El BCE intenta mantener la serenidad en los mercados

El Consejo de Gobierno del BCE tiene ya listo un paquete de medidas contra los efectos económicos del coronavirus que no ha sido anunciado antes para respetar el calendario

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lLa presidenta del BCE, Christine Lagarde REUTERS

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Christine Lagarde pronunciará hoy aquella frase de Mario Draghi, «todo lo que sea necesario», o alguna otra expresión de cosecha propia que pueda funcionar como un ansiolítico en los mercados. El Consejo de Gobierno del BCE tiene ya listo un paquete de medidas contra los efectos económicos del coronavirus que no ha sido anunciado antes para respetar el calendario y no adelantarse a esta reunión ordinaria para no generar mayor sensación de pánico . La directiva del BCE reconoce la gravedad de la situación y la compara sin reparos con la crisis de 2008. Se aleja de nosotros la tan deseada normalización monetaria que nunca alcanzamos y termina de golpe el periodo de pruebas de Lagarde al frente de la entidad. Y lo más preocupante es que el BCE tiene poco margen de maniobra con los tipos de interés al 0% y la facilidad de depósitos en terreno negativo (-0,5%). Parece evidente que la clave de eficacia será si los gobiernos

En opinión de Mark Holman, CEO de TwentyFour AM, Lagarde está haciendo todo lo posible para persuadir a los estados de la Eurozona para abrir las arcas fiscales , que es lo realmente necesario. El anuncio realizado ayer por Angela Merkel, dispuesta a renunciar a su política fiscal de déficit cero por primera vez en este final de su cuarta legislatura, allana mucho el camino en esa dirección. Por parte del BCE, las herramientas extraordinarias posibles son básicamente tres. Recortar la tasa de depósitos en diez puntos básicos, hasta el -0,6%, aumentar su programa de expansión cuantitativa (QE), con el que actualmente insufla 20.000 millones de euros, hasta 30.000 millones o incluso hasta 50.000 millones al mes. Y en tercer lugar la posibilidad de inyectar más liquidez al mercado mediante una ampliación de su programa TLTRO para ofrecer préstamos bancarios baratos. Para saber si Lagarde está pensando el alguna otra medida más creativa, tendremos que esperar al final de la reunión.

La posible inyección de liquidez, mencionada ya por la propia Lagarde puede implicar que el BCE anuncie condiciones mucho más generosas sobre los préstamos para los bancos nacionales, siempre y cuando sean un poco más favorables para las pequeñas y medianas empresas, que serán las más afectadas por el virus. En los mercados se rumorea sobre la posibilidad de algún tipo de suspensión de la deuda y, debido a la situación de los bancos, se considera poco probable la rebaja de la tasa de depósitos. Porque el principal problema con el que se encuentra el BCE para aplicar su paquete de medidas es la condición física previa en la que se encuentran los países del euro: la periferia nunca llegó a superar completamente la crisis y la locomotora alemana, que sostuvo al conjunto en la anterior, se encuentra ahora al borde ya de la recesión. El presidente del Instituto Ifo ha reconocido incluso que esa recesión es ya «no evitable». En este contexto, Esty Dwek que considera que «hay grandes expectativas de que el BCE recorte los tipos, sin embargo, ir un poco más allá en el territorio de tipos negativos no servirá de mucho en la situación actual», dado que, entre otras cosas, presionará más los márgenes de intermediación de los bancos. El director global de renta fija de Allianz Global Investors, Franck Dixmier, prevé, de hecho, que el BCE baje la facilidad de depósito, aplique medidas de compensación para los bancos y no les cobre por el exceso de sus reservas hasta un umbral específico para cada institución.

Lo que es seguro es que Lagarde recortará hoy visiblemente las perspectivas macro del BCE, y la medida del recorte nos servirá de orientación sobre las dimensiones que se prevén a esta nueva crisis que afecta ya a la economía europea . Aunque es importante que nos mentalicemos acerca de la diferencia entre esta crisis y la anterior: las recesiones de 2001 y 2008 estuvieron principalmente marcadas por una falta de demanda, mientras que los desafíos del coronavirus jugará un papel añadido el shock en las cadenas de suministro. Esta vez, además, no bastará con el voluntarismo monetario del BCE. «Aunque los mercados esperan muchos más estímulos en varios países del mundo, no se prevé que las medidas más acomodaticias de los bancos centrales sean una cura porque la mayoría de los recortes de tipos ya se han producido a través de declives en el precio de los bonos y en la curva de tipos». Por eso el efecto sobre los mercados de los anuncios que pueda hacer hoy Lagarde es necesariamente limitado y su efectividad real dependerá de si es capaz esta vez o no de llegar con rapidez a la financiación de las pymes, evitando una espiral de cierres y despidos que haría mucho más difícil la remontada. Esa fue la asignatura que suspendió Draghi durante su presidencia y que supondrá el mayor reto para la nueva presidenta del BCE.

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