Protocolo real, errores que se han de evitar en una recepción en Palacio

Los detalles más llamativos de los personajes públicos en un encuentro con el Rey

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La gente tiende a ponerse nerviosa cuando sabe que va a saludar a los Reyes de España. Y aunque lo normal sería ver en qué contexto se va a producir el encuentro y preguntar a expertos cómo se debe ir vestido o cómo saludar, se siguen cometiendo errores de vestuario y educación sin explicación posible.

No hay un código de protocolo que indique las pautas a seguir a la hora de ser recibido en audiencia por Su Majestad. La educación y la lógica son las únicas normas de comportamiento posibles.

A veces los detalles son tan importantes que eclipsan el conjunto de un acto, como le sucedió a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en la audiencia que mantuvo con Felipe VI a principios de este mes. El bolso de paja que sostuvo en todo momento la alcaldesa estaba totalmente fuera de lugar.

Alguien le debería haber dicho a Carmena que al Rey se le saluda con las manos vacías y que un capazo informal nunca se lleva en un acto institucional.

Algo parecido sucedió en 2013, cuando el entonces Rey Don Juan Carlos recibió en audiencia al presidente de Bolivia. Evo Morales no se puso un traje oscuro al uso, sino que vistió un traje de paño con detalles de aguayo, una tela tejida a mano por los pueblos indígenas, y debajo una camisa con bordados de figuras andinas. El Rey y el dirigente boliviano posaron ante los medios con el ministro de Defensa del país sudamericano, Rubén Saveedra, que cometió el error de no abrocharse ningún botón de la chaqueta para la foto, y no soltar de su mano una carpeta azul y un maletón enorme.

A la hora de saludar al Rey, siempre hay que darle la mano y, en el caso de los hombres, acompañarlo con una ligera inclinación de cabeza en señal de respeto. A Plácido Domingo le perdió la emoción de saludar a un amigo cuando fue recibido en audiencia por Don Juan Carlos en 2013. El tenor salió a su encuentro y directamente le abrazó. Este gesto de amistad no es grave, pero no quita para que instantes después Domingo posase al lado del Rey con la mano izquierda metida en el bolsillo.

Y no una sino dos fueron las manos que mantuvo en el pantalón en todo momento Juan Manuel de Prada cuando fue recibido por el ahora Monarca emérito, también en 2013. Y eso que recibía el premio Fies de Periodismo. Este gesto, aunque no lo pretendiese, puede ser interpretado como prepotencia o soberbia.

En enero de 2013, Don Juan Carlos recibió en audiencia a Artur Mas. La entrada del Rey tuvo que ser retrasada mientras el presidente de la Generalitat bromeaba con su cumpleaños. Mas también salió al encuentro del monarca, en vez de esperar en el área estipulada, y le saludó agarrándole por ambos brazos. El Rey, convaleciente de su última operación, casi no tuvo tiempo de estrecharle la mano.

Aún más casual fue el tono que se mantuvo en el primer encuentro entre Felipe VI y el líder de Podemos este mismo año. Pablo Iglesias, en vaqueros y camisa con los faldones por fuera, fue directo al Rey y le espetó: « Me salto el protocolo para hacerle un regalo que creo que le va a gustar. Se aprende mucho de la crisis». El regalo era un DVD de una serie actual. Al Rey no se le dan regalos, y menos se le insinúa que viendo una serie va a aprender sobre la economía de su país.

Se pudo aprender mucho en la primera recepción que dieron Don Felipe y Doña Letizia en junio de 2014. Casa Real dejó claro que era una ceremonia solemne, un acto institucional, no una fiesta. La etiqueta era traje oscuro para ellos y vestido corto (que no de cóctel) para las mujeres.

El primero al que vimos inadecuadamente vestido fue al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, demasiado engalanado con un frac en un acto de mañana. Carla Royo Villanova, esposa de Kubrat de Bulgaria, vistió un diseño de fiesta de Jospe Pont con una larga y vaporosa falda. Uxue Barcos, miembro de la Asociación Española contra el Cáncer, saludó a la Reina llevando un bolso blanco enorme y sucio.