La carrera en solitario de Soleá Morente da su primer fruto
La carrera en solitario de Soleá Morente da su primer fruto - Isabel Permuy

Soleá Morente: «Ya era hora de dar la cara»

La hija mediana de Enrique Morente publica «Tendrá que haber un camino», su disco de debut en solitario y continuador de la lína de abierta por su padre en «Omega»

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Llevar consigo el apellido Morente significa que el nivel de exigencia artístico está cerca de la estratosfera. Es algo que todos los que pertenecen a la familia lo tienen claro. Cada uno de ellos siente como si todavía estuviera ahí la mirada del gran maestro, indicando el camino correcto. Soleá también. A sus 30 años ha hecho sus pinitos como actriz -en la obra «Yelma» y en la película «La venta del Paraíso»-, ha actuado en conciertos y festivales de flamenco puro y, sobre todo, publicó dos discos con la banda llamada Los Evangelistas, con miembros de Los Planetas y Lagartija Nick, con los que escarbaba en la faceta más experimental de su padre.

Por fin desde el pasado viernes tiene a la venta su primer disco en solitario, «Tendrá que haber un camino», que sigue el sendero de aquel mítico álbum titulado «Omega».

Lo de «en solitario»no es del todo correcto, ya que ha contado con todo un arsenal de colaboradores de excepción: J, Antonio Arias, La Bien Querida, su madre Aurora Carbonell, sus hermanos Estrella y José Enrique, la guitarra de su tío Montoyita y la marroquí Orquesta Chekara, entre otros.

—Ha tardado bastante en llegar este momento...

—Sí. Creo que las prisas no son buenas consejeras. He ido dando algunas vueltas a la manzana para encontrar el camino, y permitirme la libertad de elegir.

—La experiencia con Los Evangelistas fue, por lo que se escucha en el álbum, fundamental.

—Ha sido decisiva. Si no hubiese hecho la colaboración con Los Evangelistas, no existiría este disco, claramente.

—Se titula «Tendrá que haber un camino». Está claro que lo hay, ¿no?

—Sí que lo hay. Parecía que no, me costaba... He estado un poco obsesionada con encontrar un concepto, un color, ponerle un nombre a lo que hacía, una etiqueta, y me he dado cuenta de que eso era un error. Al final es un disco de búsqueda, de investigación personal y profesional.

Flamenco en los genes

—¿En algún momento se planteó que el disco fuera de flamenco puro?

—Mis raíces son flamencas, mi genética, mi identidad, mi familia, mis padres, mis hermanos... todos se dedican al flamenco, y yo también, es de lo que vivo. Pero no me he planteado nunca identificarme como cantaora flamenca, porque le tengo muchísimo respeto. Sé que el flamenco está en mi música, pero nunca me imaginé que mi primer disco fuera como cantaora.

—Guitarras eléctricas en lugar de españolas. ¿Está más cómoda con ellas?

—Sí. A raíz de colaborar con Los Evangelistas y de tocar por primera vez con una banda tan ruidosa, empecé a descubrir ahí un nuevo concepto, un nuevo camino, nuevas posibilidades para expresarme, sin tanta responsabilidad, quizás, de ir al descubierto. Y sí, tocar con una banda así, tan potente, me hizo descubrir otras puertas.

«Echo un montón de menos a mi padre, y me gustaría saber qué hubiera opinado de este disco. Lo he hecho pensando en él en todo momento»

—De esa forma sigue uno de los caminos abiertos por su padre.

—En casa todos intentamos, cuando hacemos algo, pensar en cómo lo haría mi padre. Tenía una energía tan potente, tan fuerte, y nos ha enseñado cosas tan importantes, que intentamos vivir como viviría él, y de la forma que él nos ha enseñado. Le echo un montón de menos, me gustaría saber qué piensa de este trabajo, y bueno, lo he hecho pensando en él en todo momento.

—¿Y qué opina la famlia del disco?

—Cuento con un apoyo incondicional de mi madre y de mis hermanos, y mis tíos, que también colaboran todos en el disco. Me han dejado volar. Me han respetado y se han unido a mi vuelo.

—¿Al final es que un Morente no puede ser... no sé, abogado, por ejemplo?

