El Ballet de Víctor Ullate desaparece
La razón, explica la compañía del maestro y coreógrafo aragonés, es «la inviabilidad económica del proyecto»
Tras algo más de treinta años de actividad, el Ballet de Victor Ullate , la más importante compañía española privada de danza, desaparece. Así lo ha anunciado el coreógrafo y maestro aragonés a través de un comunicado, en el que explica que esta decisión se ha tomado «por la inviabilidad económica del proyecto ». Ullate no alcanzaba ayer a decir a ABC más que se encontraba « hecho polvo ».
«Sin embargo -dice el comunicado-, el maestro Ullate ha decidido seguir luchando por mantener su legado y continuar formando a futuros bailarines como lo ha hecho hasta ahora, razón por la cual la Escuela y Fundación Víctor Ullate mantendrán sus puertas abiertas . El maestro no renuncia a su sueño de darle la oportunidad de convertirse en bailarines a niños que por su situación de exclusión social no podrían hacerlo».
La nota que firma el maestro aragonés concluye: «Agradecemos a nuestros bailarines, grandes estrellas de la danza, a nuestro equipo administrativo, a nuestro fiel público y también a las instituciones y empresas que desde 1988 nos han apoyado y se han convertido en pieza clave de este sueño de llevar la danza a su máximo nivel y en dejar en alto el arte de España».
Sostenimiento económico
El sostenimiento económico de la compañía ha sido una de las quejas recurrentes de Víctor Ullate, que en varias ocasiones advirtió de la posibilidad de cerrar su ballet. «A pesar de la ayuda de la Comunidad de Madrid, que valoro y agradezco profundamente, mantener una compañía así es muy costoso -decía Ullate a ABC hace unos meses-. Se ha hecho un gran esfuerzo a lo largo de estos treinta años, y el Ballet no puede desaparecer. Por aquí han pasado grandes bailarines».
Sin embargo, ahora ha tomado esta decisión, que coincide con la marcha del conjunto de Lucía Lacarra (lo hizo a finales de agosto, tras las funciones de «Antígona» en Madrid), a quien el propio Ullate había designado su sucesora a principios de 2018, cuando él anunció que abandonaba la danza: «Es el momento de dar paso a savia nueva, de abrir nuevos horizontes... Y también de descansar», dijo entonces a este periódico.
Lucía Lacarra
Las desavenencias entre Víctor Ullate y Lucía Lacarra sobre la forma de llevar la compañía llevaron a la bailarina donostiarra a dejar el Ballet, solo unas semanas antes de que Ullate haya tomado la decisión de disolver el conjunto, al que en marzo de este año concedió la Comunidad de Madrid una subvención de 950.000 euros .
El Ballet de Víctor Ullate , creado en 1988, se vinculó nueve años después a la Comunidad de Madrid, que lo acogió como su compañía oficial y lo apoya anualmente de manera económica. El conjunto está compuesto actualmente por una veintena de bailarines , algunos de los cuales forman parte del equipo artístico, que componen otras diez personas, el mismo número que forma el equipo técnico.
Según la página web de la compañía, el Ballet tenía una veintena de compromisos de aquí a final de año (este mismo viernes debia actuar en el Palacio de Congresos de Granada). Sin embargo, fuentes de la compañía han informado a ABC que todas estas actuaciones se han cancelado.
Figura fundamental
Víctor Ullate (Zaragoza, 1947) es una de las figuras clave de la danza en España. Bailarín, maestro, coreógrafo y director, estudió con María de Ávila , y comenzó su carrera al lado de Antonio Ruiz Soler . Fue, durante los años setenta, una de las estrellas del Ballet del Siglo XX que creó y dirigió Maurice Béjart . El creador marsellés, que se refirió a Ullate como uno de los bailarines más completos del siglo XX, le confió los principales papeles de su repertorio, entre ellos el que creó para él en «Gaîté Parisienne», inspirado en su propia vida, y donde el artista aragonés encarnaba al mismo Béjart.
Junto a él permaneció catorce años, hasta que recibió la llamada del Ministerio de Cultura en 1979 para dirigir el recién creado Ballet Nacional de España Clásico (la actual Compañía Nacional de Danza), del que fue su primer director y donde estuvo hasta 1983, una etapa marcada por los vaivenes políticos. De entonces es la coreografía «El Madrid de Chueca», en la que ya sentaría las bases de su trabajo creador futuro.
Tras varios años dedicado a la enseñanza en su escuela, en 1988 creó su propia compañía, el Ballet de Víctor Ullate, que ha sido desde entonces, en muchos sentidos, proa de la danza clásica en nuestro país . El teatro Arriaga de Bilbao, en el mes de abril de ese año, fue el escenario en el que despegó el conjunto, una de las compañías de danza españolas que ha desarrollado una mayor proyección internacional. Por ella han pasado una buena parte de las mayores figuras internacionales de nuestra danza; desde María Giménez e Igor Yebra , que formaban parte del primer elenco de la compañía, hasta Tamara Rojo, Ángel Corella, Joaquín de Luz, Carlos López, Jesús Pastor, Rut Miró, Carlos Pinillos o Lucía Lacarra .
En 1999 Víctor Ullate dejó la dirección artística de la compañía en manos de Eduardo Lao (su pareja, además de su mano derecha), y él continuó como director general. Cuando designó a Lucía Lacarra para ejercer la dirección artística del conjunto Lao pasó a dirigir la Fundación Víctor Ullate , creada hace una década por el coreógrafo para «apoyar y difundir la danza con una clara vocación social». Ullate explicó entonces: «El trigésimo aniversario de la compañía me parecía un buen momento para dar este paso a un lado -explicaba hace dos años-. Hace ya veinte años que sufrí dos infartos y me relevó Eduardo en la dirección del ballet, pero yo he seguido estando presente en el día a día de los chicos. La dirección de un ballet quema mucho. Por otra parte, yo ya no soy el que era . Tengo setenta años y estoy cansado. Y hay que abrir puertas, abrir nuevos horizontes. Siempre voy a estar ahí, siempre van a poder contar conmigo, pero ahora toca cuidar de mí y descansar».
La trayectoria de Víctor Ullate que ha sido jalonada por diversos premios, como el Nacional de Danza que se le concedió en 1989, o la Medalla de Oro de las Bellas Artes , que recibió en 1996. A ellos se suma el premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en la modalidad de Danza (2003) o la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo, también de la Comunidad madrileña (2013).
