Salvini suma votos con su veraneo hortera y escandaloso

Los tiempos en los que los políticos italianos lucían más clase en las playas quedaron atrás

Matteo Salvini REUTERS

Las vacaciones de los políticos en Italia, en particular las del ministro del Interior, Matteo Salvini (46 años), han suscitado un debate y la comparación con el estilo de los políticos de épocas pasadas, lo que ha servido para comprobar la transformación antropológica de los italianos. El espectáculo más insólito lo ha protagonizado precisamente el ultraderechista líder de la Liga . Nunca se había visto en Italia un ministro del Interior en bañador con el torso desnudo y oficiando como DJ en la playa, mientras algunas jóvenes modelos se contorneaban y bailaban al ritmo del himno nacional italiano.

Matteo Salvini rompió moldes , porque muchos italianos pensaron que, como líder de la Liga podía organizar a su antojo las fiestas y espectáculos de su partido, pero debía haber sido más cuidadoso por el importante papel institucional que tiene como ministro del Interior. Pero Salvini no solo organizó fiestas en un chiringuito, sino que montó una especie de sucursal de su ministerio en la playa de Milano Marittima, en el Adriático, en la provincia de Rávena, dando ruedas de prensa y hablando de temas de gran trascendencia como la reforma de la Justicia. Todo ello adobado con insultos a un reportero de «La Repubblica», reo de haber filmado imágenes de su hijo de 16 años, Federico , divirtiéndose en una moto acuática de la Policía nacional conducida por un agente, suscitando críticas y polémica.

Las «grupies» del ministro Salvini en Milano Marittima CORDON PRESS

«¡Demasiado!»

Ver a Salvini en el «Papeete Beach» con un mojito mientras sus fanáticos fieles enconaban su nombre como si fuera la canción del verano ha sido una imagen llamativa, solo superada por el baile de las modelos en tanga al son del himno nacional: «¡Demasiado!», exclamaron algunos militares. «El himno nacional se escucha en determinadas circunstancias, bien fijadas en el protocolo», clamó, por ejemplo, el general Francesco Maria Ceravolo . La izquierda consideró escandaloso el exhibicionismo del ministro del Interior. Pero, en contra de lo que muchos pudieran pensar, esas imágenes de Salvini en plan hortera no le han dañado su popularidad, y han sido comentadas por expertos en los medios, como el profesor Massimiliano Panarari , sociólogo de la Comunicación: «El himno nacional al son del DJ y con modelos bailando demuestra que Salvini no tiene escrúpulos a la hora de comunicar y certifica un cambio de fase; es una imagen muy fuerte, destinada a permanecer».

Nada tenían que ver la imagen de Salvini con las fotografías que al mismo tiempo se han publicado del líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi Di Maio (33), que, con su novia, Virginia Saba (36), aparecía en una playa de Cerdeña intercambiándose caricias, besos y abrazos mientras compartían un helado. Ha quedado claro, confrontando las imágenes de Salvini y Di Maio en la playa, el por qué «La Bestia» -el costoso programa comunicativo de Salvini, clave en buena parte de su éxito- se ha impuesto a su socio de gobierno hasta el punto de casi anularlo políticamente.

Viendo las imágenes de Salvini, algunos italianos han recordado con nostalgia el estilo de los políticos de hace unos décadas. Como contraste, se han publicado fotos del líder democristiano Aldo Moro , asesinado por las Brigadas Rojas en 1978, quien iba en traje a la playa con su hija o aparecía en albornoz con la familia. Medió, en el tiempo, S ilvio Berlusconi (82), quien vestía camisa y pantalón rigurosamente blancos sin mostrar un centímetro de piel.

Uno de nosotros

El drástico cambio, desde el albornoz de Moro al torso nudo de Salvini, «no es solo una evolución o involución de las costumbres, sino una mutación antropológica de nosotros, los italianos. El Salvini que bebe, baila y canta en el ‘‘Papeete beach’’ es uno de nosotros o es percibido como tal por al menos el 39 % de los italianos», señala «Il Corriere della Sera».

Narciso y egocéntrico como pocos, hasta de su exceso de peso alardea Salvini: «Un hombre con barriga es un hombre con sustancia», dijo en la noche del miércoles en Sabaudia, en un mitin bajo una torre construida por Mussolini.

El líder democristiano asesinado en 1978 gastaba traje o albornoz en sus jornadas playeras
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