—Ja ja. Estaría bien. A ver si a algún sobrino se anima, pero me parece que no, porque a los dos les sale también la vena artística. Y bueno, mi padre me animó a estudiar en la Universidad, algo que agradeceré siempre, porque estudiar una carrera, Filología Hispánica, me ha aportado cosas maravillosas. Pero vamos, todavía no hay ningún abogado en la familia, esperemos que a Estrellita o a Curro les dé por ahí y nos saquen de los líos estudiando Derecho.

—Volviendo al disco, ¿cómo surgió el proyecto? ¿Fue idea propia, una propuesta...?

—Es algo que necesitaba hacer, que tenía hirviendo dentro de mí. Creo que desde siempre y yo no lo sabía. Muchas veces se sienten cosas que están dentro y ni siquiera eres consciente. Para mí el cantar es una necesidad que tengo para poder expresarme y entender mejor lo que ocurre dentro de mí y a mi alrededor. Pensé en sacar un proyecto en solitario desde antes de que muriese mi padre, y tenía un proyecto en común con él, que ahora he retomado otra vez. Pero no sabía si iba a ser capaz de hacerlo o no, estaba ahí rondándome. Era una necesidad, y no me lo creo todavía, que esté ya hecho y publicado.

—¿Cómo se van formando las canciones y creciendo?

—Ha ido todo bastante rápido, a lo largo de año y medio, desde que empecé a coger la guitarra, a componer, a enseñarles a mis amigos las ideas que tenía. Tengo la suerte de tener amigos muy generosos, con mucho talento y mucha sensibilidad, que me han apoyado en todo momento. Es cierto que la presencia de J -de Los Planetas- está en casi todo el disco. Me ha aportado cosas maravillosas, me siento muy identificada con su forma de ver la música y con el método que tiene de hacer canciones. Me parece muy interesante lo que hace con el flamenco, algo que empezó mi padre, enseñándonos cómo bajar el flamenco del Olimpo y llevarlo al público en general, para que todos podamos entenderlo. Y J y yo nos hemos entendido muy bien en esos términos. Empezamos a componer, a hacer canciones... luego surgieron también las versiones de Leonard Cohen -«Esta no es manera de decir adiós» y «Dama errante»- que iban para «Omega» pero no llegaron a entrar, y teniendo ahí a Lagartija Nick y a Antonio Arias, que es mi maestro y mi compañero de fatigas, pues bueno, fue como un torrente de canciones. Al principio no pensaba ni hacer un disco, pero un día hablando con J me dijo: «Si tienes estas canciones, publícalas». Luego surgió lo de La Bien Querida -en temas como «Vampiro», «Nochecita Sanjuanera» y «Todavía»-. Hicimos un buen equipo.

—Da gusto con esos amigos.

—Me considero muy afortunada.

—Leonard Cohen y Morente, dos nombre que están muy unidos.

«"Omega" fue como una bandera izada a la libertad»«Si no hueviera existido ese disco, no estaríamos hablando de este proyecto»

—Parece que su destino era tener esa conexión. «Omega» fue un disco muy importante en la historia de la música de esta país, y no porque fuera mi padres, porque si no hubiese hecho él, también lo admiraría profundamente, porque es como una bandera izada a la libertad. Nos enseñó que no pasaba nada por abrirse, evolucionar y llegar a lugares inesperados, hacer lo que uno realmente siente. En mi casa hemos escuchado mucho a Leonard Cohen, tanto que mi padre llegó a hacer «Omega». Hemos cantado estas canciones con mi padre muchísimas veces, y era una forma de seguir en conexión con Cohen y con Morente y «Omega», con todo ese mundo. Si no hubiera existido «Omega», no estaríamos hablando de este proyecto.

—Hablando de grandes músicos, ¿qué tal la experiencia de tocar en el concierto de Dylan en Granada, con Los Evangelistas?.

—Una experiencia inolvidable. Increíble. Cuando me llamaron para contarme que íbamos a participar como teloneros, pensé que era una broma, que se estaban quedando conmigo. Un sueño. Luego me bajé a ver al maestro, y fue una de esas sensaciones que nunca olvidaré, como cuando vi a Leonard Cohen en Granada o en Benicasim.

—¿Y cómo se va a sentir Soleá Morente en el escenario con este disco, como máxima responsable de lo que ahí pase?

—Me impone mucho, y soy consciente de la responsabilidad que supone, pero sigo acompañada por la mitad de Los Evangelistas, muy bien arropada. Creo que ya es hora de ir dando la cara, hacer las cosas por mí misma, y tengo ilusión por emprender el camino.

Ver los comentarios