Toros

¿Fue Joselito el Gallo el mejor torero de todos los tiempos?

Cada vez más cerca del centenario de la muerte de Gallito, considerado Rey de los Toreros, ABC acerca su figura através de los testimonios de su biógrafo Paco Aguado, del torero Rafael Chicuelo y de Ignacio Sánchez-Mejías

Joselito el Gallo, en un desplante con el sombrero de algún aficionado ABC

Jesús Bayort

José Miguel Isidro del Sagrado Corazón de Jesús . Así lo bautizaron cuando aún no serían conscientes de la magnitud que alcanzaría en vida y con el paso de los años aquel retoño, último vástago del matrimonio formado por el torero sevillano Fernando Gómez «el Gallo» y la bailaora gaditana Gabriela Ortega Feria . Nació torero. Y se crió en el seno de una casa que rebosaba torería.

Su precocidad taurina queda contrastada con la anécdota que recogió el histórico crítico taurino de ABC Gregorio Corrochano : «Siendo niño se reveló en un tentadero de Miura . Joselito atento a la tienta de su hermano Rafael. Vista una becerra en el caballo, le dijo don Eduardo a Rafael: “ Déjale a tu hermanillo que la toree de muleta ”. Salió del burladero Joselito y sin vacilar se fue con la mano izquierda; la becerra le achuchaba mucho, se defendía y apenas se dejaba torear. Rafael le dijo: “José, ¿no ves que achucha por el izquierdo? Toréala con la derecha”. “¿Con la derecha” –exclamó José extrañado–. “Anda, toréala tú” . Salió de nuevo Rafael y en el primer intento lo revolcó. José, riéndose, le hizo el quite. Le preguntaron que por qué sabía que por el derecho no tenía ni uno. “Pues porque desde que salió hizo cosas de estar toreada . No pueden haberla toreado más que en el herradero, y como los muchachos que torean al herrar las becerritas cogen la derecha, comprendí que si achuchaba por el izquierdo, por el derecho no se podría ni tocar ”».

Paco Aguado

El periodista Paco Aguado Vanessa Gómez

Escribió hace dos décadas la biografía más completa que existe hasta la fecha. Un arduo trabajo de investigación que quedó en una única edición, « tras comprar el Grupo Planeta la editorial Espasa y decidir que no querían continuar con su venta », motivos que revalorizaron esta pieza indispensable de cualquier biblioteca taurina. Para gozo de los aficionados, la editorial El Paseo tiene lista la reedición , que publicará en cuanto se reanude la actividad cotidiana. Fue el propio Paco Aguado quien le acuñó en esta biografía la catalogación de Rey de los Toreros . Lo más aproximado que se había escuchado estaba en uno de los versos de la elegía que le escribió Rafael Alberti : «Cuatro arcángeles bajaban / y, abriendo surcos de flores, / al rey de los matadores / en hombros se lo llevaban».

Culpable de la masificación gallista en nuestros tiempos, Aguado lleva más de tres décadas leyendo e investigando sobre el torero de Gelves. «Esta edición es más redonda». Hace hincapié en dos apartados que han sido ampliados: su relación truncada con Guadalupe Pablo-Romero , hija de su íntimo amigo ganadero; y la figura de José Julio Lissen Hidalgo , promotor en el que se apoyó Joselito para la construcción de la Monumental de San Bernardo.

«El motivo real del c ierre de la Monumental de Sevilla es porque el empresario sevillano José Julio Lissen tenía gran parte de su capital invertido en bonos alemanes durante la Primera Guerra Mundial . La derrota germana significó la ruina de Lissen, que no tuvo medios para defender la plaza después de la muerte de Joselito».

Descubrió la trascendencia de Gallito a través de escritos y testimonios de antiguos aficionados, toreros y ganaderos: «Caí en la cuenta de que más allá del mito de gran torero a la antigua, había algo más. Notaba que existía un belmontismo gracias a la novela de Chaves Nogales, pero todos se referían a Joselito como el gran torero».

