Música

«La primera vez que me subí a un escenario tenía seis años y ese momento sigue intacto en mi memoria»

Entrevista

La cantante gaditana Celia Monzón cuenta su historia como artista emergente, que comienza a subirse no solo en los escenarios de Cádiz, también en salas conocidas de Madrid

Celia Monzón, cantante gaditana actuando en Pay-Pay (Cádiz). LA VOZ
Esther Macías

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Celia Monzón es una gaditana de pura cepa, como se suele decir. Al igual que muchos de sus paisanos y paisanas, se mudó a Madrid por temas laborales, que no vitales, claro. Porque cada vez que puede, vuelve a su Cádiz. Su debilidad por la música es tan evidente que para ella no hay otra forma de explicar los sentimientos si no es con una guitarra de fondo. Es ingeniera, pero su verdadera pasión la tiene clara desde que se montó en un escenario con tan solo seis años. Desde ese momento no ha parado de cantar. Ni de contar.

-Celia, con tan solo seis años se subió a un escenario. Nada más y nada menos. ¿Recuerda ese momento?

-Esta pregunta me encanta porque además la recuerdo como si fuera literalmente ayer. La primera vez que me monté en un escenario fue en el teatro del colegio, en típica fiesta del Rebaño de María. Me acuerdo como si fuera ayer. Yo llevaba cantando desde que era muy pequeña, pero esa primera vez en público no se me olvidará en la vida. Recuerdo que se me olvidó la letra. Elegí la canción de Beth, 'Dime', con una amiga, Alba Grosso. Ese recuerdo, después de tantos años, sigue estando intacto en mi memoria.

-Luego con catorce, se subió al escenario del Gran Teatro Falla para hacer Carnaval. Por si se dudaba de su gaditanismo. ¿Fue aquel momento el punto de partida en el mundo de la música?

-Pues a ver, yo es que el carnaval lo he vivido desde pequeña. Por mi familia, claro. Durante toda mi vida he estado vinculada al carnaval de una manera u otra. Con 10 años ya canté en el Gran Teatro Falla, pero no era el concurso como tal, entonces era el carnaval de la escuela. Nada oficial. Fue a los 14 años cuando, por primera vez, concursé en el COAC juvenil. Para mí, era lo mejor. Ensayábamos todos los viernes y ese rato se me hacía muy corto. A partir de ahí, no he parado de concursar cada año. De hecho, empecé con 14 años y hasta que me fui a Madrid a vivir. Es decir, en 2019 fue mi último año que me subí al escenario del Gran Teatro Falla.  

-¿Qué significa cantar en su tierra, Cádiz?

-No lo puedo explicar. Aquí, en mi tierra, siento respeto máximo y admiración por toda la gente que me está escuchando. Como decía anteriormente, yo llevo prácticamente toda la vida cantando, entonces la gente me conoce por especialmente la música. Y eso me genera muchísimo respeto. La gente ya me conoce de antes. Siento que tengo que mejorar todo el tiempo. Y más estando aquí en Cádiz, que, das una patada a una piedra y sale mucha gente que canta muy muy bien. Aquí hay arte por todas las esquinas, por lo que este sentimiento lo entienden muchos.

-¿Siente lo mismo cuando lo hace en Madrid?

-Pues a ver, obviamente siento que tengo que hacerlo bien porque es Madrid. Le tengo respeto, claro. Cuando yo llegué no me conocía nadie. Cuando actué por primera vez era como una carta de presentación. Yo estoy muy segura de lo que hago. Es decir, yo hago esto porque me gusta. Sé que mi carta de presentación no es nada del otro mundo pero sé que lo que enseño gusta. Porque a mí me encanta visualizar a mi público y yo noto que ellos disfrutan. Todo aquel que le gusta cantar, se va a Madrid. Entonces de alguna manera siento que tengo que destacar. Es más presión.

-¿Se ha sentido acogida -musicalmente hablando- en la capital?

