Amaral: «Lo básico en una canción es que responda a un sentimiento real»

El grupo formado por la vocalista Eva Amaral y el guitarrista Juan Aguirre publica en enero su nuevo trabajo, «Nocturnal Solar Sessions»

MADRID Actualizado: Guardar
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Con carácter inconformista, Amaral se reinventa y versiona en «Nocturnal Solar Sessions» las canciones de su anterior disco. Eva y Juan Aguirre recibieron a ABC en la céntrica librería Ocho y Medio, donde conversaron con este periódico sobre el espíritu con el que han abordado este nuevo trabajo, y donde también recordaron sus orígenes en Zaragoza, una ciudad que siempre ha sido un vivero musical.

En «Nocturnal: Solar Sessions», habéis vuelto a escribir las canciones de vuestro disco anterior. ¿Cómo habéis enfocado este trabajo?

Eva: Más bien desde el punto de vista sonoro, porque realmente son exactamente las mismas canciones que en «Nocturnal», pero enfocadas desde un punto de vista distinto, muchas veces reduciendo la canción a la esencia.

Y es un disco en el que sale quizá nuestra parte más «folkie», y en otras la parte más minimalista.

¿En qué consiste llevar una canción a la esencia?

Eva: Era un juguete.

Juan: Ha surgido de una forma bastante casual y también medio improvisada, porque tiene que ver con tocar de forma inmediata en las pruebas de sonido, probar varios instrumentos, y en principio no era un disco que estuviéramos pensando hacer. Surgió de una forma muy sin pensar, sin pararnos a recapacitar mucho. Y cuando ya lo tuvimos hecho pensamos que merecía la pena que la gente lo escuchase. Tampoco es un disco que pretenda competir con el otro, su hermano mayor. Es la primera vez que hacemos algo así, revisar un disco al año de la salida. No tiene nada que ver con la oscuridad frente al brillo o la luz, no tiene mucho que ver con esa vida personal, porque nosotros estamos muy agradecidos y muy felices de cómo se acogió el disco cuando se editó hace un año y con la gira que está en curso. Simplemente fue fruto de la inquietud sonora, por probar cosas diferentes, y del deseo de compartirlo con el público.

¿La inquietud es esencial para componer?

Eva: Sí, siempre hay algo que te empuja a hacer un nuevo disco: ya sea porque tienes nuevas historias que contar o porque tienes algún concepto sonoro que quieres transmitir, como es este caso.

Habéis explicado que consideráis las canciones como algo vivo. ¿A qué os referís?

Juan: Creo que es a lo que nos ha llevado el hecho de que el proyecto haya crecido tanto, porque muchas de las canciones de cada disco nos han ido superando, y han dejado de pertecernos a nosotros y han pasado a pertenecer a mucha gente que las ha hecho suyas. En ese sentido, el hecho de tocarlas en directo y de tocar canciones que han sido compuestas hace un año con otras que han sido compuestas hace cuatro, o hace cinco, hace que las canciones no las toques nunca de la misma manera. Igual respetas la melodía, el texto, lo más reconocible de la canción, pero la energía con la que tocas es renovada.

¿Cómo os relacionáis con vuestras canciones más antiguas?

Eva: La verdad es que han ido evolucionando a lo largo de todos estos años encima del escenario. Son canciones que hemos estado tocando habitualmente. Con algunas de ellas a lo mejor sí que había pasado mucho tiempo sin llevarlas al directo, y de repente haces una aproximación desde otros ojos. Aunque eres la misma persona, has tenido otras vivencias que te han hecho afrontarla de una manera distinta a la hora de llevarla al directo. Y bueno, nos gustó mucho juguetear con las canciones y buscar formas de mostrárselas a la gente, aunque normalmente las melodías, las melodías de voz, nos gusta respetarlas, y los riffs de guitarra de Juan.

¿Repercute sobre el texto el cambio en la música?

Juan: Creo que los textos nos llevan por momentos al lugar y al preciso momento en el que han sido escritos. Lo que intentamos es respetar el origen de la canción, la semilla, el estado de ánimo que la originó. Creo que eso es lo que la hace diferente y la hace válida. Y una vez que respetas eso puede pasar cualquier cosa, porque en el fondo los sonidos son simplemente eso, son casi físicos. Pensamos que toda la teconología en la música está al servicios de contar, más que una historia, una sensación sonora. Es como si le preguntas a alguien que haga cortos o pelis, te dirá: «Pues mira, todo eso que ves aquí, todas esas cámaras, están al servicios de que tú luego sientas al ver la peli, el corto». Lo básico en una canción es que responda a un sentimiento real.

