Christina Oxenberg, la prima del Príncipe Andrés, testifica en el «caso Epstein»

La hija escritora de Isabel de Yugoslavia conocía a Ghislaine Maxwell, la «madame» del pedófilo que está en paredero desconocido desde verano. Su hermana Catherine, pasó siete años buscando a su hija India, quien fue captada por la secta Nxivm

Catherine Oxenberg y su madre Isabel de Yugoslavia EFE

D. Asensi

Hasta hace tres años, Catherine (58 años) y Christina (57), las hijas de la princesa Isabel de Yugoslavia —fruto de su matrimonio con su primer marido, el norteamericano Howard Oxenberg — han tenido unas vidas discretas y plagadas de éxitos profesionales. Catherine saltó a la fama en 1984 al interpretar a Amanda Carrington en la serie « Dynasty ». Su hermana Christina es una reconocida escritora, humorista y diseñadora de moda en Estados Unidos.

Pese a sus carreras profesionales y a su reconocimiento dentro de la sociedad americana, la actriz y la escritora siempre han intentado pasar inadvertidas. Si no fuera por el parentesco royal de su madre (que es prima segunda del Príncipe Andrés por vía materna, y prima segunda de la Reina Sofía por vía paterna), nada haría pensar que estas hermanas criadas en Nueva York y hechas a si mismas pudieran ser primas terceras del Rey Felipe y Pablo de Grecia .

Christina Oxenberg y Miguel de Kent, primo de Isabel II Instagram

Sin embargo, el drama personal que Catherine vivió con su hija India y el «caso Epstein» han obligado a las socialites a dejar a un lado sus vidas tranquilas y a utilizar su altavoz en los medios de comunicación para denunciar horribles realidades y colaborar con el FBI. La última en hacerlo ha sido Christina, quien está colaborando con los agentes que investigan el paradero de Ghislaine Maxwell , considerada la «madame» del pedófilo Jeffrey Epstein.

Según el diario «The Daily Mail», Christina Oxenberg ha informado al FBI de todo lo que sabe sobre Maxwell. «Quiero hacer todo lo que pueda, porque lo que ha ocurrido me disgusta mucho», declaró el viernes. Al parecer, Christina mantuvo una conversación con Maxwell en 1997 que, tras todo lo ocurrido este año —cuando Epstein fue detenido y apareció muerto en su celda de la cárcel—, no podía mantener en secreto más tiempo: «Nunca lo olvidaré. Estábamos solas y empezó a decir muchas cosas. Cosas escalofriantes, extrañas, poco ortodoxas. No podía creer que lo que estaba diciendo fuera real. Cosas como: 'Jeffrey y yo tenemos grabaciones de todo el mundo'».

Christina quiere que se haga justicia con las víctimas de Epstein, por eso ha confirmado sus declaraciones al FBI y les ha dicho que está dispuesta a testificar contra Maxwell . «Nada curará el trauma. Esas mujeres quedarán afectadas de por vida, pero al menos deberían recibir dinero», explicó.

Sobre el Príncipe Andrés

A Maxwell se le perdió el rastro días después de que el cuerpo de Epstein fuera encontrado en su celda de la cárcel de Nueva York. Según han declarado amigos cercanos a la «madame» del pedófilo , no es la primera vez que ella desaparece y, cuando lo hace, es imposible encontrarla. Según Christina, Maxwell « quería casarse con Epstein y finalmente no lo hizo, pero consiguió mucho dinero . En efectivo y en propiedades», un «dinero sucio» del que posiblemente habrá hecho buen uso para que nadie la encuentre.

Sobre las acusaciones de Virginia Giuffre , quien acusa al Príncipe Andrés de haber abusado sexualmente de ella, Christine le defiende: «Es mi primo y le quiero. Entiendo que ser tonto no te convierte en un mal tipo».

Quizá, el calvario por el que ha pasado en los últimos años su hermana Catherine, haya empujado a Christina a colaborar en el «caso Epstein». Y es que, la actriz publicó a finales de 2018 « Captive », un libro donde relata los siete años que pasó intentando sacar a su hija India de la secta Nxivm , cuyo fundador Keith Raniere fue condenado el verano pasado a cadena perpetua por tráfico y explotación sexual, posesión de pornografía infantil y extorsión.

