José Mercé: «Ya solo hago lo que me da la real gana»

El cantaor y Álvaro Urquijo, uno de los artistas invitados en su disco de duetos «Doy la cara», hablan con ABC

Madrid Actualizado: Guardar
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Si todos a los que ha hecho gozar José Mercé con su cante taconearan al mismo tiempo, la tierra temblaría. Son más de cuatro décadas de flamenco «top», de cante expansivo, controversias, pilas alcalinas y una regularidad de metrónomo. « Doy la cara» es su disco de duetos, entre cuyos invitados se encuentra el líder de Los Secretos.

José Mercé y Álvaro Urquijo muestran frente al fotógrafo que su sintonía va más allá de la música. «Sácame las zapatillas doradas, que me han costado una pasta», bromea el jerezano. No es la primera vez que el cantaor se pasea por fuera de las lindes del flamenco, pero en esta ocasión se ha arropado de cicerones de relumbrón como Alejandro Sanz, Pablo Alborán, Vanesa Martín, Jorge Drexler, Joaquín Sabina o Ainhoa Arteta.

¿A quién se le ocurrió este disco?

José Mercé: Le voy a contar la verdad. A mí no me gusta mentir, para eso están los políticos (ríe). Yo le debía un disco a Warner y le propuse uno flamenco. Entregaba mi disco y quedaba libre. Pero, como ellos sabían que voy a grabar mi antología en directo en la Bienal de Sevilla, me propusieron hacer un disco de duetos. Hablé con Javier Limón (el productor del disco) y cuando empezó a mentarme a todos esos fenómenos, no pude decir que no.

Hábleme del resultado.

J. M.: Hemos hecho un disco con temas poperos, temas clásicos de toda la vida y un poco de todo. Pero lo mejor ha sido disfrutar con todos ellos. Creo que han querido participar para ir a por mí, para mondarme, porque no veas cómo cantan. Yo no había escuchado cantar mejor a Álvaro Urquijo en su vida. Siempre lo he visto intentando acercarse a su hermano, pero esa tarde que estuvimos juntos me enamoré de su voz. Fíjese que desde que escuché «Por el bulevar de los sueños rotos» tenía claro que era el single.

Álvaro Urquijo (metiendo la mano en su bolsillo entre risas): ¿Cuánto es? De verdad, gracias. Tremendo. No quiero sacar la frase monárquica, pero me llena de orgullo y satisfacción. Y es que estas experiencias son un gusto. El mundo de la música es todo lo contrario al de la política. Aquí levantas un teléfono y tienes gente para hacer dúos, tríos, para componer o para lo que haga falta.

J. M.: Eso es así. Y quién me iba a decir a mí hace unos años que iba a grabar este tema con Álvaro y que el resultado iba a ser así. El sorprendido era yo al escucharme cantar de esa manera. Cantar con él ha hecho que cambie mis tonos (entona la canción alargando el fraseo), y es que me gusta más cómo lo hace él. Mi eco flamenco siempre va a estar ahí, pero este disco no es flamenco.

¿Y por qué el nombre?

J. M.: Fue una sugerencia de mi mujer, que me dijo: es que tú das la cara en la música, y a lo mejor ahora los puristas te van a dar por todos lados.

A. U.: Es que el mundo del flamenco es muy traicionero con vosotros, porque hasta a Paco de Lucía le machacaron.

J. M.: Bueno… Yo estoy acostumbrado. «Aire» ha sido el disco más vendido de la historia del flamenco. Pues antes de salir ya me estaban dando por todos lados, pero no los críticos, sino mis propios compañeros. Pero a los tres meses de sacar el disco y de poner en el escenario un bajo o una batería, los que me criticaban estaban haciendo lo mismo. Pero yo jamás he dejado el flamenco, y la primera parte de mis conciertos sigue siendo flamenco puro. Porque los flamencos pueden cantar cualquier música y el resto no se atreve con lo jondo.

A. U.: Yo tengo muchísimo respeto por el flamenco, porque es de las pocas culturas musicales genuinamente sanguíneas y viene en el ADN, como en los americanos pasa con el blues y el soul. Me encantaría meterme en ese traje, pero no podría emular a los flamencos y sus palos porque no los puedo ni medir (intentando acompañarse con las palmas), no sé dónde caen los tiempos. Es imposible.

J. M.: El flamenco viene en los genes. Yo no sé contar los tiempos como en las academias de baile, porque me pierdo. No hace falta ser andaluz, quizá en el cante, pero mira a Sabicas, que era de Pamplona, y Carmen Amaya de Barcelona.

Y, sin embargo, su hija O’Hara va a debutar con un disco de canciones.

J. M.: (Ríe) Ella no se dedica a esto; hizo su carrera universitaria y trabaja como profesora. Vino al estudio a escuchar el disco y cuando Javier Limón le preguntó si cantaría no lo dudó. Cuando la escuché grabando ese estribillo me quedé alucinado, y luego en el coche me dijo que tenía que haber grabado más. A ella lo que le gusta es el cante grande

Y lo siguiente, además del inicio de gira en el Circo Price de Madrid el 2 de julio, lo más importante es la grabación de su antología del cante.

J. M.: Así es. Que, aunque decimos que se graba en directo, va a ser tan amplia que habrá temas que no se hagan ahí. Puede que sean tres o cuatro CDs. Es para que no se metan más conmigo los puristas (ríe de nuevo). No, la verdad es que a estas alturas de mi carrera hago lo que siento y lo que me da la real gana. Ahora, una vez que me quito las taquicardias de los 15 minutos antes de los conciertos, el resto es disfrutar. Respeto al público más que nadie, pero yo ya canto para mí.

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