Gonzalo Caballero triunfa en su reaparición en Tudanca

TUDANCA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Gonzalo Caballero retornó este domingo a los ruedos nueve días después de su percance en Santander en la corrida mixta celebrada en la localidad de Tudanca, en la que salió a hombros tras cortar tres orejas, idéntico balance que el que cosechó el rejoneador Sergio Domínguez.

Se lidiaron dos utreros para rejones de Montalvo (primero) y José Cruz (tercero), y dos toros de lidia a pie de Miranda y Moreno (segundo) y Domingo Hernández (cuarto), de desigual presentación y juego.

El rejoneador Sergio Domínguez, que sustituía a Miguel Moura, oreja y dos orejas.

Gonzalo Caballero, dos orejas y oreja.

La plaza rozó el lleno en tarde soleada y calurosa, en el IV festejo Memorial José Maria de Cossio a beneficio de la Cocina Económica de Santander.

El utrero de Montalvo que abrió el festejo tuvo poco celo. Ello obligó a Sergio Domínguez a ceñirse mucho en los embroques y en los galopes a dos pistas en los que el astado tropezó varias veces las cabalgaduras. El caballero clavó los palos con ajuste y al estribo y medio rejón de muerte finiquitó al burel.

El tercero de la tarde, de José Cruz, tuvo más empuje. Domínguez mantuvo el buen tono y las buenas maneras al irse siempre de frente a la res y embrocar con ajuste. Los pinchó en dos ocasiones antes de un rejonazo fulminante.

Gonzalo Caballero reaparecía tras la cornada del pasado 29 de julio en Santander. Lo hizo con un toro de Miranda y Moreno tocadito arriba de pitones, suelto de carnes, noble, con voluntad de embestir y con las fuerzas justas. Por eso Caballero lo condujo con la muleta a media altura, componiendo los mejores momentos en una serie de naturales en los que atrapó la despaciosa acometida con gran temple, como también hizo en los circulares y un pase de pecho eterno que abrochó las manoletinas postreras.

El cuarto fue un toraco de Domingo Hernández de gran volumen que salió con los pitones escobillados. Nuevamente fue la zurda la mano mejor de Caballero, la que acopló los ritmos y velocidades del noble animal, con extraordinario balance cuando remató los muletazos con la mano muy por abajo. Varios naturales tuvieron hondura, pureza y el personal estilo de Caballero, que mermado físicamente lo pinchó.

Ver los comentarios