poster Vídeo

Rod Stewart en Madrid: La estrella reivindica su pasado

El cantante británico convirtió anoche el Teatro Real de Madrid en una sala de fiestas

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Chaqueta y zapatos plateados, pantalones de pitillo negros, el pelo como siempre, un escenario en el que predominaban los cuadros blancos y negros y un comienzo en plan rockero. Así llegó el martes Rod Stewart para inaugurar la segunda edición del Universal Music Festival –ciclo que se desarrolla a lo largo del mes de julio en el Teatro Real de Madrid–, ante una concurrencia que agotó las entradas. Los Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, no se quisieron perder la oportunidad de contemplar en acción a todo un Caballero de la Orden del Imperio Británico, recientemente nombrado como tal. Sus Majestades no utilizaron el palco real, sino que se sentaron entre el público en el segundo anfiteatro. Rostros conocidos se pudieron ver como los de Cayetano y Fernando Martínez de Irujo, Cari Lapique, Tony Cantó, Miriam de Ungría, Nuria González, Inés Ballester, Terelu Campos...

Es lo que ocurre también cuando nos visita Elton John: el relato informativo de estos conciertos entra en el terreno de la crónica social.

Ambos artistas, en su madurez, se han convertido en una especie de astros del rock para adultos con gran poder adquisitivo. Además, Rod Stewart se mostró anoche empeñado en dejar claro que ha dejado atrás su faceta de «crooner». Hasta reivindicó canciones de su época de los Faces, como «(I Know) I’m Losing You» y «Ooh La La». También se pudo oír, cómo no, el que anunció (estuvo bastante locuaz) como su primer gran éxito en solitario, «Maggie May», de 1971.

De hecho, hasta la cuarta canción no cayó la primera balada, su célebre «Tonight’s the night», de 1976. Pero pocas hubo. Aunque sí se permitió un paréntesis acústico en elque se pudo escuchar «I Don’t Want To Talk About It», otra de sus más conocidas composiciones.

Imperó el tono festivo –no fue casualidad que comenzara con «Having a Party», su versión del tema de Sam Cooke–, e incluso arrojó balones de fútbol al público con cierto peligro para el mobilario de tan insigne lugar, mientras interpretaba «Hot Legs» en los últimos compases del concierto. Un detalle gamberro de un hombre de 71 años que mantiene la cara de pícaro, el aire sexy de simpático mujeriego, y una voz rota que le sirve para adaptarse una gran cantidad de géneros.

Una buena parte de los presentes vivió de pie, desde el principio, aquel aluvión de éxitos. Stewart prescindió de sus dos últimos discos, con los que volvió a componer tras su visita a los grandes clásicos americanos. Al final, tras dejar a los músicos y a una chica del coro lucirse, llegaron «Baby Jane», «Sailing» y «Da Ya Think I’m Sexy?», para éxtasis del respetable, al que pilló por sorpesa que aquellos fueran los bises. Como una estrella en todos los sentidos, tuvo puntualidad en empezar y en acabar. Una hora y media exacta que al público supo un poco escasa.

Ver los comentarios