Feria de Santander: Perera se inventa una puerta grande
Corta dos orejas en una deslucida y remendada corrida de Miranda y Moreno que nadie recordará mañana
Crónica
Ambientazo en el día grande de Santander. Era la festividad de Santiago y los tendidos casi se llenaron para ver una corrida que comenzó torcida ya en los corrales. Solo se aprobaron cuatro de los ocho toros enviados por Miranda y Moreno , por lo que el encierro se remendó con dos ejemplares de Fernando Sampedro . Y lo que salió por chiqueros no fue ni parejo (algunos en el límite de presencia) ni boyante (salvo contadas embestidas).
Al hierro de Sampedro pertenecía el primero, a la postre el «mejor» (así, entre comillas) de un festejo con «¡vivas a España!» y «¡música, maestro!» Tocó la banda en la obra de Miguel Ángel Perera a «Mosquetero III» , al que apreció su bondad desde el saludo y en el mayestático y emocionante quite por saltilleras y gaoneras. Brindó al público y prologó con el pase del péndulo para conducir luego con templanza la obediente embestida a derechas. La incógnita era cuánto duraría y, pese a que el rebrincado animal comenzó a protestar, el extremeño hizo todo lo que quiso por ambos pitones –sin apenas decir nada–, hasta rematar con unas luquinas. Cual D’Artagnan, se tiró a matar con verdad a «Mosquetero» y enterró un estoconazo. Paseó una oreja y sumó otra más en el cuarto, un toro con mayor cuajo y a punto de cumplir los cinco años -fue muy aplaudido Francisco Doblado en varas-, de poca casta y clase. Perera ambicionaba la puerta grande y se pegó un arrimón en terrenos ojedistas.
Cayetano plantó cara a su manera, valiente y con garra, al segundo, con más genio que casta. El torero trató de limar la aspereza en los poderosos doblones de la desigual faena, como la informal embestida. Se sacó la espina de los pinchazos al anterior con un espadazo al mansito quinto –que quiso humillar– y ese hecho desató la pañolada. El presidente se mantuvo firme y todo quedó en saludos.
Álvaro Lorenzo buscó la templanza y se alargó demasiado con un descastado animal, en una labor mal rematada a espadas. Sin ser nada del otro mundo, «sirvió» algo el sexto, pero resultó insípido como la faena. Como plana fue una tarde sin apenas fundamento y que nadie recordará mañana, en la que Perera se inventó una puerta grande.
Sexto toro
Flamencoso, de Miranda y Moreno, número 1, colorado ojinegro, de 516 kilos. Sirve el toro a su manera. Demasiado correcto Lorenzo. Pinchazo y estocada. Saludos.
Quinto toro
Hormillero, de Miranda y Moreno, número 7, colorado ojinegro, de 498 kilos. Mete la cara este toro en el capote de Cayetano. Mientras, llegan noticias a los tendidos de que el incencido provocado en el último piso del número 10 de la calle San Sebastián está siendo sofocado por los bomberos. Ya han dejado de sonar las sirenas. Cuentan los paisanos que "todo está controlado". Cayetano quiere comenzar la faena en el 2, en el mimo terreno que el anterior, pero el toro mansea y huye al primer muletazo. Va y viene luego, queriendo humillar, pero aquello no transmite casi nada. Las palmas estallan en el espadazo, algo rinconero.
Cuarto toro
Llanura, de Miranda y Moreno, número 4, negro, de 574 kilos. Muy aplaudido el tercio de varas de Doblado. Más cuajado este toro, pero con poca casta y clase, con el que Perera, que ambiciona la puerta grande, se pega un arrimón en terrenos ojedistas. Estocada corta caída. Oreja.
Tercer toro
Polvoroso II, de Fernando Sampedro, número 21, negro mulato, de 529 kilos. Álvaro Lorenzo deja una buena media en el saludo y brinda al público. En los medios, cimenta la faena a derechas. Descastado el toro, aquello apenas dice nada, aunque el toledano quiere lucir su sobrio y clásico concepto. Quiso alegrar a los tendidos con unos circulare invertidos, lo más jaleado, pero alargó demasiado (tónica de la tarde) y pinchó. Dos pinchazos.
Segundo toroF
lacote, de Miranda y Moreno, número 9, negro bragado, de 539 kilos. Saca cierta brusquedad desde el inicio. Cayetano trata de limar esa aspereza con poderosos doblones, enlazados a una trinchera. Huele a quemado en Santander, dicen los paisanos que de las barbacoas de la plaza de México. Hasta que llega la noticia de que está ardiendo un piso en la calle San Sebastián... Entregado, Cayetano deja una serie diestra, con dos buenos muletazos, y sigue a izquierdas, con miradas al tendido. Valiente y con garra el torero, con un toro de embestidas informales, que lo mismo ofrece una regular, pero luego se revuelve rápido y geniudo. Se adorna con molinetes y se dirige a por la espada. Falla. Dos pinchazos y estocada tendida. Aviso. Silencio. Algunos aplausos al toro.
Primer toro
Mosquetero III, de Fernando Sampedro, número 4, negro mulato, de 536 kilos. Perera lo saluda con lances suaves y gana terreno hasta los medios. Pierde el capote en el remate. Fantástico el quite con el capote a la espalda, dejándoselo llegar desde la distancia, primero por saltilleras y luego por gaoneras. Largo el quite, de valerosa quietud, con este Mosquetero exhibiendo una bondad infinita. Se desmonteran Javier Ambel y Guillermo Barbero en banderillas. El extremeño brinda al público y prologa con sus clásicos pases cambiados. En el mismo platillo conduce la obediente embestida a derechas, aunque el toro comienza a protestar. A ver lo que dura... Con el defecto de cabecear, Perera intercaló ambos pitones e hizo todo lo que quiso -pero sin apenas transmitir- hasta acabar con unas luquinas. Cual D'Artagnan, se tiró a matar con enorme verdad a Mosquetero III, con rectitud de vela y enterró un estoconazo hasta los gavilanes, algo trasero. Tarda en caer el toro y suena un aviso. Oreja. Ovación al toro.
Paseíllo
Gran ambiente en el día grande, con tres cuartos largos de entrada. Hacen el paseíllo Perera, de caldero y oro; Cayetano, de tabaco y oro, y Lorenzo, de habano y oro.
Sorteo
Dos toros de Fernando Sampedro remiendan la corrida de Miranda y Moreno. El primer sobrero pertenece a la ganadería de José Luis Iniesta
Cartel
¡Buenas tardes! Bienvenidos a la cuarta corrida de la Feria de Santander. Día de la festividad de Santiago. Se anuncian Miguel Ángel Perera, Cayetano Rivera Ordóñez y Álvaro Lorenzo.
