Ivanka Trump será vecina de los Obama en Washington

La hija del presidente electo vivirá en la mansión que habitaba un enemigo de Putin

Corresponsal en Washington Actualizado: Guardar
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No parece una casualidad. Ivanka Trump, la hija mayor y favorita del presidente electo, y su marido, el promotor inmobiliario Jared Kuchner, junto con sus tres hijos, Arabella, Joseph y Theodore, vivirán a la vuelta de la esquina de la que será la casa de la familia Obama, cuando a partir del 20 de enero el presidente saliente entregue el testigo a Donald Trump. En el elitista barrio de Kalorama, en Washington DC, la acumulación de personas relevantes es notable, y en especial aquellas relacionadas con el mundo de la política. Otro de los vecinos del nuevo matrimonio de moda es Tony Podesta, propietario del conocido lobby que lleva su nombre, muy vinculado al mundo demócrata y hermano de John, quien coordinó, sin éxito, la pasada campaña presidencial de Hillary Clinton.

Es el distinguido entorno de un acomodado barrio situado a algo más de tres kilómetros de la Casa Blanca, pero muy alejado del mundanal ruido.

El desembarco de Ivanka y Jared, considerado el matrimonio más influyente en las decisiones del futuro presidente Trump y llamado a tener un notable protagonismo, aunque sea entre bambalinas, presenta otra paradoja, que tiene más visos de coincidencia. La vivienda que han elegido pertenecía hasta ahora a un rival del presidente Vladímir Putin, cuya sintonía con Donald Trump no ha dejado de acaparar titulares durante el periodo de traspaso de poderes. Dan K. Rapoport, un empresario letón muy vinculado a la oposición que combate al mandatario ruso, ha habitado la vivienda los últimos años en compañía de su mujer, Irina. Rapoport ha vendido la casa, por 5,5 millones de dólares, para trasladarse a vivir a Kiev (Ucrania), donde gobierna hoy el proeuropeísta y conocido antiPutin Petró Poroshenko. Aunque no está claro si Ivanka y Jared son sus compradores o si se establecerán en régimen de alquiler a otro nuevo propietario, según la información adelantada por el semanario local The Washingtonian. Nacido en Riga, el empresario ruso cuenta todavía con negocios en Moscú, como el Soho Rooms, una de las salas de fiestas más conocidas.

De color blanco y con numerosas ventanas, la mansión que servirá al influyente y joven matrimonio para iniciar una prometedora etapa personal y política, consta de seis dormitorios y seis baños, propios de la amplitud de la mayoría de las casas de esta selecta zona de la capital estadounidense. La moderna decoración, adaptada a espaciosas estancias, hará que Ivanka y Jared disfruten de una de las casas más confortables de la zona. Aunque sus 630 metros cuadrados se queden por debajo de los 760 que acogerán a los Obama, con nueve habitaciones.

La compraventa de la mansión, de 94 años de antigüedad pero que está remozada al más mínimo detalle, se llevó a cabo en diciembre, en una operación en la que el vicepresidente de la firma Fine Properties Executive, William F. X. Moody, representó a ambas partes, comprador y vendedor.

La presencia de la familia Obama en Belmont Road, justo la esquina desde donde se encuentra la de Ivanka y Jared, en Tracy Place, ha obligado a establecer un punto permanente de vigilancia destinado a los servicios secretos. Estos días, hay tanto movimiento en ambas casas, en plenos preparativos, como en el exterior, donde las cámaras de televisión ya rondan en busca de imágenes noticiosas.

Ivanka Trump, empresaria de 35 años, es considerada la persona más influyente en su padre, el que será en dos semanas presidente de Estados Unidos. Aunque aún no se conoce el rol que jugará en torno a la labor del nuevo inquilino de la Casa Blanca, su decisión de trasladarse a Washington DC junto con su familia confirma que estará cerca del día a día de Donald Trump desde que se siente en el Despacho Oval. De la misma forma, Jared Kushner está llamado a tener responsabilidades cercanas, aunque en principio sin un cargo concreto.

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