Gregory Kunde, el tenor que pasó «de ser portero a delantero centro»

José Luis Jiménez, periodista y delegado de ABC en Galicia, publica la biografía del tenor estadounidense

Gregory Kunde, este viernes en Barcelona junto al director de orquesta Josep Pons Gran Teatre del Liceu
Julio Bravo

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José Luis Jiménez (Huelva, 1981), periodista y aficionado a la ópera -y no necesariamente por este orden-, escuchó por primera vez a Gregory Kunde en La Coruña, en octubre de 2010. El tenor estadounidense cantaba el papel de Arnold en la ópera de Rossini «Guillaume Tell», y el actual delegado de ABC en Galicia quedó fascinado por su interpretación. «Fue como una revelación, como una epifanía -recuerda Jiménez-. Es una de las mejores noches de ópera que yo he vivido como aficionado». Así que decidió seguir los pasos de Kunde; «le he escuchado en Bruselas, en Turin, en Milán, en Venecia...» Vino después su encuentro profesional: «tuve la ocasión de entrevistarle un par de veces para este periódico». La relación derivó en amistad, y durante una cena en Milán José Luis Jiménez animó a Gregory Kunde a contar su vida y se ofreció para escribir su biografía. Era el año 2014. El tenor se lo pensó durante un tiempo pero un día le dio el sí al periodista.

José Luis Jiménez

Ésta es la prehistoria de « Gregory Kinde, una vida para cantarla » (Sial Pigmalión), la biografía del tenor estadounidense contada por José Luis Jiménez, que se presentará el lunes en Barcelona (10.30h, Gran Teatro del Liceo). En sus páginas hay cerca de dos años de documentación -el libro empezó a fraguarse en 2015 y a redactarse un año después- y más de cuarenta horas de conversación entre el autor y el tenor. Incluye también los testimonios de figuras como Roberto Abbado, Alberto Zedda , Fortunato Ortombina, Joan Matabosch o César Wonenburger, y cuenta con el prólogo de Sir Antonio Pappano director musical de la Royal Opera House londinense.

Gregory Kunde nació el 24 de febrero de 1954; tiene por tanto 65 años y es, como bien asegura José Luis Jiménez, un caso singular de longevidad canora. « Es el último de su generación . Mire, en el año 1992 cantó en la Scala de Milán “La donna del lago”, de Rossini. En el doble reparto de aquella producción estaban figuras como Rockwell Blake, Chris Merritt, June Anderson, Bruce Ford o Cecilia Gasdia... El único que sigue en activo es Gregory Kunde. Y no está cantando en teatros de segunda, no... Lo hace en Berlín, en Londres, en Milán, en Barcelona... Y tiene ya compromisos para los próximos dos años ».

Portada del libro

La historia de Gregory Kunde -José Luis Jiménez se refiere a él como Greg- no es otra historia más de un cantante de ópera. Es la de un artista que nació en Kankakee , una pequeña localidad de Illinois, en EE.UU.; que comenzó su carrera en la Lyric Opera de Chicago y que, con el apoyo entre otros del canario Alfredo Kraus , dio el salto a Europa y se consolidó como uno de los grandes tenores rossinianos y belcantistas de su generación. Pero es también la historia de un hombre que superó un cáncer gracias a un tratamiento de quimioterapia que, sin embargo, a punto estuvo de arruinar su voz y su carrera . Es igualmente la historia de un cantante que tuvo que reinventarse, que viró del repertorio de tenor más ligero al del tenor más dramático; del «Otello» de Rossini al « Otello » de Verdi, un papel que se ha convertido en su principal enseña. «Es como si en el fútbol un portero se convirtiera en delantero centro», compara José Luis Jiménez.

«Lo que más me admira de él es su capacidad de superación -asegura Jiménez-; la vida le sonrió en la década de los noventa, pero después a punto estuvo de morir primero y de perder la voz después. Y ahora, superados los obstáculos, Greg es un hombre que transmite un gran entusiasmo. Es una persona alegre, feliz... Un bonachón que irradia ese positivismo que marca su vida».

La grabación en Pamplona en el verano de 2016, de un disco de arias de ópera - «Vinceró!» -, en el que Gregory Kunde fue acompañado por la Orquesta Sinfónica de Navarra, bajo la dirección de Ramón Tebar , levanta el telón de la biografía, en la que se refleja perfectamente la relación del tenor estadounidense con España. «Madrid fue el último lugar en el que cantó antes de que le diagnosticaran el cáncer, y Madrid fue también el primer lugar en que cantó tras superarlo. Greg tiene una gran relación con nuestro país, y un agradecimiento a figuras como Joan Matabosch o Helga Schmidt . Siente que ahora vive su época dorada y que tiene el reconocimiento que no tuvo en otro tiempo: lo nota porque los teatros ahora le preguntan qué óperas quiere cantar. Y los teatros españoles fueron los primeros en hacerlo».

José Luis Jiménez es consciente de que una biografía de un cantante de ópera tiene un público limitado. Pero él ha querido, asegura, « hacerlo muy divulgativo , y que llegue no solo a los aficionados a la ópera. Se muestra al hombre antes que al cantante y se ve que en la ópera no es todo glamour . Greg, por ejemplo, explica que ahora vive sus mayores éxitos, pero que eso le impide ver a su familia tanto como querría, y eso le entristece. Son cosas que humanizan mucho a los cantantes y los acercan al público».

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