Un café con Ivanka Trump por 48.000 euros

Sus palabras valen oro y su tiempo cotiza al alza desde que el pasado 8 de noviembre los norteamericanos auparan a su padre a la presidencia del país. Un mes después de las elecciones se materializa lo que muchos ya vaticinaban. A Ivanka Trump, de 35 años, se le queda pequeño el rol de hija. Durante la campaña presidencial, tanto ella como su marido Jared Kushner, un multimillonario de origen judío, ejercieron una sonora influencia en las decisiones de Donald Trump. Tras la victoria, el magnate trata de definir las funciones del matrimonio, que ya ha decidido mudarse a Washington, sin contravenir las leyes del país que atajan el nepotismo. El jueves pasado se anunciaba que Ivanka dispondrá de un despacho propio en la Casa Blanca, que en teoría debería ocupar la esposa del presidente, Melania Trump

. Pero aquí parece que la única destinada a ostentar el cargo de primera dama es su hija, nacida de su primer matrimonio con Ivana.

Al rebufo de su empoderamiento diario, Ivanka comienza a capitalizar la admiración que suscita. Ha sacado a subasta la posibilidad de tomarse un café con ella en la Torre Trump de Nueva York o en el nuevo Hotel Trump Internacional de Washington en 2017. Los que deseen departir con la joven y conocerla de primera mano tendrán que rascarse el bolsillo. El precio de partida es de 50.000 dólares (unos 48 mil euros). Las ganancias de esta puja, que termina el próximo lunes, se destinarán a la Fundación Trump que lleva su hermano Eric, con el objetivo de financiar el hospital de investigación St. Jude Children’s y su lucha contra las enfermedades infantiles.

La cita será para dos personas y se prolongará durante unos 30 o 45 minutos. Por supuesto, solo se llevará a cabo si el ganador pasa los controles correspondientes del departamento de seguridad, que estará presente durante todo el encuentro.

La puja, que ya alcanza los 62.888 dólares (unos 59.000 euros), está alojada en CharityBuzz, plataforma que los Trump ya han utilizado en otras ocasiones con objetivos benéficos.

La hija de Donald Trump se suma así a una larga lista de personajes ilustres que bien aprovechando su apellido o su pasado político tratan de rentabilizar sus palabras e ideas.

Lluvia de millones

La amiga y rival de Ivanka en las pasadas elecciones Chelsea Clinton se sumó en 2014 a la lucrativa labor de conferenciante, también desempeñada por sus padres. Según publicó «The New York Times», la hija de Bill y Hillary Clinton puede cobrar hasta 75.000 dólares (unos 72.000 euros) por dar una charla. Un caché aún lejano del de sus padres que se llegan a embolsar entre 150.000 y 500.000 euros por intervención.

Desde enero de 2001 hasta enero de 2013, el expresidente Clinton pronunció 542 conferencias, por las que percibió 104,9 millones de dólares, unos 100 millones de euros. Aunque más de la mitad de sus apariciones tuvieron lugar en Estados Unidos, la mayoría de los ingresos por sus discursos, 56,3 millones de dólares -53,8 millones de euros- proceden de sus conferencias en el extranjero, principalmente en China, Japón, Canadá y Reino Unido. Mientras que Hillary y Bill suelen ser requeridos para analizar la situación política o económica por una determinadas empresa, la temática de Chelsea va más encaminada a los fines de la Fundación de su familia que se dedica a «fortalecer la capacidad de la gente de todo el mundo para afrontar los retos de la interdependencia global».

Exprimir al máximo

Bien es cierto que el clan Clinton cambió las conferencias por los mítines durante los últimos meses, pero han seguido igual exprimiendo al máximo sus palabras, a veces, con el respaldo de los miembros más destacados de la gauche divine estadounidense. George Clooney y Amal Alamuddin organizaron dos actos benéficos en su casa de Beverly Hills que recaudaron 15 millones de dólares para Hillary Clinton. Por la mansión de los Clooney pasaron, entre otros, Jane Fonda, Anna Wintour y Ellen DeGeneres. La entrada a los eventos costaba la friolera de 32.000 euros y tener el honor de ser el copresidente del acto ascendía a 338.000 euros.

La esposa de Clooney está más que curtida en el arte de la buena oratoria y el poder de persuasión con la palabra. La abogada británica de origen libanés compagina su triunfante carrera como jurista experta en Derechos Humanos con la participación esporádica en conferencias, principalmente centradas en los derechos de la mujer o la violencia sexual en conflictos y guerras.

Otro matrimonio experto en lucrarse con sus disertaciones y habilidades comunicativas es el formado por Tony y Cherie Blair. El ex primer ministro británico de 63 años sacó un jugoso partido a su vida tras dejar el gobierno británico en 2007 con asesoramientos a gobiernos y bancos y dando conferencias nunca por menos de 320.000 euros. Su mujer Cherie también se desenvuelve a las mil maravillas ante los micrófonos, aunque su caché queda muy lejos del de su marido; unos 30.000 euros por aparición. A finales de octubre, recaló en Madrid para abrir la cuarta conferencia inaugural de la Cumbre de Mujeres Juristas en el Colegio de Abogados de la capital. Se desconoce el importe que se embolsó por su disertación en España.

La prensa británica asegura que el matrimonio posee propiedades inmobiliarias en Londres por valor de 34,5 millones de euros, con diez casas y 27 pisos, varios en el prohibitivo centro de Londres, y le atribuyen una fortuna de 117 millones de euros. Lógicamente, en sus conferencias prefiere disertar del Brexit o el futuro de EEUU que de su imperio del ladrillo.