El BCE abre la puerta a bajar los tipos a negativo o volver a comprar deuda si hay riesgo de deflación

Donald Trump denuncia en Twitter que la política monetaria comunitaria beneficia al euro y perjudica a Estados Unidos

Mario Draghi, presidente del BCE AFP

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El Banco Central Europeo (BCE) se prepara para lo peor. El organismo no solo acaba de posponer el proceso de normalización de su política monetaria, dejando para bien entrado 2020 una eventual subida de los tipos de interés, sino que se plantea incluso aprobar nuevos estímulos monetarios si el crecimiento de la economía no es suficiente para elevar el nivel de la inflación al entorno del 2%, que es el mandato de la institución. «En ausencia de mejoras, de manera que el retorno sostenido de la inflación hacia nuestro objetivo se vea amenazado, serán necesarios estímulos adicionales», ha dicho este martes el presidente del banco emisor, Mario Draghi, durante su discurso inaugural del foro anual del BCE en Sintra (Portugal).

Teniendo en cuenta que el banco central viene de convocar nuevas subastas de liquidez entre las entidades financieras de la Eurozona y que en teoría ya se ha usado todo el abanico de estímulos monetarios, Draghi deja la puerta abierta a nuevas adquisiciones de deuda pública y privada, lo que supondría reactivar el programa de compra de activos que dio por finalizado el pasado diciembre, y en último término una rebaja adicional de los tipos de interés, ahora en el 0%, de forma que en ese caso quedarían ya en tasas negativas, algo completamente inédito. El banquero italiano ha avanzado incluso que el consejo de gobierno del BCE debatirá «en las próximas semanas» sobre cómo podrían aplicarse nuevos estímulos para mitigar los riesgos que amenazan la estabilidad de precios.

El BCE lleva tiempo alertando de que el crecimiento económico se está viendo afectado por factores como la creciente oleada proteccionista y la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la debilidad de algunas de las economías emergentes, el Brexit y cuestiones geopolíticas, sin que hasta ahora esas incertidumbre se hayan disipado. Por todo esto y por la situación especial de la Eurozona, el BE nunca ha llegado a avanzar firme por el camino de la normalización monetario, en contra de lo hecho por ejemplo por la Reserva Federal de EE.UU., que ya ha subido los tipos en varias ocasiones, aunque recientemente ha señalado también la posibilidad de frenar ese proceso.

El discurso de Draghi no solo ha cogido por sorpresa al mercado, sino que incluso ha sido contestado por Donald Trumo. A través de un mensaje en Twitter, el presidente de Estados Unidos ha acusado al BCE de favorecer con su política monetaria el euro frente al dólar. «Mario Draghi acaba de anunciar que podría aprobar más estímulos, lo que inmediatamente hizo caer el euro frente al dólar, haciendo que para ellos sea injustamente más fácil competir contra EE.UU. Llevan años saliendo con esto, junto con China y otros», ha escrito.

Draghi, que el próximo 31 de octubre abandonará la presidencia del BCE tras ocho años de mandato y sin posibilidad de subir los tipos en todo ese tiempo, ha hecho una defensa del éxito de su política monetaria para salvar el euro y apuntalar la recuperación económica de la Eurozona. El banquero central recordó así que «las herramientas usadas han demostrado ser efectivas» e insistió una vez más, como lleva años haciendo, en que esa política monetaria debe verse complementada por la política fiscal, en clara alusión a la agenda reformista que deberían llevar a cabo los gobiernos de los Etados miembros.

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