Apoteosis de Diego Ventura en Las Ventas: corta cinco orejas y un rabo histórico

Se confirma como número uno en una tarde histórica para el toreo a caballo

Un momento de la lidia de Diego Ventura EFE

Andrés Amorós

Diego Ventura ha protagonizado una tarde histórica , cortando cinco orejas y un rabo. Y no piensen en triunfalismos, ha estado cumbre, en una de esas tardes redondas en que a un gran artista le sale todo; ha aprovechado plenamente la nobleza de los toros de Los Espartales; ha deslumbrado al público con suertes nuevas; sólo un pinchazo, antes del rejón de muerte, le ha impedido cortar otras dos orejas, en el último toro, pero todavía ha sorprendido echando pie a tierra y dibujando cuatro espléndidos muletazos, antes del descabello . ¡La locura colectiva, justa y merecida!

En la vuelta al ruedo, ha sacado al mayoral de la ganadería. Le acompaña en la salida a hombros Andy Cartagena , que ha cortado un trofeo en el primero y otro, en el quinto. Hay que recordar que, en el pasado San Isidro, ya pudo cortar Ventura cuatro orejas, si hubiera matado a la primera; también, que el pasado septiembre, en Murcia, Diego indultó a «Perdido», de la misma ganadería: otra fecha histórica para el rejoneo..

El rejoneador Diego Ventura pasea orgulloso con el trofeo que no se concedía desde 1972 EFE

Inevitablemente, Andy Cartagena queda hoy en segundo pano, aunque también haya abierto la Puerta Grande . En el primero, se luce bailando «Picasso» y con pasos de alta escuela al albino «Bandera». Pincha antes del rejón pero la muerte es espectacular, con el caballo sentado en la arena: oreja. El tercero es el peor, mansea y huye, pero también transmite emoción y peligro (arrolla al auxiliador). Andy hace alardes ecuestres pero la colocación de los palos es desigual y el rejón queda caído y contrario. En el quinto, se sobrepone a la emoción por la apoteosis de Ventura, no regatea entrega, clava la rosa, se adorna, pero el toro se echa y desluce. El público exige la oreja, que le permite salir a hombros.

La apoteosis de Ventura comienza en el segundo, con «Nazarí» , su gran estrella, que lleva prendido al noble toro en más de una vuelta completa al redondel. «Importante» emociona con sus piruetas, en la cara del toro, y con verdaderos «muletazos». El rejón trasero es fulminante: por petición unánime, dos orejas.

Cumbre de Ventura

La cumbre llega en su segundo toro, el cuarto de la tarde: para las estadísticas, se llama «Biemplantao» (como la heroína de Eugenio d’Ors), es negro, pesa 537 kilos, tiene cuatro años y medio; desde el comienzo, embiste con alegría y nobleza espectacular. Después de un fallo inicial, al clavar, toda la faena roza la perfección. Lo ha recibido con «Lambrusco» a porta gayola, encelándolo con la garrocha. El tordo «Fino» provoca un clamor con quiebros tremendos. Con «Bronce», clava bien, muy en corto. La locura llega cuando, con «Dólar», tira a la arena el cabezal y clava impecablemente a dos manos (una suerte que él ha inventado y que, en Madrid, causa sensación). Mata bien, con «Remate».

El clamor general consigue que se le otorguen las dos orejas y el rabo . Lleva ya cuatro orejas y un rabo y le queda todavía un toro… Sorprende Diego clavando un rejón con «Guadalquivir» de salida, sin la menor probatura. «Nazarí» amarra el triunfo con un quiebro perfecto; clava en lo alto y sale de la suerte toreando. Ya tiene el lío formado cuando saca a «Lío», que lo aumenta, pone al público en pie. Diego desmonta para que se aplauda al caballo. Escucho gritos de «¡Torero¡» y vivas a España. Con «Remate», clava al violín y hace el teléfono. Después del pinchazo y el rejón, exige que le dejen solo, echa pie a tierra y dibuja cuatro muletazos con gran torería, alternando el molinete con el derechazo y el trincherazo, que enlazan con el certero descabello: una oreja más. (Sin el pinchazo, hubieran sido dos).

No ha habido ninguna histeria colectiva: Diego Ventura se ha ganado merecidamente ese triunfo . (El que quiera discutir lo del rabo, que lo haga). Ha confirmado que, ahora mismo, es el indiscutible número uno. A su manera, toreando, se ha «vengado» de los empresarios que le regatean que mate seis toros (lo hará en la Feria de Otoño) y de Pablo Hermoso, que no quiere alternar con él, en Madrid. ¡Lástima grande que la televisión no haya emitido esta tarde histórica! Los que la disfrutamos lo contaremos. Diego Ventura ha hecho realidad el nombre de uno de sus caballos: su «Sueño».

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