Tendidos vacíos y ruedo hasta la bandera: así ha sido la jornada de puertas abiertas en la Plaza de la Maestranza

La Plaza de Toros de Sevilla volvió a celebrar su jornada de puertas abiertas para enseñar los principios básicos del toreo

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El torero Oliva Soto, triunfador de la corrida del pasado domingo, ha sido uno de los protagonistas Vanessa Gómez

J. Bayort

Decía Víctor Barrio que « la tauromaquia, más que defenderla, hay que enseñarla ». Y qué mejor modo de mostrarla que abriendo sus puertas para todos los públicos, sin preocuparse si en el carnet de cada uno pone taurino, antitaurino o profano . Es ésa la iniciativa que llevan varias temporadas poniendo en marcha Pagés, Toromedia y el Club de Aficionados Prácticos Taurinos , que se ha retomado este lunes tras su parón por la pandemia.

No cabía un alfiler en la Maestranza . Un ruedo a rebosar y unos tendidos vacíos. En eso consistía esta empresa: en palpar qué se siente desde el sancta sanctórum del toreo . Una oportunidad única para pisar el albero en el que se ha escrito la historia del toreo. Hacer un paseíllo invertido (entrando por la Puerta del Príncipe) al que en su día hicieron Gallito, Belmonte, Chicuelo, Manolete, Pepe Luis Vázquez o Curro Romero .

En los aledaños del templo taurino, por el Paseo de Colón , se agolpaban los asistentes desde primera hora de la tarde. Abuelos portando los trastos de torear de los nietos , turistas que se ahorraban la entrada del museo taurino, aficionados habituales de las gradas, curiosos que se encontraban con el percal y se animaban a entrar... Pagés podría haber cambiado el cartel de 'No hay entradas para esta tarde' por el de ' No hay espacio para esta tarde '.

Subidos en un caballo de picar

La gran fiesta taurina no defraudó en su reencuentro con el público. El Club de Aficionados Prácticos que dirige Eduardo Dávila Miura distribuyó a los numerosos profesionales que componen su equipo por toda la plaza y estos fueron adentrando a los asistentes en las particularidades de cada suerte del toreo: junto al patio de cuadrillas, un caballo de picar al que todos se querían y podían subir; en la puerta de chiqueros un espacio para los más pequeños con diminutos capotes y muletas; en la zona de sombra clases de toreo de salón para los más adultos; y en el centro del ruedo un enorme corrillo.

Allí, en mitad del platillo, tomó la palabra el responsable de la empresa Toromedia, José Enrique Moreno , y presentó a los invitados especiales de la tarde: Alfonso Oliva Soto y Ángel Jiménez . Nadie más oportunos que ellos dos, tras triunfar en la tarde anterior sobre ese mismo escenario. Veinticuatro horas después de pasear sendas orejas, compartían sus sentimientos con aficionados y curiosos .

El diestro calé tomó el capote para darle varias verónicas al viento, que fueron replicadas por un espontáneo aficionado que también quiso sentirse torero por un día. En eso consistía el evento. Y Oliva les corregía los 'vicios' a los valientes que tomaban el percal: «Lo más bonito del toreo de capote es hacerlo con las palmas de las manos, sujetándolo con las yemas de los dedos ». Recordaba Oliva Soto la importancia que tiene este ruedo para él y para su familia: « Aquí perdió la vida mi tío –Ramón Soto Vargas– y aquí se ha jugado muchas tardes el futuro de mi familia».

También mostraba su emoción el astigitano Ángel Jiménez tras su gran faena de la tarde anterior: « Estoy con los sentimientos a flor de piel . Esta plaza es inigualable y ayer sentí sensaciones únicas e inexplicables».

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