DCODE 2019

«Salto al color», Amaral presenta su nuevo disco en el DCODE

Los cabezas de cartel del festival siguen siendo fieles a ellos mismos en un álbum en clave de diversidad en positivo

Juan Aguirre y Eva Amaral en la discográfica Sony ISABEL PERMUY
Nacho Serrano

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Entrevistando a músicos se suele acabar identificando a tres tipos de artistas . Unos van de estrellitas desde su primer single, otros se van hinchando a medida que sube su popularidad , y hay algunos que son siempre ellos mismos , ya sea al debutar o después de veinte años de éxitos encadenados. A esta última categoría pertenecen Eva Amaral y Juan Aguirre , un dúo con un discurso lleno de franqueza y, de alguna manera, normalidad, en el que no caben boutades de pop-star frívola y desconectada de la realidad, como aquello de «la música puede cambiar el mundo».

«No somos tan ilusos como para pensar que puede hacerlo», comenta Aguirre durante nuestra charla sobre su nuevo disco «Salto al color», el primero con una multinacional tras una larga temporada de independencia discográfica. Bailable y variado , empapado de sonidos sintéticos y un prurito rítmico internacionalista, será presentado este sábado en directo solo un día después de publicarse. Será en el festival madrileño DCODE , que también contará con Two Door Cinema Club, The Cardigans, Eels, Kaiser Chiefs, Miss Caffeina, Viva Suecia, La Casa Azul o Carolina Durante.

—«Salto al color» tiene una personalidad propia y distinta a sus predecesores, caracterizada por un intenso trabajo de programaciones.

—(Eva) Lo orgánico también está, pero se mezcla con lo sintético. La premisa es que no hubiera ninguna barrera. Pero sí hay más trabajo de programación , porque antes componíamos siempre partiendo de la guitarra acústica, y ahora las programaciones están en el mismo germen de las canciones.

—¿Da miedo pensar en cómo los fans pueden aceptar o no los cambios?

—(Juan) Podría parecer que sí. A pesar de que nuestro proyecto nos haya superado con mucho, siempre que hacemos nueva música la trabajamos como si no nos conociera nadie . Es verdad que sentimos una responsabilidad, pero antes de componer la cogemos y la dejamos en una habitación aparte.

—(Eva) Para nosotros esa libertad es esencial, porque seguimos creyendo en ese concepto idealizado de lo que es ser músico. Además, no estamos haciendo vacunas contra enfermedades mortales , lo que hacemos tiene su relevancia, pero no tanta. Eso sí, cuando sacas un nuevo disco siempre dices: « ay madre, ay madre , a ver si esto no le va a gustar a la gente».

«Nos parece que en Sony hacen las cosas bien y también que pueden facilitarlas mucho»

—(Eva) Nos han acostumbrado muy mal (risas).

—(Juan) Ocho álbumes no son tantos . Además, nuestra cronología no funciona así, porque componemos y pensamos en música todos los días.

—Es un disco que llama al baile.

—(Juan) Puedes escuchar las canciones tirado en la cama a oscuras, y se disfruta. Pero todas tienen una base muy física, que entiende la música como un ritual colectivo . Siempre hay una esencia de canción, pero con una forma de interpretarlas para hacer que te muevas. Es difícil tocarlas sentado.

—Tengo la manía de entender los títulos en clave social. ¿Este la tiene? Como si fuera una evasión de un momento histórico en el que parece que hemos vuelto al blanco y negro en algunos aspectos.

—(Eva asiente con la cabeza)

—(Juan) Es una lectura más que posible. Hay otra, que tiene que ver con eso, que es la concepción de color como diversidad . Y eso va en contra del blanco y negro, de la uniformidad. Este álbum sale en un momento en el que hay una serie de retos y de cosas desconcertantes, pero no somos tan ilusos como para pensar que la música puede cambiar el mundo. El disco es una interpretación positiva de la diversidad , y eso se refleja con ritmos que vienen de diferentes latitudes.

—¿Se vive un momento de cierto peligro para la libertad creativa?

—(Eva) Este disco es una especie de respuesta a eso. Queremos decir que, aunque parezca que volvemos al blanco y negro, en el mundo hay colores.

—¿Por qué se han aliado con Sony?

—(Juan) Cuando desaparecieron Virgin y EMI, y parecía que todo se desvanecería, hicimos nuestro sello Antártida para seguir sacando álbumes. Ha pasado el tiempo, y cuando hemos contactado con Sony nos pareció que hacen las cosas bien, y también que pueden facilitarlas mucho.

—La industria empieza a mostrar buenas cifras, ¿está volviendo a la normalidad después de la hecatombe?

—(Eva) Lo que estoy viendo es que las multinacionales vuelven a valorar la opinión de los músicos , vuelven a cuidarlos.

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