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Antonio Canales, Estrella Morente y Aída Gómez - Belén Díaz

«La guerra de las mujeres» reúne en Mérida a Estrella Morente, Aída Gómez y Antonio Canales

El espectáculo, dirigido por José Carlos Plaza, procede de un guión que escribió Miguel Narros sobre la «Lisístrata» de Aristófanes

Madrid Actualizado: Guardar
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El estreno, hace algo más de cuarenta años, de «Medea», a cargo del Ballet Nacional de España, supuso un punto de inflexión para la danza española y el flamenco teatral; «Medea» abrió un camino, el de llevar grandes textos grecolatinos al lenguaje flamenco. Uno de los responsables de aquella obra –guionista y figurinista- fue el director de escena Miguel Narros (que volvería a transitar con obras como «Fedra», estrenada por Manuela Vargas).

El director madrileño escribió hace casi tres lustros el guión para otro espectáculo flamenco, «La guerra de las mujeres», basado en la «Lisístrata» de Aristófanes; en el fondo latía el conflicto de Irak, y con esta pieza Narros quería hacer un alegato en contra de las guerras.

El guión se quedó en el cajón hasta que el productor Celestino Aranda, viudo de Narros, lo ha desempolvado, y lo ha puesto en pie con la colaboración del Festival de Mérida, que lo presenta del 4 al 7 y del 9 al 14 de agosto. . Lo hace a lo grande, con un reparto estelar que encabezan Estrella Morente, Aída Gómez y Antonio Canales. La dirección musical es de Juan Carmona y la dirección del espectáculo de José Carlos Plaza que, dice Canales, «ha querido ser muy fiel al legado de Miguel Narros»; «es una de las cosas que más me emocionan –apunta Estrella-: la fidelidad de José Carlos hacia su amigo y maestro; él suda sal».

Reunidos en torno a una mesa antes de comenzar un ensayo, el trío protagonista enhebra un elogio detrás de otro: «Pedazo de artistas», dice Aída Gómez con el asentimiento de sus compañeros de reparto. «No sabes cómo está Estrella… Y Antonio… Y Carmona… Y…»

Maria Callas flamenca

En aquella «Fedra» dirigida por Narros, y estrenada también en Mérida, colaboró Enrique Morente. Su hija, entonces una niña, recuerda la ocasión. «Yo ví cómo Diego Llori, que interpretaba a Hipólito se partía la pierna». Ahora le toca encarnar a la protagonista de «La guerra de las mujeres», Lisístrata, impulsora de la huelga sexual de las mujeres atenienses para protestar por la guerra -«una guerra a lo Gila», dice Canales, con trincheras de colorines fluorescentes…-. La cantaora lleva el peso del espectáculo, en el que no sólo canta, sino que también interpreta. «Va a ser un antes y un después en su carrera; hace un trabajo extraordinario», dice Aída. «Es una diosa –tercia Canales-; una María Callas del flamenco».

Y es que el guión de Narros ha crecido hasta convertirse, dice el bailaor, en «un gran musical flamenco… No, mejor, en una ópera flamenca». La música la firman Juan Carmona, Juan Parrilla y Lucky Losada, depositarios también de los elogios del trío. «Cada uno aporta su personalidad diferente y le da a la música aliento propio», dice Aída Gómez.

Canales interpreta en «La guerra de las mujeres» a dos personajes: uno de ellos es un travestido, amigo de Lisístrata, y el único hombre al que las mujeres dejan entrar en su mundo. «Le hacen sufrir para que demuestre que es tan “mujer” como todas las demás; es muy divertido y muy escandaloso. Pero no trata de hacer una mariquita barata, sino una mujer que busca el respeto de las demás». El segundo personaje es el envés: el comisario, el que trata en vano de imponer la ley.

Aída Gómez ha estado al lado de José Carlos Plaza a la hora de ordenar y coreografiar el espectáculo. «Me hubiera gustado que hubiera un poco más de baile, por los pedazo de bailarines que tenemos, pero bueno…» Además, interpreta a Lampito, «una puta, pero con clase». Trata de ser, de alguna manera, el contraste con Lisístrata. «El personaje de Estrella es mucho más profundo, y Lampito es otra cosa… Me lo he llevado más a lo sensual, a lo femenino».

En familia

Estrella Morente se encuentra en el escenario como en casa. No es una frase hecha, sino una realidad, porque la rodea buena parte de su familia, como su madre, Aurora Carbonell, «La Pelota»; su hermana Soleá o sus tíos José Carbonell «Montoyita» y Antonio Carbonell. «Tengo mucho que escuchar y que aprender en este espectáculo –dice la cantaora-; me siento privilegiada por estar al lado de gente tan grandiosa. Soy una enamorada del arte porque me educaron así, pero a mí es difícil sacarme del flamenco, de la Niña de los Peines, de la Alhambra. Y se me ha ofrecido la posibilidad de interpretar un papel en una obra de Aristófanes, nada menos, y que representa algo que a mí me preocupa muchísimo defender: los derechos de las mujeres, los derechos humanos. Lisístrata no solo alza la voz en defensa de la mujer, habla de la injusticia y de la mediocridad del ser humano. Si algo he aprendido de este papel es que hay muchas cosas por hacer. La obra tiene una carga emocional y social brutal, es un altavoz ante todas las injusticias». Lisístrata, concluyen al unísono los tres artistas, es «el sentido de la igualdad».

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