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Joaquín Sabina - De San Bernardo

El fin de la reventa de entradas, una patata caliente en manos del Gobierno

Tras las quejas de los artistas, Facua señala a la Administración como responsable. Ciudadanos llevará el asunto al Congreso de los Diputados

MADRID Actualizado: Guardar
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Los promotores de la gira de Joaquín Sabina «Lo niego todo» (TheProject, Get In y Riff) han lanzado el último grito al cielo clamando contra la reventa especulativa de entradas. Y lo han hecho apuntando alto, reclamando al Gobierno de España que, «al igual que ya existe una ley estatal que prohíbe la reventa callejera (...), promueva urgentemente una ley estatal que prohíba expresamente la reventa online con carácter general, como se ha hecho en Francia y se está haciendo en Italia y el Reino Unido».

Similar protesta lanzó recientemente Ed Sheeran, indignado ante los desorbitados precios que alcanzan las entradas de sus próximos conciertos. La estrella británica propone como solución no comprar los tickets en portales que no sean los oficiales.

Pero, ¿qué pasa cuando son esos portales oficiales los que redirigen la compra hacia las webs de reventa? Esa es la práctica habitual de Ticketmaster: cuando se «acaban» las entradas de uno de sus conciertos, recomienda visitar la web Seatwave, que, casualidades de la vida, pertenece al mismo grupo empresarial. Y para colmo, cobrando una comisión del 12 por ciento tanto al vendedor como al comprador, lo que multiplica los beneficios. «Es increíble que esto se sepa y no sea un escándalo. Ni siquiera ha habido que hacer una investigación para descubrir que los vendedores de entradas son también los revendedores. Te lo dicen ellos mismos, sin ningún problema», se lamenta Rubén Sánchez, portavoz de Facua.

Tras la polémica venta de los tickets del concierto de Bruce Springsteen en el Bernabéu, lo más sangrante quizá fue la excusa de Ticketmaster, que se lavó las manos cargando la culpa a sus propios clientes con este comunicado: «La alta demanda excedió a la disponibilidad de la página web y ese hecho hizo que el propio sistema redirigiese las búsquedas hacia Seatwave».

En saco roto

Facua ha denunciado estas presuntas prácticas fraudulentas ante los organismos autonómicos pertinentes de Madrid y Cataluña, tras las visitas de otras estrellas de la música como los Red Hot Chili Peppers o Bruno Mars, pero todo parece caer en saco roto. «No se nos comunica que haya la más mínima intención de tomar ninguna medida, ni de imponer ninguna sanción, con lo cual lo primero que tenemos que lograr es que las autoridades competentes nos escuchen de una vez y actúen. Las Comunidades Autónomas son las que tienen las competencias principales en esta materia, pero por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid también nos dijo que iba a abrir un expediente por el caso de Springsteen, y a día de hoy seguimos sin saber nada de nada».

Sánchez recuerda que la denuncia no alude a la reventa callejera, sino a «la practicada de forma sistemática por el propio vendedor oficial, que es quien debería velar por evitarla en lugar de hacer negocio extra con ella». Las peores sospechas apuntan a que Ticketmaster deriva entradas a Seatwave antes incluso de que se agoten (de hecho, una investigación demostró que eso estaba ocurriendo en Italia), lo cual ha generado «un clamor social que los políticos no saben o no quieren entender. Nos toman el pelo con este abuso, pero en fin, si hay inoperancia política con los fraudes de las telefónicas y las eléctricas, cómo no la va a haber con los conciertos».

Controles aleatorios

En Facua consideran que la venta de entradas nominales «puede ser la solución menos mala», pero los propios promotores de la gira de Sabina cuestionan la eficacia del modelo. «Uf, quiero ver cómo lo hacen, cómo puedes controlar a 55.000 personas mostrando la entrada y el DNI en la puerta. ¿A qué hora empezará el concierto?», dice Tito Ramoneda, de TheProject. Similares medidas ha tomado anteriormente la promotora Doctor Music, estableciendo controles aleatorios para contrastar números de serie de entradas con la base de datos, e incluso están apareciendo portales de reventa no especulativos como Twickets, donde no se puede vender ninguna entrada a un precio superior al original. Pero en cualquier caso, una solución definitiva parece complicada.

La defensa planteada por la alianza Ticketmaster-Seatwave es que «vender entradas a través de un «marketplace» online es totalmente legal y ayuda a evitar la reventa en sitios web no seguros y en la calle, y el precio se determina por lo que el fan esté dispuesto a pagar». Ramoneda reconoce que no tiene ninguna varita mágica, pero cree que es de sentido común que «la gente pague sólo por el precio oficial, el precio justo pactado y acordado con el artista. Los promotores no queremos que se produzca este vacío legal donde empresas que no tienen escrúpulos se aprovechan de la buena fe de la gente».

Puede que ahí esté el concepto clave: vacío legal. Por eso, quizá la única solución viable pase por la elaboración de un marco normativo estatal claro y sin lagunas. Así lo han entendido en el Grupo Parlamentario de Ciudadanos, que ayer mismo presentó una Proposición no de Ley para la regulación de la reventa de entradas online, que será debatida en la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados. Además, ayer también se presentó una iniciativa parlamentaria para plantear la siguiente pregunta en la Cámara: «¿Qué medidas piensa llevar a cabo el Gobierno para regular la reventa de entradas abusiva online que se está produciendo a día de hoy?».

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