Antonio Arias, epifanías en la cara oculta de la Luna
El líder de Lagartija Nick presenta 'Hola Tierra', un disco inspirado en la poesía del astronauta Al Worden
Al Worden fue el comandante del Módulo Orbital de la misión Apolo 15, es decir, el que se quedaba orbitando la Luna mientras sus compañeros se daban el gustazo de explorar la superficie del satélite. Durante ese rato de soledad extrema, totalmente desconectado de la Tierra mientras pasaba por la cara oculta de la Luna, tuvo una epifanía y al volver a casa la plasmó en un libro de poemas, ‘Hello Earth: Greetings from Endeavour’. Mucho tiempo después llegó a manos de uno de los músicos más aventureros de nuestro pop, Antonio Arias, que lo ha convertido en un libro-disco, ‘Hola Tierra’ que este sábado presentará en la escalinata de la sede del CSIC en Madrid.
El sonido recuerda a temas como ‘Train for tomorrow’ de Electric Prunes. ¿Manejó influencias durante la producción, quizá alguna más evidente como Pink Floyd?
Electric Prunes siempre han sido una referencia, claro. Youth, el productor del álbum, sugirió que nos centrásemos en un par de discos como influencia principal para el trabajo de ‘Hola Tierra’. Obviamente estaba ‘The dark side of the moon’, nos inspirábamos en sus efectos sonoros, en los arreglos compositivos, hasta tal punto que en el penúltimo tema incorporamos risas en ‘Apolo perdido’ al igual que el tema ‘Brain damage’ de los Floyd. Y no podía faltar el ‘Sgt. Peppers’, reflejado al final del disco.
¿Cómo dio con la poesía de Alfred Worden?
En 2010 tuve conocimiento del libro. Era realmente complicado de conseguir, me intrigó y tardé un tiempo en conseguir una copia. Me atrapó su era, me impactó su forma tan pop de escribir, impregnada de los acontecimientos culturales que determinaron los primeros setenta. Eran muy fáciles de cantar y su vocabulario te introduce dentro de la nave y de la experiencia de estar en el vacío. La era espacial concentrada en pocas páginas.
¿En qué lugar deja a la religión la lectura de la obra?
Nombra a Dios en un par de ocasiones, en una de ella llega a decir ‘Dios lo hizo todo’, y al mismo tiempo, desde su perspectiva, evidencia lo indistinguible de las fronteras y las religiones del planeta. El viaje lo transforma y lo convierte en un humanista defensor del conocimiento y la paz.
La música de Bowie y Pink Floyd sonó en la retransmisión del primer alunizaje en la tele británica. Si hubiera una hipotética nueva odisea del ser humano, ¿imagina una relevancia similar del pop en el acontecimiento?
La nueva odisea la podrían musicar directamente las máquinas. El factor humano irá desapareciendo de la imagen de exploración espacial, no así del turismo espacial, que está dominado por esas tres enormes empresas: Amazon, Tesla y Virgin, un panorama de ocio que asusta a cualquiera.