En el libro hace referencia a la primera oreja que se cortó en la Real Maestranza . Fue Gallito quien la obtuvo y el concejal Antonio Filpo quien la concedió. «Ocurrió en la Feria de San Miguel de 1915 con el toro Cantinero de Santa Coloma. En Madrid ya se habían dado varias, pero en Sevilla había un núcleo duro que se negaba porque lo consideraban como una parte aberrante de lo que ocurría en el espectáculo. Los partidarios de Belmonte tuvieron que conseguir que en la siguiente Feria de Abril se le concediera una». De ahí salió aquella copla popular: « En Sevilla ha cortao oreja / el menor de los Gallito. / Qué contenta está Gabriela / con su hijo Joselito ».

Paco Aguado ya contó hace unos años en Cuadernos de Tauromaquia cómo aquel concejal fue cesado del palco presidencial diez días después de aquel «sacrilegio». «Tras su muerte en Talavera, su cuñado El Cuco le llevó personalmente al defenestrado Antonio Filpo la cabeza disecada sin una de sus orejas, como homenaje a quien, dejándose llevar únicamente por el sentido común, se atrevió a violar una ya obsoleta tradición en medio del arrollador entusiasmo provocado por aquel genio precoz».

Tras la muerte de Gallito, poco se escribió de él. Aunque no necesitó a Chaves Nogales para alcanzar el cénit del toreo . La lectura más destacada del pasado siglo era el e nsayo escrito por Gregorio Corrochano «Qué es torear» . Aguado califica esta obra como una dispensa del crítico con Gallito : «Corrochano, hasta que se levantó la Monumental, era el que mejor y más cantó lo que hizo en los ruedos. Cambió de actitud tras levantarse la plaza de San Bernardo. Para congraciarse con el crítico, Joselito cambió su contrato con Madrid y fue a torear a Talavera. La corrida la organizaban unos sobrinos de Corrochano y los toros eran de su prima , la Viuda de Ortega».

Tras aquella trágica tarde e l peso del toreo recayó en la figura de Belmonte , a quien se le llegó a culpar de no haber defendido la plaza de Gallito. Aguado lo interpreta así: «Belmonte se mantuvo leal a Joselito , pero no le interesó entrar en la dinámica de la Monumental. Sabía que era un tema conflictivo y le sacó ventaja a su relación con la Maestranza ».

Rafael Chicuelo

Rafael Chicuelo Raúl Doblado

Es la exposición de la Escuela Sevillana por antonomasia. Su vida torera y personal están forjadas dentro de las fronteras de la Alameda de Hércules . No llegó a conocer a José, pero no existe una descripción más aproximada de Gallito que la suya. Rafael «el Gallo se lo llevaba siendo un muchacho a ver corridas por la provincia de Sevilla. Su padre, Manuel Jiménez «Chicuelo», antes de ser figurón del toreo, fue gallista. «Me decía que j amás vio un torero como ese ».

Habla de las aportaciones de Gallito en la tauromaquia, más allá de lo ocurrido en el ruedo: «Joselito toreaba una corrida, y si no le gustaba el comportamiento de un toro, llamaba al ganadero para que le encerrase la madre y retentarla . Quería conocer el porqué de aquella indómita acometida». Cree que hay un antes y un después en la selección ganadera a raíz de las exigencias del torero de Gelves: «Gallito los concienció para que seleccionaran con unos criterios . Él apostó por Vistahermosa y rara es la corrida de hoy día en la que no embisten como mínimo un par de toros».

Lleva más de tres cuartos de siglo viendo toreo. Pues no le cabe duda de quién fue el mejor: «Joselito». «Sabía torear, tenía una afición inigualable, más valor que el toro y consiguió que éste evolucionara».

