Muay Thai

«Carlos Coello era un chico hecho para el deporte»

Kike Jódar, PROFESOR DE CARLOS COELLO EN SAN FELIPE NERI

«Era un chaval de patio que vivía el deporte intensamente», asegura

«Otros se hubiesen quedado en el intento, pero Carlos sabía que podía conseguirlo», aclara

Entrevista a Carlos Coello

Así será Cádiz Fight Night 3. Escuela de Valores

Kike Jódar junto a Carlos Coello en San Felipe Neri. FRANCIS JIMÉNEZ
Antonio Valimaña

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Carlos Coello se ha ganado con creces ser un auténtico referente en el muay thai, una disciplina desconocida hasta hace no muchos años por estos lares, algo que ha cambiado en este sentido en La Tacita de Plata gracias al esfuerzo y la implicación de este gaditano.

Tricampeón del mundo, Coello ha hecho posible que el muay thai quede vinculado a Cádiz.De tierras gaditanas ya han salido algunos jóvenes entusiasmados con este deporte y hasta este rincón del sur de la Península Ibérica también ha llegado la pasión por esta disciplina. Tanto que se ha abierto un estadio como el Carranza para una gala inolvidable de muay thai.

Ahora llega el momento de vivir la tercera edición del Cádiz Fight Night y el escenario elegido no es al azar. El Pabellón Polideportivo del colegio San Felipe Neri es el lugar idóneo para acoger el primer combate en España de su luchador tailandés (Jatuphon Raksapa), el mismo recinto en el que Carlos Coello se formó desde su infancia cuando era estudiante del centro. Una auténtica 'Escuela de Valores' para él. De ahí el nombre del evento.

Aquel joven...

Fue allá por 1993 cuando Carlos Coello llegó a San Felipe Neri con apenas tres años de edad. Y allí permaneció hasta 4º de ESO. Un largo periodo de tiempo en el que pudo coincidir con Kike Jódar, su profesor de Educación Física.

«Carlos Coello era un chico bastante sociable y muy amigable. Lo pasaba bien en el cole y era divertido e inquieto. Creo que parte de la técnica que emplea en el muay thai se la ha dado esa forma de relacionarse. Tiene muchas habilidades sociales y es muy deportista», señala quien fuese su profesor mientras Carlos posa para una fotografía con un grupo de jóvenes que entrena en el citado pabellón.

Un grupo de jóvenes posa con Carlos Coello en el Pabellón Polideportivo San Felipe Neri. FRANCIS JImÉNEZ

«Él organizaba más su tiempo en torno al deporte y después era un chico listo en el aula. Sabía acercarse a los demás, tenía buenas habilidades y disfrutaba intensamente el día a día», continúa Kike Jódar.

Y recalca: «Iba sacando sus estudios hasta que estuvo aquí. Tuvo muchas horas de patio, muchas actividades extraescolares y se apuntaba a todo lo que el colegio organizaba. Lo disfrutamos en las Olimpiadas y ahí pudimos conocerlo más a fondo. En resumidas cuentas, Carlos Coello era un chico feliz».

Entonces el muay thai no había llegado a su vida. Carlos, como buen cadista, era un aficionado al fútbol. E incluso jugó en el CD Panamá o en el Deportes Romero. Era un centrocampista batallador. «Le gustaba mucho el fútbol y tenía un grupo muy simpático, con el que nos reíamos mucho. Había carisma en ese grupo y le daban mucha chicha y mucha gracia al asunto. Era un chico de patio que vivía el deporte intensamente», rememora Kike.

Carlos Coello es un cadista reconocido. FRANCIS JIMÉNEZ

Echando la vista atrás, «lo recuerdo en clase de Educación Física. Era el típico alumno que sabes que es inquieto porque necesita la actividad en todo momento. Movían el ambiente del grupo. Había que controlarlo a él y a algunos más porque le daban un punto a la clase, pero también daban gracia y vida. Gustaba que viniera porque se implicaba al máximo».

En resumidas cuentas, un chico hecho para el deporte. Así lo recuerda quien fuese su profesor de Educación Física a principios del actual siglo. «Carlos sabía desde muy pequeño que el deporte iba con él. Era algo que le subía la autoestima y el ego. El deporte era parte de su vida, aunque otra cosa es que fuese a hacerlo profesión, que es algo que ha conseguido a base de mucho trabajo y dedicación», apunta.

El gaditano Carlos Coello. FRANCIS JIMÉNEZ

En una palabra: superación

Y ahí está el gran valor de Carlos Coello. «Cualquiera no se anima y se embarca en esta aventura a tantos kilómetros de distancia. Si se une eso a su carácter y a la promesa que en su momento le hizo a su madre antes de morir, da ese resultado. En Tailandia se encontró con él mismo y vio que podía tener una salida y una vía de superación. Todo ello más canalizar los valores que siempre ha tenido han dado este resultado», puntualiza.

Porque, al fin y al cabo, «otros se hubiesen quedado en el intento, pero Carlos sabía que podía tener camino para ello».

Razones hay de peso para no perderse la cita del próximo 3 de febrero. «El espectáculo en sí se vende solo. Es un combate con muchas horas de entrenamiento detrás y grandes luchadores. Pero también es un bonito reto para Carlos, que está cerca de sus cien combates profesionales. Es una manera de generar un impulso para sus proyectos con la cantera y con las artes marciales en Cádiz». Por eso, «arroparlo en esta parte final es misión de todos los gaditanos. Es una ocasión especial para vivir esa cercanía entre Carlos Coello y su gente», asegura Kike Jódar.

Y es que si hay que definir a Carlos Coello con una palabra, Kike lo tiene claro. No lo duda: «Superación».

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