Vainica Doble: canciones bordadas en el corazón

Se reedita «Carbono 14», su álbum de más éxito, con Sanz, Bosé y artistas de la Movida

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Decía el huraño Francisco de Quevedo que «abogados sí, pero no por mi casa». O sea que lo de que en España no hay justicia viene de lejos. Y seguimos igual. Y bien lo sabemos también por tantas injusticias flagrantes que se dan, se han dado y se darán en el planeta musical.

De ello hablamos si Carmen Santonja (1934-2000) y Gloria Van Aerssen (1932), de nombre artístico Vainica Doble, aceptan este reto, pues nunca les gustó salir en vivo y en directo, salvo en la televisión (a la que regalaron muchas de sus mágicas melodías: «Celia», «Con las manos en la masa», «Una gloria nacional», «Juncal», bien apreciadas por los que ya no cumplen los cuarenta) ni andarse con jacarandosas entrevistas.

Y es que la televisión y el cine fueron también el afortunado escenario por el que desfilaron estas dos grandes damas y señoras de la música popular que, si en este país llamado España hubiera justicia, que ya nos ha dicho arriba don Francisco de Quevedo que no la hay, hoy tendrían una calle, una avenida, algún que otro monumento.

Vainica Doble llegaron al contubernio musical de los años setenta de una manera más o menos casual. Cantaban por ahí, sobre todo en casa, de manera discreta, en la intimidad y en la ducha, pero poco a poco irían conociendo a tipos de pro de nuestra música como Manolo Díaz, Pepe Nieto y Miguel Ángel Arenas, «Capi», que de vez en cuando las convencían para que agavillaran un puñado de canciones y se pasaran por el estudio. Así llegaron sus discos: «Vainica Doble» (1971), «Heliotropo (1973), «Contracorriente» (1976), «El eslabón perdido» (1980), «El tigre del Guadarrama» (1981), «Taquicardia» (1984), «1970» (1991), «Carbono 14» (1997), «Coser y Cantar» (1997), «Miss labores» (1999) y «En familia» (2000), repletos de sabiduría y originalidad.

Damas de corazones

Voces como las suyas no las hay, no las ha habido y no las habrá. Ni tampoco su ironía, ni su estilo de grandes señoras, de mujeres elegantes, inteligentes y recatadas a pesar de tener un genial sentido del humor (y del amor) que siempre derrocharon en sus canciones. Como su generosa hermosura desparramada en piezas inolvidables como «Habanera del primer amor»: «Al año nos conocimos / haciendo flanes de arena; / bien pronto nos descubrimos: / tú eras nene y yo era nena. / Tiempo de sol, zapatitos de charol / Tiempo de luz, / yo de rosa y tú de azul…/».

Nunca hubo nada igual ni lo habrá. Pero como hablábamos antes, en España, de justicia poco y lento, y si es poética o musical, menos aún. Pero no habrá olvido con solo alguien que les recuerde y que busque sus canciones por ahí, y podrá darse un baño de hemosura, naturalidad y sencillez de primerísima categoría. Como de primera categoría es la reedición de «Carbono 14», álbum grabado en 1997 con producción del legendario «Capi», remasterizado y reeditado ahora, un álbum que no es el mejor del dúo, pero con el que su discográfica quiso que Carmen y Gloria se hicieran ricas (en el sentido pecuniario del término), algo que a ellas siempre les importó un pimiento y un rábano, porque lo que siempre quisieron fue cantar tranquilas y sin presiones, y ganándose los cuartos del cariño del público, no muy numeroso, pero, más que fiel, muy leal.

En este «Carbono 14» ayudan con sus voces Alejandro Sanz, Miguel Bosé y varios héroes de la Movida como Jorge Berlanga, Germán Coppini, Iñaki Glutamayo Ye-yé, Fernando Márquez, José María Granados, de Mamá, y Luis Pastor y Paco Clavel. La cubierta original fue diseñada por Txomín Salazar.

«Vainica: bordado que se hace sacando los hilos horizontales de la tela y agrupando los verticales con las puntadas para formar un calado». Y eso fue su deliciosa y añorada discografía, un bordado sutil y artesano, un primor. Y no me digan que no es justo recuperar de vez en cuando algún que otro primor.

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