La Joven Compañía de Teatro Clásico durante la puesta en escena de la obra "Fuente Ovejuna", de Lope de Vega
La Joven Compañía de Teatro Clásico durante la puesta en escena de la obra "Fuente Ovejuna", de Lope de Vega - Efe

Entre clásicos y cigüeñas, una noche en el Festival de Olmedo

«El lindo don Diego», de Agustín Moreto, a cargo del grupo Morboria, fue la función del día

Valladolid Actualizado: Guardar
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Las cigüeñas son el público más especial del Festival de Teatro Clásico en la Villa del Caballero. Desde la atalaya de sus nidos observan con docta circunspección aviar las representaciones y dan muestras con su crotorar del grado de su aceptación. Ya lo he comentado alguna otra vez, pero es que –y no me digan que estoy loco– creo que hasta me reconocen de anteriores ediciones. Hay una pareja que tiene su nido en una torre de la muralla que protege la retaguardia del escenario de la Corrala del Palacio Caballero de Olmedo, donde tienen lugar las representaciones. Espectadoras privilegiadas, la noche del pasado miércoles las dos cigüeñas inquilinas de lugar tan señero –no se ve si el nido alberga prole– presenciaron tan panchas la función del día: un montaje de «El lindo don Diego», de Agustín Moreto, a cargo del grupo Morboria.

Comedia de figurón por excelencia, es un excelente aperitivo del cuarto centenario del nacimiento del autor madrileño, que se conmemora en 2018. Eva del Palacio, autora de la versión y directora del espectáculo, ha trasladado la acción a los locos años 20 del pasado siglo, lo que propicia un aliño musical a ritmo de charlestón y un precioso vestuario ad hoc. A la comicidad desbordante de la pieza se añade este envoltorio divertido que incluye una evocación de la seductora bailarina Tórtola Valencia, toda una sensación en la época. Hay un par de añadidos muy bien insertados salidos de la pluma de Lope de Vega, uno perteneciente a «El caballero de Olmedo» y otro, el famoso soneto que describe el amor y sus devastadores y contradictorios efectos. Fernando Aguado es un estupendo don Diego en su justo término, sin el afeminamiento con el que a veces se le suele vestir: es un hombre atildado en extremo al que le gustan las mujeres, pero gustándose más él mismo. Eva del Palacio trueca el sexo del criado gracioso de la función, de Mosquito a Mosquita, y lo interpreta ella misma. Es, en general, un montaje con momentos notables y bien concebido, pero mal medido, pues se alarga hasta las dos horas con algún número musical bonito pero superfluo y cierta tendencia a la reiteración.

La duodécima edición del certamen, que se celebra en paralelo a unas jornadas sobre teatro clásico que este año se han centrado en las relaciones entre cine y teatro, se abrió el pasado día 14 con el espléndido y reciente montaje de «Fuenteovejuna», de Lope, en versión de Alberto Conejero dirigida por Javier Hernández-Simón e interpretada por la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. En días sucesivos, se ha podido ver: «El rufián dichoso», de Cervantes, por la Compañía Siglo de Oro, con versión de José Padilla y dirección de Rodrigo Arribas; «Sancho en Barataria», sobre ese episodio del «Quijote», a cargo de Azar Teatro y dirigido por Javier Esteban Labarca; «La vida es sueño», de Calderón, puesta en escena por Carlos Martín, versión de Alfonso Plou e interpretada por Teatro del Temple; «Barataria», montaje sobre textos cervantinos, con adaptación y dirección de Luis Miguel García al frente de Teatro Corsario; «Palabra de don Juan», un mano a mano entre los actores Joaquín Notario y Francisco Rojas a partir de textos de Tirso, Molière, Zorrilla y otros; y una versión de «Eco y Narciso», de Calderón, firmada por Elena María Sánchez, dirigida por David Martínez e interpretada por la compañía Miseria y Hambre.

Anoche estaba programado otro título calderoniano, «La hija del aire», que trae a España la Compañía Nacional de Teatro de México, en versión de José Gabriel López Antuñano dirigida por Ignacio García. Y hasta el próximo domingo, cuando el festival echa el telón, se podrán ver «La judía de Toledo», de Lope, una coproducción de la CNTC, Micomicón y A Priori dirigida por Laila Ripoll, que también firma la versión; «Hamlet», de Shakespeare, en versión y con dirección de Alfonso Zurro con la compañía Teatro Clásico de Sevilla, y otro Lope, «El perro del hortelano», con puesta en escena y versión de Pablo Gómez Pando para Alas Tablas Teatro.

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