La Justicia argentina no consigue sacar a Isabelita Perón de su búnker

La exmandataria peronista, que se ha librado de comparecer en otro proceso judicial, perdona desde su casa madrileña todos los «agravios en su contra»

María Estela Martínez de Perón ABC
Guadalupe Piñeiro Michel

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«Apenas sale de casa, tan solo para ir a misa». La explicación del abogado Atilio Neira , el hombre que desde hace tres décadas defiende en España los intereses de María Estela Martínez de Perón , también conocida como «Isabelita» , enfatiza así la reclusión de esta anciana de 86 años, viuda del general Juan Domingo Perón y quien tuvo en sus manos los destinos de la República Argentina entre el 1 de julio de 1974 y el 24 de marzo de 1976, cuando fue sacada por la fuerza de la Casa Rosada, en Buenos Aires. Un golpe de Estado dio paso a la dictadura militar.

La llamada de ABC a Neira se produce en el contexto de la megacausa en la que se investigan y juzgan los crímenes de la humanidad cometidos durante el Operativo Independencia, cuyo origen está en el decreto secreto que Isabelita firmó en 1975 para «aniquilar el accionar de elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán».

El proceso a punto ha estado de sacar a Isabelita Perón del aislamiento en el que años atrás se sumergió al abrigo de su particular búnker : un chalet de 250 metros cuadrados distribuidos en tres plantas y 100 de jardín, situado en Villafranca del Castillo (Madrid). Allí guarda un silencio casi sepulcral desde su último episodio con la Justicia, en 2007, cuando en la Audiencia Nacional tuvo que afrontar una petición de extradición por parte de un juez argentino. Muy lejos quedan los ecos de sus pasos por los salones madrileños, a principios de los 80; las veladas en la residencia de Puerta de Hierro, que compartió con Juan Domingo Perón; sus veraneos en Marbella, donde leía y escribía poesía , o sus visitas prenavideñas al Rastrillo Nuevo Futuro.

Entrada al chalet de Isabelita Perón Juan Carlos Hidalgo

En esta ocasión, en el marco del proceso del Operativo Independencia, los fiscales argentinos Pablo Camuña y Patricio Rovira -con el aval del fiscal Ricardo Wechsler - pidieron la citación de la expresidenta, pues aquel decreto derivó en «graves violaciones a los derechos humanos», tales como las desapariciones y la creación de centros clandestinos de detención.

Intento frustrado

Finalmente, la Corte Suprema de Argentina ha rechazado dicha petición. Pero la pregunta sigue en el aire. ¿Cómo ha encajado Isabelita Perón ese nuevo intento (frustrado) de llevarla ante un tribunal? «En España la señora está a salvaguardo, pues el Supremo ya falló a favor de ella y denegó su detención y extradición », explica Neira, quien añade casi con ternura sobre su clienta: «Ella está lúcida y tranquila. Tiene recuerdos muy claros de lo que vivió y ha perdonado todos los agravios en su contra».

María Estela de Perón a la salida de la Audiencia Nacional EFE

En su casa de Villafranca del Castillo -donde es vecina de algunos habituales de la prensa del corazón, como Paula Echevarría -, Isabelita recibe a cuentagotas a los poquísimos amigos que le quedan, así como ocasionales visitas médicas. Tras su llegada a España en 1981, y antes de instalarse aquí, había recalado en Torremolinos y en dos pisos del centro de la capital (uno de ellos en la calle del Padre Damián); también en la casa de Puerta de Hierro, que en su día tuvo que vender para costear el juicio por la herencia del mandatario argentino iniciado por las hermanas de Evita , la segunda esposa de Perón, fallecida en 1952. Los pleitos por el legado de su difunto esposo acabaron en 2013 y, tras firmar su testamento, Isabelita estipuló que donará el 90 por cien de su patrimonio a asociaciones benéficas , destinando el resto a sus sobrinas, pues no tuvo descendencia. De manera testimonial, también dejará algo a sus empleados.

Un mal número

Pese a que los supersticiosos aseguran que el número 7 es señal de bienaventuranzas, los años acabados en esta cifra recuerdan a la exlíder peronista algunas cuentas pendientes con su país: en este 2017 a punto ha estado de ser citada a declarar; en 2007 fue detenida en Madrid y llevada ante la Audiencia Nacional, donde diez años antes, en 1997, ya había sido interrogada por su presunto papel en la fundación de la Alianza Anticomunista Argentina -más conocida como la Triple A-, grupo terrorista parapolicial que asesinó a más de 700 personas, entre ellos estudiantes, artistas e intelectuales. Precisamente su paso por la Audiencia, en 2007, le dejó serios problemas de salud: a su salida rodó por las escaleras, rompiéndose un brazo y dañándose la cadera. Permaneció ingresada durante días . Hoy, la opinión de Neira es que «hizo lo que pudo y atravesó el momento (su presidencia) con mucha dignidad». Para el abogado, siempre actuó con gran «convicción nacional». A pesar de ello, la exmandataria argentina lleva décadas sin pisar su país.

Isabelita calla o, en su defecto, habla a través de Neira. Pero los argentinos han encontrado una manera de «hacerla hablar»: mediante el personaje que recrea su llegada a la Casa Rosada en «Cuéntame cómo pasó», versión austral de la exitosa serie española. Los Alcántara argentinos sí «escuchan» la voz de María Estela Martínez de Perón.

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