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Vídeo: Muere George Michael a los 53 años - ATLAS

George Michael, la última estrella que se apaga en un año fatídico

Desde la muerte de David Bowie el pasado 10 de enero, la lista de músicos célebres fallecidos ha aumentado vertiginosamente

MADRID Actualizado: Guardar
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En el hit «Waiting for that day», mítica colaboración con Keith Richards y Mick Jagger, George Michael sampleó el «Funky drummer» de su adorado James Brown. Y como su héroe del soul, el artista británico ha fallecido en Navidad (el mismo día que nos dejaron Dean Martin y Vic Chesnutt) cerrando uno de los años con más muertes de estrellas del pop, el rock y el soul que se recuerden.

La de George Michael ha sido doblemente trágica. Por la fecha, y por lo joven que era. Con sólo 53 años se ha marchado uno de los artistas más influyentes de las décadas de los ochenta y los noventa, un cantante que, a pesar de no atravesar un buen momento artístico en los últimos años, sí tenía el potencial, el orgullo y el nombre para volver una vez más al candelero con una nueva vuelta de tuerca a su estilo y estética.

Precisamente en este último aspecto, el británico ha dejado una huella imborrable, sin olvidar por supuesto su contribución a la lucha contra la homofobia y el hambre en el mundo, a través de diferentes campañas. Se ha ido, sin duda, uno de esos artistas totales a los que se recordará y bailará durante mucho tiempo.

Enero, malos augurios

Este 2016 que estamos a punto de clausurar empezó fuerte, con el repentino e inesperado fallecimiento de David Bowie el 10 de enero, tras ocultar durante meses no sólo que estaba grabando un nuevo disco, sino que a la vez estaba librando una durísima batalla contra el cáncer. Fue un arranque de año devastador para el mundo del pop, que se volcó en todo tipo de homenajes al autor de innumerables obras de calado histórico.

Sólo ocho días después, el miembro fundador de Eagles Glenn Frey murió por complicaciones de artritis reumatoide, colitis ulcerosa aguda y neumonía. Tenía 67 años, dos menos que el Duque Blanco. Ese mismo día también se marchó el batería de Mott The Hoople, Dale «Buffin» Griffin, pero enero quiso terminar dando otro golpe doloroso que parecía augurar lo que nos esperaba el resto del año: el día 28, un maltrecho Paul Kantner (legendario guitarrista de la banda hippie Jefferson Airplane) moría a los 74 años en San Francisco debido a un fallo multiorgánico.

Las malas noticias volvieron en febrero con el anuncio de la muerte de Maurice White a los 74 años de edad. El fundador del mítico grupo estadounidense Earth, Wind & Fire sufría de mal de Parkinson y falleció mientras dormía en su casa en Los Ángeles. También apareció muerto en su casa Prince, víctima de una sobredosis accidental de opiáceos el 21 de abril (aunque eso no se supo hasta días después), en otra de las noticias que más impacto ha generado en el mundo de la música este año. Y es que la muerte del autor de «Purple Rain» ha sido, junto a la de Bowie y George Michael, una de las tres que más trascendencia ha tenido. El día 6 de ese mismo mes, y con algo menos de repercusión mediática, el country lloraba a uno de sus más grandes intérpretes y renovadores, Merle Haggard, por una doble neumonía.

Golpe al hip-hop

El 19 de mayo se marchaba con sólo 52 años una leyenda en toda regla del hip-hop, el miembro de Beastie Boys John Berry, víctima de un caso severo de demencia. Su compañero Adam Yauch había muerto el año anterior, tras luchar contra un cáncer de glándula salival.

El verano comenzó con la muerte del poco conocido pero importantísimo Scotty Moore (el 28 de junio) a los 84 años, un adiós esperable, pero no por ellos menos doloroso ya que él fue testigo directo del principio de los tiempos, tocando la guitarra para Elvis Presley en canciones como «That’s All Right», «Heartbreak Hotel» y «Hound Dog». El 28 de agosto la muerte golpeaba a la música latina llevándose a una de sus más grandes celebridades, el mexicano Juan Gabriel. Tenía sólo 66 años, y murió por un ataque al corazón dejando más de cien millones de discos vendidos y a otros tantos seguidores desconsolados por la muerte del rey de las rancheras.

Otra muerte especialmente dolorosa fue la del portento soul Sharon Jones, por las circunstancias que tuvo que superar. Tras un intento fallido de dedicarse a la música profesionalmente, pasó años ganándosela vida como funcionaria de prisiones en una cárcel estadounidense y como guardia de seguridad en bancos. Varios años después de recuperar su oportunidad, le fue diagnosticado un cáncer de páncreas contra el que no ha dejado de luchar hasta el pasado 18 de noviembre, dejándonos a los 60 años de edad. Sólo unos días antes, el 12 de noviembre, fallecía por un infarto el gran Leon Rusell, pianista de innumerables luminarias del rock’n’roll durante décadas. Y es que el mes pasado no pudo empezar peor: el 7 de noviembre era Leonard Cohen quien se marchaba a los 82 años, dejando un reguero de rumores sobre la causa exacta de su muerte, pese a haber anunciado que estaba preparado para mirarle a la cara sólo unos días antes.

Doble tragedia

Este año han caído en combate dos miembros de Emerson, Lake & Palmer. Primero fue Keith Emerson, que se suicidó de un disparo en la cabeza el 10 de marzo. Su compañero decía adiós hace escasas tres semanas, después de una larga batalla contra el cáncer. Y en Nochebuena, pocas horas antes de la muerte de George Michael, fallecía en un hospital de Marbella el guitarrista de Satus Quo, Rick Parfitt..

Este 2016 ha sido, en definitiva, desastroso para el mundo de la música. Un año en el que incluso se nos ha ido un Beatle (el quinto, George Martin, el 8 de marzo) y un Sinatra (Frank Sinatra Jr., el 16 de marzo).

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