Regata 2021 Octubre Cádiz

SailGP, tras la fórmula sin serlo

El Gran Premio de España, sexta prueba de la temporada de SailGP, llega a Cádiz como carta de presentación para llevar un deporte único a todos

Vídeo: El F50 Victoria, al detalle en Cádiz

Los catamaranes en el Muelle Ciudad, este jueves. Antonio Vázquez

Alfonso Carbonell

La SailGP llegó a Cádiz el pasado lunes y ya abre sus velas para desplegarlas en su máxima esplendor durante este fin de semana. Ocho barcos, ochos bestias sobre el mar; ocho tripulaciones y cantidades industriales de valentía. Todo eso y mucho más se pone a disposición de los gaditanos estos días en los que el circo de la vela, la fórmula uno del mar, se detiene como última prueba puntuable del circuito de este año 2021. El colofón, en marzo del año próximo, se pondrá en San Francisco , donde el ganador se embolsará un millón de euros. Ahí es nada. Porque aquí, como en el circo de las cuatro ruedas, la de Ubrique va repleta.

Entre los regatistas de los ochos países hay doce campeones de la Copa América y hasta siete medallistas olímpicos en Tokio . Entre ellos, los dos bronces españoles de Joan Cardona y Jordi Xammar . También el piloto de vuelo Diego Botín , el trimmel 'gaditano' Florin Trittel y la organizadora Tara Pacheco fueron a los a los Juegos, pero en su caso se quedaron con diploma olímpico a las puertas del podio.

La fórmula que persigue la SailGP es la misma que ya tiene la Fórmula Uno, es decir, quieren convertirse en un deporte de masas , que llegue a todo el mundo, cercano. Y para ello, a los nudos le llaman kilómetros, al que hace de caña le llaman piloto y a las regatas, carreras. Y así con todo. Para llegar hay que acercarse y para acercarse hay que saber llegar.

Quieren ser la Fórmula Uno bajo su fórmula, sí, pero con sus diferencias. Muchas . Para empezar aquí gana el mejor regatista, no el mejor ingeniero. Todos los barcos son exactamente los mismos , el mismo modelaje, el mismo peso, ninguna diferencia. Y por si hubiera alguna duda, por si acaso, los técnicos son compartidos por los ocho equipos. Y todos cuestan el mismo ojo de la cara, 3,5 millones de euros . Mucha pasta sobre el agua . Igual que de peligro.

Sobre esos millones de euros descansan hasta 800 sensores que son los encargados de mandar todo tipo de información a Londres, sede de la organización . Y desde ese centro de operaciones se manda idéntica información a todos los equipos con el fin de mejorar la competición, que este año cumple su segundo aniversario.

Una grúa levanta el catamarán de Gran Bretaña. Antonio Vázquez

Las velas van desde los 29 metros a los 18 y se usan dependiendo de los vientos. Este fin de semana caerá el levante, lo que le dará mayor espectáculo al asunto a costa de mayor peligrosidad para los regatistas, que habrá veces que volarán a 100 kilómetros la hora.

El equipo español va sexto de ocho y dicen estar teniendo muy mala suerte. Tres toneladas pesa el barquito que dirige Jordi Xammar, que es el que hace de caña de timón, llámese piloto o controlador de vuelo.

Las velas están hechas de fibra de carbono y una especie de material parecido al papel film que se usa para que el agua resbalé con mayor rapidez.

Con el objetivo de llegar a todo el mundo, las regatas, perdón las carreras, se retransmite vía internet a 150 países . La cara visible del equipo a nivel mediático es Nico Abad.

El circo de la SailGP mueve tela. Cada vez que se desplazan de circuito 80 contenedores y dinero han dejado en Cádiz. Hasta 3000 pernoctaciones tienen contratadas para esta semana.

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