Los vecinos, a Carmena: «Queremos una Plaza de España más limpia y segura»

Las hojas se amontonan en el pavimento agrietado que rodea la fuente de la Plaza de España, que emana agua tan gris como la triste estampa que este enclave luce hoy, un lugar que en los años 70 y 80 era el centro de negocios de la capital. Las escasas papeleras de la zona están colapsadas, el césped tiene aspecto seco y descuidado, y los grafitis inundan los bancos urbanos, quioscos e incluso los troncos de los árboles del entorno. «Estamos deseando que se ejecute una reforma como agua de mayo. Pero que sea un proyecto concreto y efectivo: para empezar, queremos que la plaza sea más limpia y segura», reclama José Gabriel Peña, presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes de Universidad.

La mole del Edificio España que encumbra la plaza homónima permanece vacío.Es otra estampa que ilustra la «dejadez y decadencia» municipal de la que se quejan quienes viven y trabajan en el barrio. Las negociaciones siguen estancadas entre Wanda y el Ayuntamiento de Madrid, que trata de retener el proyecto con el que el magnate chino Wang Jianlin quiere convertir el inmueble en un hotel, un centro comercial y viviendas de gama alta. «Es primordial que el rascacielos se llene de humanidad, porque servirá de empuje para dar vida al resto de comercios del barrio», indica Peña.

A la tibia inversión privada de esta zona se suma el eterno y necesario reto de despejar la suciedad, las pintadas, la delincuencia y los restos del «botellón» que afean la explanada. «Hay cosas urgentes que saltan a la vista: mejorar el pavimento, podar los árboles, cuidar los jardines y que los carteristas no campen a sus anchas... Por la Plaza de España pasan muchísimos turistas al día, no puede verse en este estado de abandono total», demanda Antonio, un vecino que vive en la calle Ferraz desde más de 60 años y que ha visto cómo los sucesivos gobiernos han tratado de remodelar e impulsar la imagen de la plaza, aún sin demasiado éxito. «Me atrevería a decir que nunca ha estado tan mal», subraya.

Encuesta vinculante

Los vecinos y comerciantes del barrio lo tienen claro. No necesitan encuestas. Quizá por eso el cuestionario que el equipo de Manuela Carmena ha presentado a los madrileños para que voten si es necesaria la reforma de la plaza está teniendo escasa repercusión. Desde pasado 28 de enero apenas han votado 20.000 personas, y el plazo acaba el próximo 8 de marzo.

El futuro de uno de los ejes más emblemáticos de Madrid, por el que transitan cada jornada 53.778 personas y más de 200.000 vehículos, depende del resultado de esa encuesta, que será vinculante. ¿Crees que es necesario que la intervención de Plaza de España afecte también a zonas colindantes?; ¿es necesario limitar algunos usos?; ¿qué funciones le gustaría que se realizaran en la plaza? ¿se debe cambiar de ubicación el monumento a Cervantes?, son algunas de las 18 preguntas que forman parte del sondeo. Los madrileños que participen en el proceso pueden incluso expresar su opinión sobre si es necesario «soterrar toda la circulación del eje Gran Vía y Princesa, teniendo en cuenta el elevado coste». Según indicó el concejal de Participación Ciudadana y Transparencia, Pablo Soto, con estas ideas se redactarán las bases de un concurso público. Un jurado será el encargado de resolver este certamen. Más tarde, se seleccionarán cinco proyectos y, después de varios filtrados más, quedarán dos. En esta ocasión, de nuevo, los ciudadanos volverán a ser consultados y con sus votos seleccionarán el proyecto ganador, que se conocerá en septiembre de este año.

Sin embargo, para los que viven por las calles aledañas a la plaza, lo más necesario no es una gran reforma sino acabar con viejos y constantes problemas de seguridad. «Ten cuidado, que esos tres de ahí estaban mirando mucho tu bolso y lo llevas abierto», advierte un hombre que pasea a su mascota. «Suelen ir de tres en tres y van a por los que creen que son turistas, los que ven con cámaras de fotos y andan despistados. A por los de siempre no van, porque ya les tenemos fichados», explica con conocimiento de causa este vecino. «El Ayuntamiento debería hacer algo contra esta impunidad», reclama.

Laura Jiménez y Antonio González, dos estudiantes universitarios andaluces, tras hacerse una autofoto con el monumento a Cervantes y el Quijote de fondo, comentan el intento de robo al descuido que acaban de presenciar. «La zona está peligrosa. Y también hay bastantes “sin techo”. El Ayuntamiento tendría tomar medidas para evitar que duerman aquí, porque todas estas cosas son las que más asustan al turismo», arguye González. «Lo que le falta es actividad comercial en la plaza. Si se revitalizara el Edificio España, quizá perdería este aspecto lúgubre que tiene ahora», opina Jiménez.

La Plaza de España conecta con Gran Vía, Conde Duque, Princesa y la Cuesta de San Vicente, que, según el transeúnte se acerca a la glorieta, también muestran el mismo aspecto deplorable. En la calle Martín de los Heros, los viandantes sortean los charcos de orín y restos de bebidas alcohólicas. «Los chavales que vienen de fiesta los fines de semana hacen sus necesidades en medio de la plaza sin pudor», critica Juliana, camarera de un restaurante de la calle, que exige «un lavado de cara urgente» de Plaza España y, que, por una vez, no se quede «diluido».