La advertencia de los socorristas: «No somos los cuidadores de su hijo, hacemos labores de salvamento»

Los socorristas, tajantes: «no somos los cuidadores de su hijo, estamos para hacer labores de salvamento»

Carlota Fominaya

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La búsqueda del cuerpo de la pequeña Clara, la niña de 9 años que se ahogó el pasado martes 29 de junio mientras surcaba las aguas de un pantano en la barca familiar que conducía su tía, ha tenido en vilo al país durante los últimos días. Por desgracia, se lamenta Francisco Cano, portavoz de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) , estamos a principios de verano, y los datos del último INA (Informe Nacional de Ahogamientos) auguran los peores presagios. «Después de un año con tendencia a la baja estamos empezando a ver una oscilación, un repunte al alza influenciado por este verano tan raro post pandémico. Es decir, que conforme ha aumentado la movilidad, estamos viendo un incremento bastante acelerado de este tipo de situaciones».

Desde la Federación detectan también un ligero cambio en el perfil de los ahogados. «Nos preocupa observar que baja la edad de las víctimas. Aunque el porcentaje mayor continúa siendo el de mayores de 25 años, el de los menores de 11 a 17 años actualmente supone un 14,3 por ciento de los fallecidos en el medio acuático, el de 5 a 10 años un 2,9 y el de 0 a tres años, un 5,7 por ciento. Las familias deben concienciarse de la prevención en el medio acuático, ya sea en pantanos, ríos, piscinas (públicas o privadas) o playas».

Es verdad que en la temporada de verano el mar copa más de la mitad de los sucesos, pero detrás de una cifra, insiste Cano, «siempre hay un fallecido, sea donde sea». De hecho, tal y como recuerdan desde el Ministerio de Sanidad, «los ahogamientos son la tercera causa de muerte por causas externas, es decir, aquellas producidas por accidentes, violencia, acontecimientos ambientales, envenenamientos y otros efectos adversos».

La mejor prevención

Se identifican varios factores de riesgo relacionados con los ahogamientos de los menores pero hay uno principal, que es el momento de relajación en su vigilancia. De lo que se extrae, prosigue Cano, «que la mejor prevención en el caso de los menores es la vigilancia, enseñarles a nadar y educarlos para que respeten las normas de seguridad. El material más seguro son siempre los brazos del padre y de la madre y su compañía continúa . ¿Qué ocurre? Que muchas veces al familiar no le apetece bañarse con el niño, pero hay que meterse y nadar junto a él. De nada sirve la vigilancia a determinados metros de distancia porque siempre hay alguien que te da conversación, una llamada de móvil que nos distrae... ».

Además, « los ahogamientos se producen de forma rápida y silenciosa , la mayoría de las veces se había perdido de vista a la víctima durante menos de cinco minutos. No hay que perderles de vista en ningún momento cuando estén en el agua o jugando cerca de ella y no delegue esta responsabilidad en un niño más mayor, ni por supuesto, en el socorrista». Todos los veranos, recalca Cano, «tenemos el caso de padres que preguntan si podemos echar un ojo a su niño mientras este nada en la piscina y él o ella se ausentan para comprarse un granizado. La respuesta tajante es no: no somos los cuidadores de su hijo, somos socorristas , y la responsabilidad es siempre del adulto que esté al cargo», insiste el portavoz de la RFESS.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación