Leiva, durante el concierto en Madrid
Leiva, durante el concierto en Madrid - Isabel Permuy

Leiva se alza como el «boss» del rock español ante 15.000 fans

El ex-Pereza se creció y venció en el concierto #JuntémonosconLeiva, en el Wizink Center

Madrid Actualizado: Guardar
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Leiva, «Lei» para los amigos, ya no es el que era. En una semana han tocado en el Wizink Center (antiguo Palacio de los Deportes) Iván Ferreiro, M Clan, Coque Malla, Quique González y él. Pero solo Leiva con toda la capacidad de aforo: 15.000 personas. Y casualmente, él ha sido el único que ha hecho «sold out». Por esto, y por otras muchas cosas que han pasado este año (el Disco de Oro para su nuevo álbum «Monstruos», por ejemplo), Leiva es ya oficialmente el nuevo «boss» del pop-rock español. Ya tiene incluso fans de los que esperan horas y horas para coger sitio en primera fila.

Antes de ponerle los galones al músico de la Alameda de Osuna, es de ley hacer una mención al recital de apertura.

Para un telonero no hay nada como dar un concierto en fechas de vacaciones, y el grupo madrileño Morgan se ha ganado a pulso este guiño del destino, que les brindó la oportunidad de tocar ante muchos miles de personas y con una media de edad tirando a baja, donde está el nicho más jugoso. Era su primera vez en un recinto tan abrumador, pero dieron la impresión de estar como en casa y sedujeron a una audiencia que seguro que hoy está buscando su disco en Spotify (se llama «North»).

Ni un alfiler

Cuando Morgan terminó su concierto en la pista ya no cabía un alfiler, y aunque salir a las barras podía significar decir adiós a los colegas hasta la salida, muchos trataban de hacer acopio de cerveza abriéndose paso entre millenials adictos al selfie. Con un ambientazo festivo de primera que hizo amena la larguísima espera entre actos, el ex-Pereza apareció sobre las tablas y se arrancó con la épica de «El último incendio». La luminotecnia (la logística, también a lo grande) el griterío y los decibelios de rock se entremezclaron en un comienzo apoteósico. Cómo sería el final entonces.

Aunque gran parte del público estaba compuesta por menores de edad, Leiva tocó como si tuviera enfrente a la audiencia más exigente, y la contundencia y finura de «Lluvia en los zapatos» dejó claro que iba a por todas. «Animales» fue la primera concesión al viejo repertorio de Pereza, pero habría más. Después de «Cantantes» llegó una celebradísima «Windsor» que recordó a su colega Rubén Pozo, que a pesar de llevar una dignísima carrera en solitario no ha logrado acercarse al éxito de Leiva. Tuvo el detalle de acordarse de él, dedicándole unos versos de «Estrella Polar». Y también de la entrevista que dio en ABC en la que opinó sobre el nombre del nuevo estadio de su Atlético de Madrid, cuando gritó por el micrófono: «¡Escuchad bien, Atleti... Ni Wanda ni pollas!».

Los fans volvieron a demostrar por qué «Breaking Bad» es unos de los «hits» de «Monstruos», cantándola como posesos –en realidad estuvieron todo el concierto coreando cada verso– mientras varias cámaras grababan el momento para un videoclip.

Tras elevar a la estratosfera «Terriblemente cruel» y «Mirada perdida» con la ayuda de la estupenda sección de metales, Leiva dio un emotivo discurso sobre lo que para él significa el éxito, se despidió, y volvió para dos bises, «Sincericidio» y otro perteneciente al cancionero de Pereza, «Lady Madrid», con el que cerró sin móviles en la pista –a petición suya– un concierto que recordará toda su vida.

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