afable, según coinciden en señalar varias delegaciones. Aunque en general tratan más o menos de suavizar los contornos de esta situación inédita, se han escuchado reproches por parte de varios países, desde Eslovaquia a Irlanda, pasando por Portugal. Y, en general, la actitud de la delegación del nuevo gobierno griego filtrando documentos con los que los ministros estaban negociando no ha ayudado a establecer una relación de confianza.

Para colmo, la desautorización expresa que le propinó su propio presidente en el primer Euogrupo, el miércoles pasado, cuando desde Atenas rechazó los términos del documento que Varufakis acababa de aceptar a regañadientes, ha arrasado con su credibilidad.

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