El crimen se escribe en Barcelona

James Ellroy, Louise Penny y Leonardo Padura se citan en la XIII edición de BCNegra, que comienza hoy

James Ellroy ISABEL PERMUY
David Morán

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«Traemos a James Ellroy y Louise Penny , que es como tener a Elvis y Joni Mitchell en un mismo festival», asegura un Carlos Zanón visiblemente satisfecho con el cartel que le ha tocado defender. No es para menos: el escritor se estrena como comisario de BCNegra con una alineación de lujo en la que destacan el perro diabólico de las letras estadounidenses y la dama del crimen canadiense, sí, pero también otros autores de peso como Don Winslow , cronista de la cara más salvaje del narcotráfico y la corrupción policial; Leonardo Padura y su visión crítica y plomiza de Cuba a través de los ojos de Mario Conde; y Joseph Knox y Ray Celestin , nuevas voces de la novela negra británica.

Nombres todos ellos aliados para espantar el mal fario (esta es, no lo digan muy alto, la edición número XIII) a los que se suman desde lo más granado del panorama negrocriminal autóctono (de Andreu Martín a Marc Pastor pasando por Alicia Giménez Bartlett, Alexis Ravelo y Lorenzo Silva , no falta casi nadie) a fichajes marca de la casa como el ucraniano Andrei Kurkov, el nigeriano Leye Adenle, la argentina Claudia Piñeiro o la italiana Eulalia Varvello. En total, más de un centenar de escritores que entre el 29 de enero y el 4 de febrero volverá a convertir Barcelona en la gran capital del crimen literario. Y no sólo eso: en un intento por reforzar la idea de comunidad o, quien sabe, inspirar una nueva secuela de «El resplandor», Zanón ha decidido instalar a todos los autores en el mismo hotel del centro de la ciudad.

Festival de autor

Un nuevo impulso para un festival que, explica el comisario, «se hacía en las catacumbas y Paco (Camarasa) llevó a la primera línea» y al que él ha querido dar un toque más de personal, más literario. «Ya que han elegido a un escritor, lo haré a mi manera», sostiene el autor de «Taxi». He aquí, pues, un festival, nunca mejor dicho, de autor en el que todo el protagonismo se lo lleven los escritores y los libros. Autores como Jean Patrick Manchette , gran renovador de la novela negra francesa; y libros como la biografía de Jim Thompson, el menos convencional de los escritores negros, o las cinco novelas (1.280 páginas de nada) que Patricia Highsmith dedicó a Tom Ripley, el menos convencional de los villanos literarios.

Un festival de autor que ahonda en los retratos literarios del mal, explora el papel de editoriales como Sajalín y Dirty Works a la hora de recuperar autores perdidos, retrata las diferentes ramificaciones del acoso, un de los ejes de esta edición, y, sobre todo, reivindica el poderío del género sin necesidad de alzar la voz. «Estoy cansado de dar explicaciones y argumentos que ya no tienen sentido: la novela negra no es un boom, ni una moda pasajera ni un subgénero», subraya Zanón. Es por eso que uno de los objetivos que persigue el escritor y que se esconden detrás de mesas dedicadas a las conexiones entre humor y literatura criminal, a los complejos perfiles de personajes de series como «The Wire», «Fargo» o «Mindhunter», o a la traducción de los mecanismos del género al lenguaje del cómic es, precisamente, expandir el festival y abrirlo a nuevos públicos.

De ahí la exposición inaugural dedicada a Jordi Bernet y que repasa el universo creativo del creador de «Torpedo 1936», el estreno del cine Aribau como escenario o la muy oportuna mudanza de parte de las actividades del próximo fin de semana a la antigua cárcel Modelo, donde el pulp medirá fuerzas con los retratos robot elaborados por los alumnos del máster de Ilustración y Cómic de la Escuela Universitaria Elisava.

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