Así será la vuelta de San Fermín en el centenario de la plaza de toros de Pamplona

El tradicional chupinazo del día 6 dará el pistoletazo de salida a la fiesta más universal

Plaza de toros de Pamplona Efe
Andrés Amorós

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San Fermín es siempre una de las cumbres de la temporada taurina y un acontecimiento turístico internacional, el atractivo se refuerza, este año, al volver los toros a Pamplona, después del Covid, y cumplirse el centenario de la plaza de toros. La primera se construyó en 1844; la actual, de 1922, pertenece a la Casa de la Misericordia , una institución benéfica que organiza las corridas en beneficio de los mayores a los que acoge. La MECA (así se la conoce) nació en 1706, para atender a los más necesitados; desde 1980, sólo a personas de la tercera edad: actualmente, unas 550. El Ayuntamiento les cedió gratis, a perpetuidad, un solar para que construyeran una plaza. Desde 1922, la MECA organiza las corridas y gestiona todo lo relacionado con los espectáculos taurinos de San Fermín: ésa es una de las fuentes básicas de su financiación. Se trata de una institución ejemplar, queridísima en Pamplona. Una anécdota reciente: el pasado octubre, Morante le cedió el importe del premio Nacional de Tauromaquia (30.000 euros) «por lo mucho que han sufrido durante dos años sin Sanfermines».

El primer festejo taurino documentado, en Pamplona, tuvo lugar en 1385. La plaza actual es obra del arquitecto Francisco Urcola , el mismo de la desaparecida plaza Monumental de Sevilla, con la que guarda semejanzas. Inicialmente, cabían en ella 12.500 personas. En 1967, Rafael Moneo diseñó una ampliación para 19.700, al elevar una nueva andanada. Por su aforo, es la tercera del mundo en actividad, después de la de México y Las Ventas.

En ella han toreado todas las figuras de la Tauromaquia. En 1959, al no poder contratarse a Luis Miguel y Antonio Ordóñez , se decidió un cambio de criterio, dando protagonismo al toro. Desde entonces, primero se contrata a las principales ganaderías, con los toros más serios; luego, se elige a los mejores diestros, si aceptan apuntarse a esos toros. Este sistema de autogestión supone un ejemplo máximo de independencia, sin influencia alguna de los intereses habituales en el negocio taurino.

Todo gira en torno al toro

Pamplona, tan amante de sus tradiciones, mantiene este año el esquema de su Feria taurina : como aperitivo, una novillada, el día 5, y un festejo de rejones, el 6, después del chupinazo (el cohete que abre las fiestas, a las 12 de la mañana, en la Plaza Consistorial). Al día siguiente, San Fermín: comienzan los encierros y las corridas, con un festejo extraordinario, en el que Pablo Hermoso, ídolo de sus paisanos, precede a Morante, El Juli y Roca Rey. Seguirán ocho corridas de toros, siempre con reses de gran seriedad. Cerrará el ciclo el gesto de Antonio Ferrera , que se encerrará con seis Miuras, el día 14, y donará sus honorarios a la Casa de Misericordia. Esa noche, a las doce en punto, el '¡Pobre de mí!' resumirá la tristeza del final de la fiesta y la esperanza de volver, el año que viene.

Esta gran fiesta gira, toda ella, en torno al toro bravo. No es de extrañar, ésta es una de las tierras de España donde más se vive la dimensión popular de los juegos con el toro.

San Fermín es famosa en el mundo, sobre todo, por el encierro (una palabra utilizada desde 1856): cada mañana, a las ocho en punto, corren los mozos delante de los toros que se van a lidiar esa tarde, desde los corrales de Santo Domingo hasta la plaza de toros, 848 metros. (Las retransmisiones en directo de TVE alcanzan siempre una enorme audiencia).

En San Fermín, cada día, desde la mañana hasta la noche, se puede asistir al encierro, las vaquillas, los recortadores, el apartado, el desfile hacia la plaza, la corrida, el toro de fuego… Y el encierrillo, una reliquia excepcional: a la luz de la luna, los pastores conducen hasta los corrales a los toros que correrán el encierro.

De la internacionalización de la fiesta navarra fue gran responsable Ernest Hemingway. La intentó definir sin retórica, con la mayor precisión: «Era una fiesta y duró siete días». Así va a ser este año, una vez más, San Fermín: una fiesta incomparable, única en el mundo.

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