Mundiales de Natación

Más allá de la competición: la amistad entre dos medallas olímpicas

Una relación entre dos nadadores que los ve enfrentarse desde años, el último duelo mundial vio al ucraniano conquistar el bronce mientras que el italiano finalizó cuarto

El bronce mundial Romanchuk antes de la carrera final AFP

Michael Viperino

El italiano Gregorio Paltrinieri y el ucraniano Mykhailo Romanchuk se conocieron 2015 como rivales en los Mundiales de Kazán de 2015. Tras la prueba, ambos han tejido una amistad tan poderosa como su rivalidad. En el enésimo duelo de hoy en el Mundial de Budapest el eslavo paró el crono a 7:40:05 , conquistando el bronce por delante de su compañero Paltrinieri que terminó cuarto después de haber estado delante de todos por una buena parte de la carrera.

Para el nadador ucraniano Mykhailo Romanchuk, su debut internacional de los mundiales de 2015 en Kazán (Rusia) fue una lección de vida: Gregorio Paltrinieri conquistó el oro mientras que el eslavo llegó séptimo. El italiano llegaba a la cita con mucha más experiencia en el circuito profesional respecto a su rival, y la hizo valer para dominar a su antojo la final. En un segundo plano, su futuro amigo aprovechaba para captar cada detalle y analizar cada gesto del transalpino con el deseo de que algún día podría ponerlo en práctica en el momento adecuado. Desde aquel momento, Romanchuk y Paltrinieri han sido uña y carne en las concentraciones y viscerales rivales en el agua. Les ayudó mucho a forjar su amistad que ambos compartiesen disciplinas favoritas: los 800 y 1500 libres, las carreras que marcaron sus trayectorias. Un camino que ha llevado a los dos nadadores a desafiarse continuamente, a entrenar juntos y a elevar el nivel competitivo. Fue en Londres, en 2016, cuando el ucraniano comenzó a recortar distancias en la clasificación. El italiano fue oro en ambas categorías pero Romanchuk le acompañó en el podio tras hacerse con los dos bronces.

Las sesiones de entrenamiento juntos, cada vez más recurrentes, fueron un escenario clave para el desarrollo del estilo del joven de Kiev; de esta manera pudo entender cómo acercarse al nivel de su rival. Sin embargo, aún existía una amplia brecha entre ambos. En los Juegos Olímpicos de Río de 2016 , Paltrinieri se consagró en la élite gracias al oro de los 1500 libres mientras su compañero no logró meterse en la final. El año siguiente, sin embargo, comenzó a cambiar la historia con el nadador de Ucrania, que llegó detrás de 'SuperGreg' ; en los mundiales. Fue en 2018 cuando se verificó el gran salto: Romanchuk logró ganar a su rival en los 800 y en los 1500 en los Europeos de Glasgow, conquistando un oro y una plata.

Desde aquel momento comenzó una rivalidad sana que siempre ayudó a los dos deportistas a alcanzar sus mejores versiones; esta competitividad los llevó a jugar por cada medalla, hasta el último largo, en cada torneo. El triunfo obtenido en Escocia, además, dio un impulso de coraje a Romanchuk que logró triunfar de nuevo en el Mundial de 2019 en Gwangju, Korea del Sur, donde, aunque perdió en los 800 libres, ganó a su compañero en los 1500. En este momento, el nivel alcanzado por los dos era máximo, con el de Kiev logrando colmar la diferencia que los separaba, e incluso llegando a dominar algunas carreras. El europeo de Budapest del año pasado fue un festival de éxito para Romanchuk que se llevó el doble oro en los 800 y en los 1500 metros.

La cercanía tras el conflicto

Su amistad llegó a unas cotas inimaginables tras explotar la guerra con la invasión de Rusia. El italiano contactó a su amigo para invitarlo a su casa después los hechos acontecidos en territorio ucraniano. En marzo, Paltrinieri declaró la posición terrible en la cual se encontraba su colega: «Es una situación absurda, nos hablamos cotidianamente», dijo el oro olímpico. «Vive en las periferias de Kiev y me ha dicho que se estaba mudando a un lugar más seguro porque ahí había sirenas en todos lados. Le invité a mi casa muchas veces pero siempre se rechazó, me dice que quiere quedarse ahí, que quiere luchar hasta el final».

Afortunadamente el nadador nunca tuvo que ir al frente de la guerra como confirmó Greg en los primeros días del conflicto. «No pienso que esté en primera línea pero seguramente sé que tiene un fuerte sentido patriótico y que quiere combatir para defender a su país». Por el otro lado Romanchuk expresó todos sus sentimientos a los micrófonos alemanes, cuando por la preparación del mundial de este año se fue ahí a entrenar. Al comenzar de la guerra subió a sus redes una foto de su padre al frente de una metralladora , donde mostraba el sentimiento de amor y de orgullo para su país.

«Pienso en Ucrania todo el tiempo, a mi mujer, a mi familia, a mis amigos. No puedo pensar en entrenarme en una situación normal. Es difícil. Si no hubiese llegado aquí hubiera tenido que cerrar mi carrera deportiva. Habría tenido que empuñar la pistola e irme a la guerra», declaró el nadador. Las historias de deporte y de vida se cruzan una vez más, para demostrar que las medallas de oro, plata y bronce no tienen color cuando se habla de los valores humanos.

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