-Pues sí. Hay una regla no escrita que es cuando un músico te sigue en Instagram pues tú le devuelves el follow para darle un poco de apoyo y saber ambos que estamos ahí presentes. Pues algo así me pasó cuando me fui a Madrid. Yo ya tenía a mucha gente en redes sociales y fue así, sentí literalmente acogida. «Vente, vamos a un concierto a tal, cual», me escribían para escuchar a artistas emergentes que me lo han puesto muy fácil. El camino difícil viene ahora, claro. Ahora hay que pelear de verdad.

-Formalizar un proyecto musical no es fácil. ¿Quién o quienes han sido sus apoyos fundamentales para hoy tener su propia música y letra?

-Fundamente mi familia. Eso es un 100%. Primero porque yo aun estudiando ingeniería de diseño, mis padres no se echaron las manos a la cabeza cuando dije que quería dedicarme a la música. Por lo que el principal apoyo son ellos. Por no romper mi barrera y mi ilusión. Llevo componiendo desde hace seis años. Pero claro, la carrera musical no solo se trata de componer, también organizar y todo lo que ello conlleva. Así que di con la agencia de comunicación 'Somos Leora', otra parte fundamental de mi recorrido hasta hoy. Me han dado una parte muy importante: el paso a paso. El primer tramo de los artistas emergentes. Los pasos a seguir. Son muy trabajadoras y me están aportando mucho. En este proceso es esencial unirte a gente con pasión y en ellas encuentro esas ganas de trabajar y de cumplir nuestros objetivos juntas. Y no lo digo yo, son los resultados los que están hablando por sí solos.

-Celia, ¿Sus canciones qué intenciones tienen?

-El tema principal soy yo, es decir yo no sé escribir algo que no haya sido una vivencia mía. Me cuesta muchísimo. Yo te estoy cantando y a la vez te estoy contando historias de mi vida de diferentes etapas. Amor, enfado, ilusión, miedo. Todos son historias de mi vida. En concreto, en el último proyecto en el que estamos trabajando, que son cinco canciones, es la historia de mi vida desde que me fui a Madrid hasta día de hoy. La ilusión y el miedo que he pasado, pero enfocándolo en Cádiz. Todo esto se lo cuento a mi ciudad. Muchas veces no sé como explicar lo que siento y es la música la que me ayuda a contar mis sentimientos.

-Llegaste a aparecer en prime time en TVE con la cover 'mi persona favorita'. Cuéntenos, ¿Cómo fue eso?

-Todavía no me lo creo. Yo no me estaba enterando de lo que pasaba. Fue un amigo, Pablo Camacho, el que me avisó porque estaba saliendo en TVE. Lo hice con mi padre. Tuvo una expectación muy grande. Salir en la tele haciendo un dueto con Alejandro Sanz digitalmente, no creo que tenga precio. Me quedo con eso para los restos.

-¿Es fácil combinar la música con tu trabajo?

-Es complicado. Sobre todo por los horarios. Llego a las seis de la tarde del trabajo y claro, se me complica todo el proceso de sesiones de estudio, productores y tal. Pero yo tengo claro que me quiero dedicar a la música, por lo que trabajar me garantiza que me pueda estar pagando este proyecto que por supuesto quiero que sea de por vida. No es fácil pero yo lo tengo claro: la música es mi destino. Y todo este cansancio merecerá la pena. Ojalá llegue el día que en vez de ir a la oficina, vaya al estudio.

-A veces le acompaña la guitarra y las manos de su padre, Pepe Monzón. ¿Qué supone ese acompañamiento y cariño para una persona que está arrancando en el mundo musical?

-Esto es un arma de doble filo. El director musical de mi banda es mi padre, eso supone que yo me subo al escenario nerviosa por él, como padre y como guía musical, y por mí. Pero claro, también me da la tranquilidad que necesito. Disfrutamos mucho juntos. Esa mirada de «lo hemos conseguido» y ese primer abrazo que nada más terminar de cantar, recibo, significa mucho para nosotros. Es muy emocionante para mí y sé que tengo mucha suerte. Algún día será únicamente acompañante, que no será fácil tampoco.

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