Chicuelo desacredita las especulaciones sobre la supuesta deslealtad de Juan Belmonte: « J amás le fue infiel ». Para hacer una idea de cómo era el de la calle Feria con Gallito, recuerda una anécdota en un tentadero en Gómez Cardeña con su padre y una larga lista de escritores y críticos taurinos, entre los que destacaban Luis Bollain Rozalem y el crítico de ABC Antonio Díaz-Cañabate . «Bollain le preguntó con cierta guasa a mi padre, delante de Belmonte, «Manuel, ¿ usted de quien fue partidario, de Gallito o de Juan ?». «Contestó mi padre que de Gallito, y Belmonte le siguió: “ Y yo también ”. Juan, tras contestarle, echó a Bollain de aquella reunión por haber puesto en aquel aprieto a su amigo». «Esa personalidad de los toreros se va perdiendo».

Incide en la confianza entre ambos toreros: «Fíjate si Belmonte era listo que cuando le preguntaban en alguna negociación siempre contestaba:“ Yo, lo que diga José ”». «Sabía que Gallito miraba por los toreros, se preocupaba por las ganaderías y por el dinero ».

Ignacio Sánchez Mejías

Ignacio Sánchez Mejías Vanessa Gómez

«La versión familiar que tenemos viene aportada, fundamentalmente, por mi prima María Dolores Sánchez-Mejías , nieta por línea paterna de Ignacio Sánchez Mejías. Ignacio estaba casado con la hermana de José, Dolores, la “abuela Mami” para toda la familia. La única foto que Mami tuvo siempre sobre su mesilla de noche fue la de su hermano, ni la de su marido ni la de sus hijos.

»La familia Ortega fue más pobre de lo que se ha escrito. A la muerte del padre, volvieron a mudarse a Sevilla desde Gelves y tuvieron que vivir tan estrechamente que llegaron a dormir los seis hermanos en el mismo colchón . Ya con Rafael El Gallo toreando y, sobre todo, con la irrupción de Joselito, que empezó a ganar dinero desde muy joven, las cosas cambiaron. José tuvo siempre debilidad por la familia , siempre cuidó de todos los hermanos y tenía adoración por su madre. En la casa compartida de Sevilla, la administración se la iban turnando Rafael y José . Contaba Mami que durante el mes del genial Rafael todo era improvisación , mientras que en el mes de José, todo era orden , con las alacenas bien surtidas y las comidas a sus horas.

»Lo que sí nos ha llamado la atención a la familia es la insistente argumentación pública sobre la taciturna forma de ser de José, y su estado de frustración que algunos incluso tildan de depre sivo. Para nosotros todas estas afirmaciones no tienen base real, no están contrastadas y carecen de sentido . La abuela Mami y el tío Rafael comentaban todo lo contrario. Además de lo inteligente que fue dentro y fuera de los ruedos, decían cosas de José que bien pudieran desmentir la idea que se tiene de él de que era un torero casi asceta, dedicado exclusivamente al toro. José era una persona divertida, le encantaban los deportes y la caza , y también tenía debilidad por las mujeres, frecuentando fiestas y saraos. De las crónicas y escritos de su estancia en El Perú en su último año, podemos leer las fiestas y eventos a los asistió, siempre risueño. Mami lo recordaba alegre y jovial. También se había resuelto lo de su noviazgo con Guadalupe de Pablo Romero , habiéndose acordado el enlace con una serie de duras condiciones.

»Su hermana decía que la única vez que lo vio realmente triste fue cuando la enfermedad y la muerte de su madre . Pero, ¿quién no ha estado triste por la muerte de una madre? También afirmamos que es impensable que José no se hablara con su hermano Rafael, como hemos leído en más de una ocasión. Rafael siempre hablaba maravillas de su hermano. Nunca se le oyó decir nada malo de él. Una cosa es que José no quisiera torear con él después de organizarle las corridas de despedida, no fueran a pensar que se había querido aprovechar del público , y otra muy diferente que no se hablaran».

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