Vais a visitar varios países durante esta gira. ¿Cómo lo afrontáis?

Eva: Muy bien, con mucha ilusión, con muchas ganas de disfrutar del viaje. A nosotros nos encanta viajar, y la música es un pretexto estupendo para viajar y conocer lugares y personas. No vas solamente como turista: es una experiencia distinta, conoces de forma más próxima. Y estamos muy entusiasmados, porque además hay ciudades donde no habíamos estado nunca, como Bristol y Nottingham. Y luego pasaremos por Holanda y por Alemania. Nos apetece mucho volver a encontrarnos con el público alemán.

¿Cómo es vuestra relación con el público extranjero?

Juan: La sensación que tenemos es que nos parecemos bastante más de lo que nos diferenciamos, independientemente del idioma que hablamos y de la latitud en la que hemos nacido. Es lo que nos pasaba a nosotros cuando vivíamos en Zaragoza y venía una banda anglosajona, a lo mejor no entendíamos todo, o muy poco de los textos que se cantaban, pero nos quedábamos con la energía, con el sonido, con las melodías. Y eso mismo lo hemos experimentado pues tocando en Berlín, o en Bremen o en Hamburgo.

¿Cómo recordáis esa Zaragoza de vuestros inicios?

Eva: Pues tenemos recuerdos muy variados. Recuerdo aquella época como si viviéramos todo súper deprisa, como si todos los días pasaran cosas. Nuestra ilusión era tocar y viajar. Teníamos un espíritu un poco romántico, éramos dos adolescentes fascinados por la generación Beat, y estábamos con el espíritu de «En el camino» todo el día a cuestas. Nuestra idea ni siquiera era grabar discos; nuestra idea era que íbamos a estar toda la vida pudiendo vivir de la música, pero a base de hacer conciertos de aquí para allá con una guitarra.

¿Qué grupos escuchabáis entonces?

Juan: Cosas muy distintas. Siempre hemos sido bastante abiertos a la hora de escuchar música, pero recuerdo en aquel momento que nos llegaba música fundamentalmente emocional, hecha casi toda con guitarras. Casi toda venía de Inglaterra y de Estados Unidos. Aparte de los clásicos, escuchábamos todas las bandas del momento, de los 90, todo el Britpop y la música que salió de Seattle, música más electrónica como el Trip hop... Era el momento de cuando empezamos a tocar, pero estábamos abiertos a todo, a todo lo que escuchábamos. Creo que la filosofía del grupo sigue siendo la misma, en el sentido de que todo aquello que nos llegue lo dejamos pasar sin muchos filtros.

Zaragoza siempre ha sido una ciudad con una fuerte escena musical.

Eva: Sí, no sabemos muy bien el motivo.

Juan: Ahora mismo, cuando vamos por allí, hay una escena de grupos muy interesante y muy floreciente. Muchos de ellos no traspasan el nivel de lo local, pero cuando nosotros empezamos, pues también había grupos muy populares, algunos se habían hecho gigantes, como los Héroes [del Silencio]. Siempre en torno a los bares, se formaban muchos grupos, que tocaban y que siguen tocando en sitios muy pequeños, y siempre hemos pensado que era una ciudad muy musical, con bastante rock.

Eva: No había un apoyo por parte de las instituciones, pero había una especie de tejido creado con fanzines, con salas. No había muchos medios, pero sí que se hacían muchas cosas y eso generaba que hubiera mucho movimiento musical. Había información, no sé si también porque es una ciudad que está entre Madrid y Barcelona, y había tiendas de discos que generaban interés por la música.

¿Queda algo de todo aquello?

Eva: Sí, sigue habiendo ebullición.

Juan: Sí, hay bastante rock y también hay una escena hip hop importante. Hay quien dice que puede ser porque antes había una base militar americana, y en generaciones anteriores, en el mundo anterior a internet, llegaban discos a través de ahí.

Eva: E instrumentos.

