Quique González
Quique González - MAYA BALANYA

Quique González: «Estoy enganchado a la camaradería de la carretera»

El artista madrileño publica «Me mata si me necesitas», el primer disco que firma junto a Los Detectives

MADRID Actualizado: Guardar
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Tres años después de su celebrado álbum «Delantera mítica», con el que fue número 1 en la lista de ventas y una de sus canciones escogida como la mejor disco del pop español de 2013 por ABC, y tras recorrer las salas de todos los rincones de España y presentar el disco en Buenos Aires, Ciudad de México, Londres y Nueva York, Quique González vuelve con otra ristra de viajes emocionales con sabor a «road movie». Gin-tonic en mano, analiza con sosiego y veteranía cada pregunta que se le lanza al respecto.

—Todos sus discos son muy de escuchar en el coche, pero creo que este es el que más.

—¿Ah sí? Pues me encanta eso, porque el coche es mi lugar favorito para escuchar música.

Me gusta pensar que eso tiene mucho que ver con que me encanta componer mientras voy conduciendo. Tienes el horizonte delante, no puedes hablar por teléfono, tienes tiempo para reflexionar… El rock americano y el folk conectan mucho con todo eso, también porque muchas de sus canciones están escritas en la carretera, y mi vida de músico me hace estar muuucho tiempo en la carretera.

—¿Y cómo hace cuando le viene una buena idea? ¿Se detiene para apuntarla o grabarla en el móvil?

—Pues no, porque creo que si no se me olvida, es que merece la pena de verdad. Igual es una excusa para no mejorar mi memoria, pero creo que si no me acuerdo es porque no era tan bueno.

—Creo que empezó a componer estas canciones inspirado por el buen momento de su banda.

—Sí, en parte sí porque cuando todo funciona bien en una gira, cuando tienes química con una banda no sólo en el escenario, sino también fuera, y con el equipo técnico igual… pues es inspirador. Sueñas con dar el próximo paso, con grabar nuevas canciones, con presentarlas a la gente, con seguir en la carretera, con que continúe esa camaradería. Eso me engancha mucho. Cuando una gira no sale bien, pasa lo contrario. Quieres irte a casa y olvidarte de todo, e incluso te cuesta seguir creyendo en todo esto. Eso me ha llegado a pasar. Pero ahora, volver a grabar tras una gira ha sido lo natural, estábamos engrasados y todo funcionaba, había que lanzarse. También a nivel de voz, para mí ha sido más fácil que nunca, porque tenía el tono cogido de tantos conciertos. He grabado las voces de este disco en dos horas y media. Tres canciones son primeras tomas.

—¿Alguna canción del disco es particularmente especial para usted?

—Todas forman parte de un viaje emocional, pero por ejemplo, «Charo» me la planteé como un reto, en el que traté de hacer una canción en castellano que tuviera como referencia los dúos al estilo Steve Earle y Lucinda Williams, románticas pero no empalagosas. Como nunca lo había hecho, ha sido una satisfacción especial. Y «La casa de mis padres», para mí es una de las mejores canciones que he escrito en mi carrera, porque siento que ha sido una de las pocas veces en las que he dicho exactamente lo que quería decir. Sucede sólo a veces, y te ves contando cosas de tu vida que jamás pensabas que contarías. Después de perder a mi padre el año pasado, ya había perdido a mi madre con 17 años, pues te sitúas en otro plano. Pisas otra superficie.

—«No es lo que habíamos hablado» está la frase que da título al disco.

—Me costó mucho tiempo encontrar el título del disco, y al final elegí esa frase por el doble sentido de “me aniquilas” o “me desarma, me conmueve”. Por otra parte, es más un título de novela negra que de un disco, y quería jugar con esa estética, también por Los Detectives…

—«Me mata si me necesitas» también puede evocar el dolor de no poder dar lo que necesita a alguien que quieres...

—Sí, y está muy bien visto porque la canción habla del respeto, la convivencia, la dependencia emocional, y de cómo gestionar eso sin hacer daño a quien tienes a tu lado, sea tu pareja o tu amigo.

—Una vez teloneó a Bob Dylan, pero por su personalidad, diría que ha vivido más intensamente otros momentos más íntimos… ¿me equivoco?

—Mmm… No. Telonear a un artista que admiras tanto, que es tu ídolo, es una satisfacción simbólica, algo que podrás contar dentro de mucho tiempo, más que una satisfacción artística. Pero ser telonero en general es bastante desagradecido.

—Sí, recuerdo que Los Evangelistas, se quejaron del trato recibido como teloneros de Dylan, y publicaron un comunicado titulado «Querido viejo huraño, bailaré sobre tu tumba». Al parecer Dylan ordenó que les desconectaran casi todos los altavoces.

—Eso fue cosa de Eric, el batería. Y lanzar ese comunicado fue una cagada histórica. Porque luego se aclaró que lo que había pasado es que hubo un problema y tuvieron que reiniciar el equipo de sonido. Por eso había menos volumen, no porque les apagaran nada…

—Y su visita a Nashville para grabar su anterior disco, ¿cumplió expectativas? La ciudad es también una especie de ídolo para usted…

—Sí, sí. Tiene un lado souvenirs, y otro más tradicional. Lo que pasa es que los yankis tienen una capacidad extraordinaria para vender el mundo del espectáculo, que puede inundarlo todo. Pero para mí, Nashville es Tierra Santa. Tiene un lado más alternativo, y muchos músicos de Los Angeles y Nueva York se están trasladando allí. Entre los músicos más veteranos de la ciudad hay un poco de miedo a que eso se vaya de madre, pero es probable que de las nuevas mezclas de sonidos surjan cosas interesantes.

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