El Pavón Teatro Kamikaze cede la palabra a la mujer

En apenas unas semanas de vida, El Pavón Teatro Kamikaze se ha convertido en una referencia ineludible dentro de la escena madrileña (aun así, Miguel del Arco, uno de sus responsables, ha advertido que el proyecto no puede tener continuidad si no se modifica el llamado IVA cultural). Uno de los primeros proyectos de los kamikazes ha sido un ciclo titulado «Femenino singular», que quiere, según ha dicho el propio Del Arco, «poner el acento sobre las mujeres, porque es necesario darles visibilidad cuando las cosas no son igualitarias»,

Se han presentado ya, dentro del ciclo, «Leyendo Lorca», la lectura de textos del poeta granadino a cargo de Irene Escolar, y «Una habitación propia», de Virginia Woolf, con versión y dirección de María Ruiz, e interpretación de Clara Sanchís.

Originalmente, se trata de un ensayo de la autora estadounidense escrito a partir de una serie de conferencias que ofreció en 1928. Fue el libro de cabecera de las feministas. «Es un texto mítico -asegura María Ruiz-, un referente en más de un sentido. Es muy inteligente, y nada reivindicativo; trata de englobar a hombres y mujeres, y nosotros le hemos dado una visión desde el humor».

«La voz humana», de Jean Cocteau, es igualmente un texto mítico. Escrita en 1930, la versión que se presenta en El Pavón lleva la firma de Israel Elejalde, que dirige a la actriz Ana Wagener. «Es -dice el director- un ejercicio casi suicida desde el punto de vista actoral, refleja un estado mental que hay que hacerlo a corazón abierto». Según Elejalde, «La voz humana» reflexiona sobre «la alienación del amor, sobre la incomunicación, la dificultad de enfrentarse a la verdad, la ausencia y el dolor que provoca hablar sin ser visto, amar sin ser correspondido».