El Primavera Sound confirma cuatro años más de festival en Barcelona

La cita, que el año que viene estrenará doble sede en la capital catalana y en Madrid, cierra su XX edición con cerca de 500.000 espectadores

Ambiente en uno de los escenarios del Primavera Sound Efe

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Y después del barbecho, el atracón. La barra libre y el buffet a rebosar. Dos años y un aniversario redondo han bastado para que el Primavera Sound haya salido de su XX cumpleaños convertido en otra cosa: lo que en 2019 era un gran festival es ahora un festival grande. Gigantesco. Colosal. Una cita que, ahora sí, parece mirarse sin demasiados remilgos en el espejo de Coachella, doble fin de semana incluido, y que se ha despedido este fin de semana del Forum con más de 500.000 espectadores. Unas cifras faraónicas, con 220.500 en el primer fin de semana en el Forum, 240.000 en el segundo y 40.2000 en los conciertos en salas, con las que el festival se quiere reivindicar como lo nunca visto. «Ha sido la mayor producción musical que se ha hecho en la ciudad», ha celebrado Alfonso Lanza, codirector del festival, durante una rueda de prensa de balance capitalizada por el futuro del festival y su continuidad en Barcelona.

Y es que, después de semanas de rumores y de anunciar que el año que viene el festival se celebrará en Barcelona y Madrid, urgía aclarar las cosas. «Nuestra voluntad es quedarnos en Barcelona. Nuestro éxito nos lo han dado los artistas, sí, pero también la ciudad de Barcelona, que es un reclamo increíble», ha asegurado el también codirector de la cita Gabi Ruiz. Es más: según Ruiz, esta misma semana se firmará el contrato para que el Primavera Sound permanezca en la capital catalana como mínimo hasta 2027. Cuatro años más en los que, ha destacado, ha jugado un papel capital la mediación de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. «Tuvimos una reunión con ella y le planteamos los problemas que teníamos, que no son económicos. La alcaldesa nos pidió que confiásemos en ella y no tenemos porqué desconfiar», ha explicado Ruiz.

Alfonso Lanza, Gabi Ruiz y el director de comunicación del festival, Joan Pons Efe

Entre los escollos que quedan por resolver, las fechas para la edición de 2024 ( el Primavera no quiere moverse a mayo , donde, aseguran, se le complica la contratación de bandas) y la petición de una interlocución única -el recinto Forum depende de la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento de Sant Adrià del Besós y BSM- que evite problemas de última como los que han afectado este año a la zona BITS, espacio ubicado junto al puerto de Sant Adrià que, ha desvelado Lanza, sufrió un cambio de aforo de última hora. «La licencia se redujo de 30.000 a 15.000 personas y hubo que cambiar escenarios y programación. También se nos denegó el uso del puente», ha recordado Lanza.

Sobre los problemas de la primera jornada en el Forum, con colas en todas las barras y aglomeraciones, Lanza ha reconocido que les pilló por sorpresa. «Lo que ocurrió el jueves fue francamente inesperado, con esa entrada masiva de visitantes», ha dicho. Para evitar futuros colapsos, la organización también reclama más tiempo para montar y probar el recinto del Forum. La auténtica prueba de fuego llegará en 2023, cuando el festival estrene doble sede en Madrid y Barcelona. «Nuestra voluntad es ir a Madrid y quedarnos para siempre. Hasta que nos echen», ha dicho Ruiz. De la capital catalana, según parece, tocará hablar de nuevo en 2027.

Antònia Font, durante su actuación Efe

Hasta entonces, el festival puede echar mano de informes como ese que fija el impacto económico del festival en 349 millones de euros, o de una programación musical que pasaba este sábado por la resurrección de Antònia Font. Día grande para el pop galáctico que, a falta del tirón de las grandes estrellas internacionales, ondeó en uno de los escenarios principales la bandera de los himnos lunares y la celebración retrospectiva. Los mallorquines empezaron con 'Un minut estroboscòpica', de su último disco, pero en su primer concierto oficial en casi una década no podía faltar ninguna canción de las que les hizo grandes. Y, en efecto, no faltó: de 'Me sobren paraules' a 'Dins aquest iglú', de 'Alpinistes-samurais' a 'Alegria', de 'Clint Eastwood' a 'Wah Yeah', lo suyo ha sido una gozosa celebración de uno de los talentos más singulares del pop de aquí.

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