«Eran peligrosos, arriesgué mi vida para ser testigo de lo que le hacían a las personas. Desubrí que soy el tipo de madre que está dispuesta ponerse entre su hijo y una bala», relató la actriz al diario británico «The Sun». La relación de India con Nxivm se remonta a 2011, cuando madre e hija acudieron a un seminario sobre herramientas empresariales en California. Catherine no tardó en descubrir que la organización que estaba detrás era una secta, pero cuando intentó hacer entrar en razón a su hija, ya era demasiado tarde. India tenía entonces 20 años y gastó miles de dólares en cursos de Nxivm, dejó su casa en Malibú y se mudó a Albany para estar más cerca del cuartel general de la secta. Fue entonces cuando su madre perdió completamente el contacto con ella.

Marcadas como si fueran ganado

Allí, entró de lleno en el «grupo dos», formado por mujeres esclavizadas sexualmente que recibían palizas y pasaban largas jornadas sin comer como penitencia. Todos los meses, debían enviar a los líderes fotografías donde aparecían desnudas, repetir sus votos de obediencia a Raniere y grabar cintas con los secretos más oscuros de sus familias. Con estos documentos gráficos, la secta amenazaba a las jóvenes cuando se planteaban abandonar el grupo. Además, eran obligadas a mantener relaciones sexuales con Raniere, quien les marcaba con iniciales en sus zonas íntimas.

«Cuando me enteré de la verdad me volví loca», confesó Catherine hace unos meses. Y añadió: «No me gustaba lo involucrada que estaba India en Nxivm, pero no tenía ni idea de lo que pasaba en realidad. Me abrió los ojos una chica que había escapado, se acercó a mí y me dijo que salvara a mi hija». Gracias a esta joven, Oxenberg conoció cómo funcionaba la secta. «Decían a las mujeres que entrarían a formar parte de un grupo de empoderamiento femenino», denunció la actriz. Si las mujeres eran las «elegidas» para mantener relaciones con el líder , se las sometía a dietas muy estrictas, donde solo comían 500 u 800 calorías al día.

En sus indagaciones, Catherine descubrió que cada mujer debía reclutar entre cinco o seis esclavas más: «Ellas mismas sujetaban a las mujeres para que fueran violadas y marcadas . No quiero ni pensar que mi hija haya participado en eso, me duele demasiado».

Para salvar a India de «un ambiente de abuso y crueldad contra las mujeres», la intérprete contó con la ayuda de Frank Parlato, antiguo publicista de Nxivm, que fue el primero en denunciar que el grupo funcionaba como una secta. Juntos arriesgaron en varias ocasiones sus vidas y recibieron amenazas de muerte: «Querían denunciarnos para que fuéramos a la cárcel. Nos avisaron que no fuéramos a México [donde estaba la sede central de la secta] porque contratarían a sicarios».

Un final feliz

Finalmente consiguieron juntar las suficientes pruebas para que los líderes de la secta fueran arrestados. El culto se vino abajo, India volvió con su madre , encontró trabajo en un restaurante vegano de Nueva York y actualmente está enamorada de su pareja e intentando recomponer su vida en su casa de Malibú . Pero tanto Catherine como India no durmieron tranquilas hasta que escucharon el veredicto del jurado popular el verano pasado, que condenó a Raniere a cadena perpetua.

En todo este proceso, hasta que apareció India, el papel de Isabel de Yugoslavia fue fundamental. Después de siete años sin saber nada de su nieta, la prima segunda de la Reina Sofía viajó a Nueva York en abril de 2018 para ayudar su hija Catherine en su búsqueda. Isabel de Yugoslavia siempre ha estado muy unida a su nieta y, además de ayudarla, sabía que la escucharía. Allí permaneció varios meses hasta que pudieron probar que Nxivm funcionaba como una secta y así recuperar a India.

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