Pekín 2022

La excusa de Valieva está en el vaso de su abuelo

El entorno de la patinadora alega que pudo beber por error de un recipiente destinado a una medicación de un familiar

El cóctel del dopaje: estrella de los Juegos, menor de edad y rusa

Rusia, distinta bandera, mismo engaño

Kamila Valieva REUTERS

M. Z.

El nombre de Kamila Valieva , la jovencísima patinadora rusa que asombró en los primeros días de los Juegos Olímpicos de Invierno , ha quedado manchado para siempre por la sombra del dopaje. A sus 15 años ha pasado de ser la niña prodigio del patinaje mundial a estar señalada por un positivo por trimetazidina, un producto modulador del metabolismo que mejora la eficacia circulatoria del corazón.

Sucedió el 25 de diciembre, durante el campeonato ruso de patinaje en San Petersburgo. La agencia rusa antidopaje suspendió temporalmente a la patinadora, pero el miércoles 3 de febrero, un día antes del comienzo de Pekín 2022, obtuvo el misterioso levantamiento de la suspensión.

En tierras chinas conquistó el oro en el certámen por equipos con un ejercicio que asombró al mundo, pero las alarmas se encendieron cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) anuló la ceremonia de entrega de medallas alegando «motivos legales». La explicación llegó un día después, cuando se supo que el laboratorio homologado de Estocolmo había informado al COI, un día después de la exhibición de la rusa, que había dado positivo en un control.

El TAS la permite competir por ser menor de edad

Este lunes el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) anunció que la rusa podrá seguir compitiendo en Pekín , tras rechazar la suspensión pedida el viernes por el COI, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Unión Internacional de Patinaje, basándose en las «circunstancias excepcionales» que rodean al caso de la deportista de solo 15 años y por tanto menor de edad.

Mientras tanto Valieva y su entorno han tratado de explicar el origen del positivo . Según explicó el diario ruso ' Pravda ', la madre de la patinadora y su abogada declararon en una vista de siete horas ante el TAS. En la misma alegaron que la concentración de trimetazidina era tan pequeña que pudo deberse a que bebió de un vaso en el que su abuelo toma medicamentos para el corazón . Una posibilidad que deberán demostrar, pues de no hacerlo Valieva podría quedar sancionada y desposeída de sus triunfos.

«No asistí a las audiencias, pero el argumento fue la contaminación con un producto que tomó su abuelo», indicó Denis Oswald, miembro del Comité Olímpico Internacional, en el punto de prensa del COI en la capital china.

El argumento del «producto contaminado», es decir, la ingestión accidental de una sustancia dopante por causas ajenas al deportista, es doblemente importante: puede permitir obtener el levantamiento de la suspensión provisional, pero también reducir la sanción a una simple «reprimenda sin suspensión» cuando el caso se decida sobre el fondo.

«El producto es un poco extraño, especialmente para una niña de esta edad, pero como dije antes, hasta que no sepamos lo que pasó, es difícil de dar una opinión», agregó Oswald de manera prudente.

La trimetazidina, una molécula utilizada para tratar la angina de pecho, fue incluida desde 2014 en la lista de prohibiciones de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), porque favorecería la circulación sanguínea.

De momento el COI anunció que no habrá ceremonia de medallas de ninguna de las competiciones en las que participe la rusa «hasta poder hacerlo de una forma digna».

La explicación del medicamento ajeno

La tesis de la contaminación ya ha sido reconocida por las autoridades deportivas durante los controles positivos de trimetazidina. La rusa Nadezhda Sergeeva, quien participó en la prueba de bobsleigh por parejas en los Juegos Olímpicos de 2018, dio positivo durante la cita, pero en octubre de ese año, el TAS anuló su suspensión, puesto que su prueba positiva se debió a un «producto contaminado».

En septiembre de 2018, la nadadora estadounidense Madisyn Cox consiguió una reducción de su suspensión de dos años a seis meses tras comprobarse una contaminación accidental con la misma molécula, a través de un complemento alimenticio.

La explicación del medicamento del abuelo pasa a engrosar el amplio catálogo de excusas aportado por los deportistas señalados por los positivos en dopaje. Sin embargo, no es del todo original, pues se parece a un caso relativamente reciente como es el del portero del Ajax de Amsterdam.

André Onana tuvo que afrontar doce meses de sanción -que finalmente se quedaron en nueve- por su positivo en Furosemida. En su defensa, el guardameta alegó que se había tomado por error una pastilla destinada a su mujer, embarazada. «Fui por una pastilla para el dolor de cabeza y confundí las cajas. Me tomé la pastilla que el médico le había recetado a Melanie, las cajas eran prácticamente idénticas », recordó en ' The Players Tribune '.

« Fue un error estúpido . Pensé que me dirían 'estas cosas pasan, ten más cuidado la próxima vez'. Pensaba que me mostrarían la tarjeta amarilla, pero me enseñaron directamente la roja. Doce meses sin fútbol, prohibido», relató. «Lo entiendo, la ley es la ley. Si la 'jodes', pagas. Y pagué».

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