Guerra electromagnética rusa: un enemigo invisible que siembra el caos

La sofisticación de las armas ofensivas cambia las reglas de juego de los conflictos bélicos

La guerra electromagnética es otro activo de los conflictos bélicos

Alexia Columba Jerez

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La guerra electromagnética o electrónica , conocida también por sus siglas en inglés EW (Electronic Warfare) se define como el conjunto de acciones militares que utilizan la energía electromagnética, desde las ondas de radio hasta los rayos gama, para atacar a un enemigo y hacerse con el control de sus radiaciones. Su prática se remonta a la Segunda Gerra Mundial. En tierra, se pueden interferir en las señales de GPS , cruciales a la hora de conocer la situación en zona de combate, tanto del enemigo como de las propias tropas, y también se puede inhibir la tecnología de los drones evitando que reciban las señales para que puedan volar.

Y esta ‘amenaza invisible’, que está en auge y pone en alerta a todos los países, puede ser especialmente destructiva en el espacio, inutilizando los satélites enemigos . Hasta ahora no hay demasiados argumentos defensivos para frenar todas las amenazas. Según Carlos Manuel Entrena, CEO y fundador de Plus Ultra Space Outposts , «Estados Unidos está cada vez más interesado en tener capacidad de respuesta rápida y vigilar el espacio en torno a la Luna», un punto estratégico para la colocación de los satélites. «Todo esto lo han hecho porque hay una carrera armamentística con satélites capaces de destruir otros satélites con armas que dejan ciego al enemigo», es decir, manipulan estas infraestructuras hasta dejarlas totalmente inservibles».

La guerra electrónica en el espacio se define por satélites espía de observación, de escucha o de intercepción de señales. España cuenta con el Regimiento de Guerra Electrónica 31, en El Pardo.

A ciegas

Sea en tierra o en el espacio, la principal característica de este tipo de tecnología hace difícil conocer la autoría del ataque y la localización del mismo.

Según apunta Juan Pons, coronel retirado y analista de asuntos espaciales y de defensa , nos encontramos con «una fuerza real pero intangible. No tiene el impacto visual ni emocional de las explosiones que provocan los misiles, cohetes o proyectiles de artillería, porque se limita a traspasar muros y paredes.Pero sus efectos son demoledores. Y lo que ocurre en Ucrania va a acrecentar la inversión en este sector».

En septiembre del año pasado Rusia llevaba a cabo un gran ejercicio estratégico de entrenamiento militar, donde se puso en práctica la guerra electromagnética. Y China pretende tener para 2025 un cañon con energía electromagnética en sus buques.

Pons también explica que «en su mayoría son transmisiones de voz, radio, radar y microondas, sobre las que fluyen las órdenes, los datos o las imágenes. Y la idea es sembrar el caos y desbaratar la cadena de mando». Otros países, además de Estados Unidos o Rusia, como es el caso de China pretende tener para 2025, según informa el medio chino Global Times, un cañon con energía electromagnética en sus buques. También Israel anunciaba en noviembre de 2021 que el contratista de defensa estatal Israel Aerospace Industries (IAI , vídeo de demostración)  , ha desarrollado la familia de armas Scorpius, que envía rayos enfocados que interfieren con los espectros electromagnéticos y crea un campo protector frente al ataque.

En zona de combate ucraniano

En el conflicto de Ucrania, el general ruso Valeri Gerasimov, dispone de unidades de combate apoyadas por equipos especializadas en EW. La idea según Pons es intentar distorsionar o falsificar las emisiones sobre territorio ucraniano de los sistemas de navegación para dificultar la trayectoria de los misiles de corto y medio alcance usados en el combate.

En febrero los inspectores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), confirmaron la presencia de sistemas rusos de guerra electrónica , en su mayoría montados sobre vehículos oruga y camiones todo terreno que pueden interceptar las señales vía satélite, las comunicaciones 3G, 4G, los mensajes de texto o dañar los satélites de órbita baja. Y en septiembre del año pasado Rusia llevó a cabo un gran ejercicio estratégico conjunto Zapad-2021 de entrenamiento militar, donde se puso en práctica la guerra electromagnética.  

Los expertos del Cidob ya establecían en un informe de 2017 titulado 'Guerras en tiempo de paz': « los crecientes avances tecnológicos de Rusia en el ámbito de la guerra electrónica permiten a sus fuerzas saturar, interrumpir e interferir las comunicaciones, radares y demás recursos de los que dispone la OTAN. Tanto en el ámbito aéreo, como marítimo, terrestre o cibernético, la OTAN se enfrenta en la práctica a un adversario cada vez más capaz y enfocado en el desarrollo y despliegue de una amplia gama de sistemas de guerra electrónica que actúan como «multiplicadores de fuerza» . Y afirman que Rusia ha estado invirtiendo de forma continua en la modernización de su capacidad de guerra electrónica desde 2009. Y Moscú está redoblando sus esfuerzos para renovar su catálogo de artefactos para tal efecto.

Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN , también alertaba de la situación: «Los medios de guerra electrónica, son más y más utilizados en diferentes operaciones y por lo tanto tenemos que considerar estos asuntos de forma muy seria».

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