Festival Iberoamericano de teatro
Las lagartijas nos llevan al cole
'Veracruz, nos estamos deforestando o cómo extrañar Xalapa' es el título completo de esta conferencia performativa
Una conferencia que yo más bien denominaría preformativa pues carecía de complejidad formal, estética o artística sustentada solamente en una exposición didáctica en donde llovían datos, fechas, nombres, lugares y personajes de la política local entreverados con parte de la historia de México e imágenes que ilustraban a veces lo narrado. Se imbricaban también testimonios reales ya fuese en audio o en video para comprender el desafortunado devenir del estado mexicano de Veracruz y el trágico desenlace de la gestora cultural Nadia Vera y el fotoperiodista Rubén Espinosa asesinados en 2015 en Ciudad de México.
Se entiende que esta conferencia, charla, coloquio o cuasi trabajo escolar pretendía ser un homenaje y a la vez denuncia de unos hechos factibles en cualquier narcoestado. Pues bien, todo esto se consigue, de manera aburrida, pero se consigue. Lo mismo que lo consigue un documental de Netflix o el telediario. Nada que no sepamos ya.
Narrar, narrar y más narrar. Puestos a representar un trabajo de escuela es una lástima que no nos hayan mostrado en la pantalla la majestuosidad y hermosura de Veracruz, ese rinconcito donde hacen su nido las olas del mar (Agustín Lara); para así comprender mejor el paraíso perdido.
No es interesante. Nada absolutamente nada de lo que nos trajo la ponente jarocha fue digno de ver; una ponente a la que por momentos le faltó soltura y seguridad en su guion. Nada de lo expuesto llegó a ser revelador o mínimamente evocador, sugerente, conmovedor, emotivo, transgresor, o entretenido al menos. Incluso el único momento simbólico con un martillo golpeando sobre unos bloques es blando y no está a la altura de la violencia, la rabia, la injusticia, la ira e impotencia que la historia pretende transmitirnos.
No, no y no. ¿Es esto lo contemporáneo y lo que debemos entender por realidad social de un país? Si éstas son las nuevas dramaturgias y las artes vivas, ¿cuáles serán las muertas...?
Ha sido chocante todo. Pero lo más desastroso fue ver cómo esas velas dispuestas en memoria de los desaparecidos fueran alumbradas con un mechero. Una vela se enciende con una cerilla. Una vela representa a quienes ya no están en cuerpo, alma y espíritu. Así que ni siquiera como ritual ceremonial ha sido acertado.