Juan: A nosotros eso no nos ha pillado, pero quizá a la gente que nos ha precedido sí.

Eva: A los primeros que empezaron a tener grupos de rock en Zaragoza. Se comenta que la base americana hizo que llegara música del otro lado del mar, como pasó en Liverpool con los Beatles.

¿Cómo fue salir de Zaragoza?

Eva: Fue poco a poco.

Juan: Empezamos a tocar, a hacer giras pequeñas en lugares muy pequeños, en algunas salas. Cuando llegamos a Madrid nos sorprendió, porque venía gente a vernos que no nos conocía de nada. Esa gente fue creciendo hasta límites que nunca hubiéramos sospechado. Fue algo muy gradual en lo que no hemos pensado todavía demasiado. No teníamos ni idea de que el proyecto se fuera a hacer tan grande como se hizo. De pronto, un grupo que había surgido del más completo underground se convirtió en algo muy popular, y nosotros ni siquiera nos dimos cuenta. Lo que creo que hicimos fue intentar mantener la filosofía de lo que era Amaral desde el principio: ser fieles a nuestra propia manera de entender la música.

¿Qué tal llevastéis la fama?

Juan: Pues casi sin darle importancia. Creo que nos importaba más la música. Siempre habíamos querido que nos precediera y que fuera por delante de nosotros, y de hecho seguimos pensando eso, que es más importante lo que pretendemos transmitir más que nosotros mismos. Además, creo que la base para hacer canciones y para tocar es colocarte en una posición en la que observar la realidad. Si te pones en el centro, quizá no te des cuenta de las cosas.

¿Consideráis que de alguna manera habéis sido voz para una generación?

Eva: No somos conscientes de si eso es así. Creo que cuando haces canciones buscas comunicarte con otras personas para ver si hay alguien ahí fuera que sienta lo mismo que tú, y si alguien se siente de alguna manera identificado con lo que a ti te ha pasado, si hay alguien más que viva así la realidad. De alguna manera, sí que hemos encontrado esa conexión con nuestro público, que ha estado ahí en los conciertos y en nuestra trayectoria.

Tantos años después de vuestros inicios, ¿sigue el mismo nerviosismo cuando afrontáis un concierto?

Eva: Pensaba que a lo mejor, con el tiempo, cogería algún tipo de aplomo que haría que no tuviera nervios, pero no ha sido así. Me sigo poniendo muy nerviosa, pero ya he aprendido a disfrutar de eso, porque también sé que en cinco minutos se me van a pasar los nervios encima del escenario y voy a empezar a disfrutar muchísimo del directo.

¿Qué se siente cuando se da un concierto delante de tanta gente?

Juan: Es un poco difícil de explicar, de verbalizar, pero tiene que ver con la energía que se transmite a través del sonido. Somos bastante obsesivos de que suene muy bien, porque eso permite que cada concierto sea irrepetible y que no sepas lo que va a pasar.

Eva: Es increíble la sensación de energía que transmite la gente. Piensas que si te lanzas ahí vas a salir volando, es impresionante. Te transmite muchísima fuerza. Esa sensación de que podrías levitar al principio del concierto no existe, es como si te hubieran puesto unos zapatos de plomo de los que te tienes que liberar. Ya he aprendido que no te tienes que hundir, porque en cualquier momento va a saltar la chispa y vas a salir volando otra vez. Vas a tener esa sensación tan enorme de euforia.

Entonces, al final, un concierto es un diálogo con el público.

Eva: Totalmente. Eso es.

Hicistéis una gira con Bob Dylan. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Qué opináis del Nobel?

Juan: El recuerdo fue bueno, porque tuvimos bastante buena onda con él y con su equipo. Lo conocimos en Córdoba y fue muy majo, pero luego, en el día a día de los conciertos, estuvimos más en contacto con su equipo, con sus músicos, con sus técnicos, y eso estuvo muy bien. Referente al Nobel, me parece bien. Nunca hemos entrado en las polémicas sobre si se lo debían dar o no.

Eva: Yo estoy encantada de que se lo hayan dado y me alegro muchísimo. Me parece que es un reconocimiento que se merece, e incluso pienso que él está por encima de él.

¿Qué planes téneis para el futuro?

Juan: Tenemos un año de bastante vértigo y viajes. Y lo afrontamos en movimiento.

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