Beyoncé, con espíritu de triunfadora

La diva del pop actúa hoy en Barcelona, en el Estadio Olímpico Lluís Company, dentro de su gira «The Formation World Tour»

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Como una premonición, el más reciente disco de Beyoncé Knowles parecía avisar de que podía ocurrir algo semejante a los disturbios raciales que se desataron recientemente en la ciudad estadounidense de Dallas. Con «Lemonade», la cantante texana reivindicaba el orgullo de pertenencia a su raza con una actitud desafiante, aunque también sacaba las uñas por otro motivo: las supuestas infidelidades de su pareja, Jay Z. La conclusión del disco es que el amor puede hasta provocar el perdón, pero ahí queda esa demostración de rabia.

Lo cierto es que con estos elementos Beyoncé ha publicado uno de sus mejores trabajos hasta la fecha, quizás gracias a la ayuda de productores como James Blake, Kendrick Lamar, The Weeknd, y Jack White, quienes han abierto una veta muy interesante en su música.

Ya no se trata solo de bailar y divertirse, ahora hay algo bastante más serio. Eso sí, el estreno tuvo lugar en Tidal, la plataforma de «streaming» propiedad de su marido, acompañado por un largometraje de sesenta minutos. Es lo que tienen estos tiempos revueltos en la industria discográfica: los lanzamientos de las divas del pop ya no tienen nada de convencional.

La gira que pasará hoy por Barcelona se denomina «The Formation World Tour», y arrancó el 27 de abril en Miami, solo cuatro días después de que se pudieran escuchar las canciones del álbum. Eso sí, el anuncio de la gira se produjo en un entorno inmejorable: la 50 edición de la Super Bowl que tuvo lugar el pasado 8 de febrero. En Europa tiene 17 paradas, siendo la de Barcelona la última de ellas. El concierto se divide en siete actos, y cuenta con veinte bailarines, una enorme pantalla LED en forma de cubo que va girando y ofreciendo imágenes de la cantante y sus acompañantes, llamaradas, un tanque de agua con 7.500 litros de agua para un chapuzón y toda la energía que se puede esperar de un espectáculo semejante, lleno de movimiento y efectos, en lo que fue calificado en ABC como «un triunfal videoclip» a la hora de describir el primero de sus recitales en el estadio Wembley de Londres, donde reunió hasta 90.000 personas en cada jornada.

Ha vendido más de 75 millones de discos en solitario, más los sesenta millones que despachó con su anterior grupo, las Destiny’s Child. Posee una voz capaz de competir con las grandes del soul de todos los tiempos, y ha revolucionado las estrategias de la industria musical. Además, con sus curvas se ha situado por encima de los cánones de belleza de la época. No hace falta que lo reivindique, como hace, en sus recitales a través de la pantalla: ella es, sin duda, «la jefa».

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