El BCE comprará deuda por 120.000 millones y relajará la regulación bancaria para impulsar el crédito

Sin ya apenas margen monetario de actuación, Christine Lagarde se ha visto obligada a desplegar este jueves medidas adicionales para tratar de paliar la nueva crisis que se avecina: la derivada del impacto económico del coronavirus. Después de que las principales autoridades monetarias del mundo moviesen ya ficha, el Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado que ampliará en 120.000 millones de euros su programa de compras de deuda, nuevas inyecciones de liquidez para facilitar el crédito a las pymes y una relajación de la supervisión la regulación bancarias para evitar una restricción crediticia como la de la crisis financiera de 2008. Ahora bien, el organismo con sede en Fráncfort optó por no mover los tipos de interés, ya en el 0% desde hace cuatro años.

Ni ese plan de acción del BCE ni el discurso posterior de Lagarde, que afronta así su primera gran crisis al frente del BCE desde que el año pasado asumiese su presidencia, no ha convencido a los mercados. Las Bolsas de todo el mundo se desploman a un ritmo superior incluso al de las peores sesiones bursátil vividas después del derrumbe de Lehman Brothers hace casi doce años. El Ibex 35, por ejemplo, se ha dejado un 14%, la peor caída de su historia .

«Consideramos el actual shock como grave, pero temporal si todos los actores adoptan las medidas correctas», indicó Lagarde en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno del BCE, para quien «la respuesta debe ser ante todo fiscal», apelando así a la actuación coordinada de los gobiernos europeos. En ese contexto, el órgano de máxima dirección del banco central aprobó una batería de medidas para apuntalar la liquidez de las empresas y la provision de crédito a la economía real.

En primer lugar, el BCE ampliará su actual programa de compras de deuda, que actualmente contempla la adquisición de activos por 20.000 millones de euros al mes, hasta los 120.000 millones hasta final de año. Esa cuantía de 120.000 millones se repartirá mes a mes hasta cerrar 2020 según considere el propio organismo. A ello se sumarán nuevas subastas de liquidez a largo plazo (LTRO, por sus siglas en inglés) para proporcionar liquidez inmediata a la banca, que con las condiciones fijadas ganará dinero por pedir prestado al BCE. Además, el banco central mejorará las condiciones de las últimas rondas de liquidez para «apoyar los préstamos bancarios a aquellos más afectados por la expansión del coronavirus, especialmente pymes».

Estas medidas recuerdan mucho a las ya tomadas en los últimos años por Mario Draghi para combatir la gran crisis financiera iniciada en 2008. Son, más bien, una ampliación o prolongación. Quizá la gran novedad es que el BCE, en calidad de supervisor bancario, va a relajar las exigencias de capital y de la regulación financiera para tratar de evitar igualmente una restricción del crédito a empresas y familias. En este sentido, y en coordinación con la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), el organismo permitirá usar sus colchones de capital y de liquidez y cubrir sus ratios de capital con recursos propios considerados a nivel regulatorio de menor calidad, entre otras medidas.

Las nuevas decisiones, según explicó el organismo en un comunicado, contribuirán a mitigar los problemas de empresas y familias para mantener su actividad en un momento en el que la economía se está paralizando. La liquidez gratuita requerirá, sin embargo, de los paquetes fiscales que se están poniendo en marcha en varios países europeos, muy especialmente Alemania, que corre un serio peligro de entrar en recesión en el primer semestre de 2020, pero también en Italia y en España.