Un impulso institucional a la economía de América Latina
Las organizaciones empresariales han sido claves para reducir la falta de productividad y afrontar la escasa integración regional
La falta de cohesión es uno de los grandes lastres tradicionales de la economía de América Latina y un freno constante para sus empresas. A ese escaso grado de integración regional se suma una falta de productividad que echa raíces en el fuerte peso de la economía informal, el pequeño tamaño de las empresas, el escaso desarrollo de los mercados financieros y las barreras no arancelarias. La integración y el impulso institucional, liderado por las asociaciones empresariales, se configuran como las armas para que las economías iberoamericanas avancen hacia un modelo realmente competitivo.
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«En un momento como el actual, caracterizado por la creciente rivalidad entre grandes bloques económicos , los países de la región deberían realizar un mayor esfuerzo en integrar sus economías para impulsar el comercio y las inversiones intrarregionales, facilitar la integración del tejido productivo local en las cadenas de valor globales y posibilitar que las empresas adquieran más escala y competitividad. Es llamativo el contraste entre el alto grado de comercio intrarregional en América del Norte y Centroamérica, y el bajo nivel de Sudamérica», subraya Narciso Casado , secretario permanente del Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB) y director general de CEOE Internacional.
La integración y el impulso institucional, liderado por las asociaciones empresariales, se configuran como las armas para que las economías iberoamericanas avancen hacia un modelo realmente competitivo
«Debemos integrarnos mejor en la región, por supuesto. La integración latinoamericana está muy lejos de la europea . No tenemos una moneda única, sólo el 20% de nuestra exportación se dirige a otros países de la región. El resto se dirige a Estados Unidos, China o la UE, principalmente», coincide Antonio Magraner , vicepresidente de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (Ceaje) y secretario general de la Federación Iberomamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE). Magraner cree que esta tarea pendiente se explica en buena medida en el hecho de que «nuestros productos -sobre todo materias primas- son muy parecidos. También es una dificultad la enorme extensión de la región. La UE entera cabe en la mitad de Brasil, por poner un ejemplo. Y luego hay dificultades políticas e ideológicas bien conocidas también, por supuesto».
Casado tiene clara cuál es la receta para reconducir la fragmentación dominante: «Hay que reforzar la institucionalidad en América Latina para garantizar la seguridad jurídica a los inversores». Y la primera pieza para que la maquinaria se mueva la están empujando los empresarios. «Es en estos temas donde las organizaciones empresariales juegan un papel determinante , al actuar como vehículo estratégico para el sector empresarial, sirviendo como plataforma instrumental a la hora de encaminar el debate político hacia la necesidad del comercio intrarregional y promoviendo un nuevo pacto latinoamericano por la productividad».
Desde CEIB se ha puesto el empeño en diseñar para la región un espacio empresarial y económico mucho más profesionalizado. Un marco plural y participativo que incluye numerosas reuniones, eventos, seminarios y grandes encuentros, como el celebrado en Antigua (Guatemala) el año pasado, al que acudieron más de 800 empresarios «para generar negocio, tender puentes e invertir». El X Congreso Iberoamericano de Jóvenes Empresarios, celebrado la pasada semana en Santa Cruz (Bolivia), suma otro hito en este impulso institucional empresarial. En esta cita, FIJE adoptó un marco organizativo similar al de CEIB, organización con la que trabajara en una hoja de ruta en temas como innovación, movilidad laboral, retención de talento...
Experiencia compartida
«La reunión de Bolivia ha tenido excelentes resultados para los jóvenes empresarios de la comunidad latinoamericana», asegura Cesar Durán . «FIJE va a tener una secretaría permanente en Madrid. Esa es una noticia muy positiva porque nos dotará de una estructura que nos permita trabajar día a día en el objetivo de fomentar un emprendimiento de calidad y socialmente responsable entre los jóvenes. El hecho de que los españoles estemos en esa tarea es especialmente interesante, porque tenemos en la cabeza el exitoso ejemplo de la integración europea, y podemos compartirlo con nuestros hermanos latinos», explica el vicepresidente de Ceaje y secretario general de FIJE.
Sangre joven para dar nuevo brío al tejido empresarial de la región . «Podemos trabajar juntos para ir resolviendo las barreras. Y tenemos especial legitimidad para hacerlos los que somos más jóvenes. Porque nacimos ya en un mundo globalizado, no como nuestros padres o nuestros abuelos», sentencia Duran. Más unión y más fuerza para un territorio repleto de posibilidades.
