Rocío Márquez, cantaora que estará en la edición del 2015 del Primavera Sound
Rocío Márquez, cantaora que estará en la edición del 2015 del Primavera Sound - p.m.p.

Las nuevas caras del pop español

La escena española se renueva. Una generación de artistas y grupos alcanza el éxito arriesgando, lejos de los sonidos más convencionales

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Sin complejos. Con nuevas ideas y aportando aire fresco. Así están renovando el pop español. Son artistas y bandas, algunos de ellos con largos años de experiencia, que de repente han dado un gran salto en sus carreras. Pueden llenar grandes auditorios, encabezar festivales o llamar la atención de la crítica internacional. Hay tres principales corrientes. Por un lado, músicos que rebuscan en el acervo folclórico y lo remodelan con una sensibilidad exquisita. Por otro, existe una tendencia de música nacional de gran carga emocional que atrae a un masivo público juvenil. Por último, formaciones que se abren camino fuera de nuestras fronteras.

Rocío Márquez ejemplifica el éxito del trabajo bien hecho. Se trata de una cantaora de 29 años que ya era una figura respetada y admirada en el mundo del flamenco.

Entre sus logros, el premio Lámpara Minera de 2008. Pero con su más reciente disco, «El niño», ha dado un paso hacia una nueva dimensión. Con él aúna tradición -se trata de un disco dedicado a Marchena- con vanguardia. Así, compagina ocasiones tan solemnes como su actuación de la pasada semana en el Teatro Real -con un recital dedicado a Federico García Lorca-, con su presencia en la próxima edición del Primavera Sound, un festival al que solo había accedido un artista del género, nada menos que Enrique Morente: «Saber que alguien va a escuchar allí una seguidilla me emociona», nos comenta. Eso sí, este paso ha tenido sus riesgos y sus detractores: «Cualquier posicionamiento tiene unas consecuencias. Se me abren lugares que de otro modo hubiera sido imposible, pero también he notado la restricción y el rechazo de quienes esperan unas maneras más clásicas. Lo asimilo con naturalidad. Ha habido un enriquecimiento de mi propuesta que partió de una necesidad».

Abrir horizontes

«El niño» fue producido en su parte «moderna» por Raúl Fernández «Refree», uno de los responsables del éxito de otra artista que ha alcanzado el reconocimiento unánime de la crítica y los aficionados más sibaritas, que al final han resultado más numerosos de lo que se podía esperar. Silvia Pérez Cruz marcó un antes y un después en su ya dilatada carrera con «11 de noviembre» (2012), un excelente trabajo que tuvo su continuación en «Granada» (2014), álbum elegido como el mejor del año por ABC.es. Ella posee también una voz privilegiada, capaz de abordar el flamenco, el jazz, las habaneras... e incluso mezclarlo todo a un tiempo, y que ha abierto un camino de sonidos que parten de las raíces para trasladarnos a nuevos horizontes.

Pero, si hablamos de pop-rock, existe ahora mismo una escena de bandas que comparten unos parámetros similares de sonidos intensos y letras que rehuyen los lugares comunes. Lori Meyers y Vetusta Morla fueron punta de lanza de este movimiento espoleado por las redes sociales y muchos y buenos conciertos, y que tiene en formaciones como Izal dignos sucesores. Los madrileños agotaron las entradas para el Barclaycard Center de Madrid meses antes de su concierto del próximo 11 de abril. «Compartimos muchas influencias generacionales», comenta Emmanuel Pérez «Gato», bajista de la formación. «Somos gente que ronda la treintenta y que ha crecido en una misma sociedad. Tenemos factores comunes, pero cada uno tiene su propia identidad». En cuanto a las claves del éxito, dice que «hay miles de factores aleatorios que pueden salir mal. Todos hemos estado en proyectos que no terminaban de salir. Lo importante es que la suerte, si llega, te pille trabajando».

Alternativa a las radiofórmulas

Supersubmarina es una banda que también ha experimentado ese reciente impulso, certificado con cuatro días seguidos en La Riviera. José Chino, vocalista y guitarra, subraya que la suya «es una música alternativa a las radiofórmulas y a los pocos espacios de la tele, que ya ni siquiera hay». Circunstancia que no impide la aparición de grupos que forman «una competencia muy sana, que hace que nos lo curremos más. Los que vienen detrás quieren también superarnos a nosotros y dar conciertos tan buenos. No es competencia, sino envidia sana».

Si se trata de enriquecer el panorama, también de ello se encarga Neuman, banda murciana que, con su disco «If» ha multiplicado su repercusión. «Hace tres años tocamos en Valladolid y había quince personas. La última vez eran 400», comenta Paco Román, su fundador. En Madrid cuelgan el cartel de «sold out» en la sala Ocho y Medio cada vez que vienen: «La gente de repente ha empezado a valorar lo que se hace en España. Nosotros hacemos una música arriesgada, cambiamos con cada disco, y la gente ha sabido encajarlo». Para ellos, al igual que ocurre en general en estos grupos, triunfar es poder dedicarse a la música: «Estoy encantado, pero me hubiera conformado con seguir en la línea del anterior álbum». Y, como expresa José Chino, de Supersubmarina, «ser fieles a nosotros, hacer música honesta».

Un caso aparte es Ángel Stanich, que, con «Camino ácido», ofrece una visión muy particular del pop-rock: guitarras de acento americano, historias casi cinematográficas y un sobrado poderío en directo. Y lo más curioso: rehuyendo la promoción y las entrevistas.

Por último, hay que señalar dos casos de bandas que todavía no han calado en España, pero sí fuera de nuestras fronteras. Se trata de Hinds, grupo femenino antes llamado Deers (tuvieron que cambiar el nombre por problemas legales) y Mourn (tres chicas y un chico). Ambas, jovencísimas formaciones que, con su desparpajo y solvencia, suscitan encendidos elogios de revistas británicas como «Pitchfork» y «NME».

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